La semana pasada se inició la construcción de uno de los mayores proyectos empresariales en San Francisco en los últimos años: el nodo logístico y polo agroindustrial que se ubicará en los terrenos del Ferrocarril Belgrano desde la intersección de calle Echeverría y la avenida 9 de Septiembre, en el inicio del barrio La Milka.

Este centro logístico ferroviario es un ambicioso proyecto público-privado, ya que se lleva a cabo con una inversión privada del grupo inversor GCC Business Platform que opera con un contrato con el Ministerio de Transporte de la Nación a través de la empresa estatal Trenes Argentinos Cargas, que ejecuta el transporte de cargas en el ferrocarril y posee los terrenos. 

La gran protagonista, o el corazón del negocio de este nodo logístico, será la alfalfa, que según reveló la empresa se compactará en la planta de San Francisco y se trasladará por trenes a los puertos de Rosario y Buenos Aires, para tomar rumbo a un destino tan lejano para nuestra ciudad como los Emiratos Árabes Unidos.

El nodo logístico llevará el nombre de CADAF (Compañía Argentina de Alfalfa y Forrajes) y la inversión del grupo empresarial privado, cuya sede en Buenos Aires se ubica en Puerto Madero, será de unos 350 millones de pesos. Creará unos 20 nuevos empleos directos en la planta, a los que habrá que sumar los trabajos indirectos que se podrán generar por las conexiones y sinergia alrededor.

Sin embargo, el movimiento de las máquinas en el sector y la desoladora imagen que dejaron los numerosos árboles derribados despertaron críticas vecinales y trajeron los previsibles cuestionamientos por un posible impacto ambiental negativo que originaría el funcionamiento de esta estación de carga, planteado principalmente por la Asociación para el Medioambiente y su Dinámica (AMAD).

Además, el tema también tuvo repercusión en el Concejo Deliberante. Por un lado, el concejal del Frente de Todos, Andrés Romero, pidió que por cada árbol que se extraiga de la zona se planten al menos otros cinco. Más críticos fueron desde el bloque de Juntos por el Cambio. El edil Angelo Cornaglia directamente consideró un “desastre” la tala de árboles y la calificó de “aberrante”. Ambos presentaron un pedido de informes en el Concejo para conocer el impacto ambiental de la obra. Desde la Municipalidad no respondieron a estos cuestionamientos.

De qué se trata el nodo logístico

Si bien la creación del nodo logístico había sido anunciada en mayo por el Ministerio de Transporte de la Nación y por la Municipalidad de San Francisco, a nivel local todavía no se habían informado demasiados detalles del proyecto. El Periódico entrevistó al presidente del grupo empresarial GCC, Alfredo Abboud, quien precisó cómo va a operar esta estación, cuál es su idea detrás y también respondió a las dudas por el impacto en el medioambiente y las críticas por la tala de árboles. 

¿Cómo va a funcionar este nodo logístico y qué se va a transportar por el ferrocarril Belgrano?

La idea es generar un lugar para llevar nuestro principal producto, que es la alfalfa, al mercado de Medio Oriente. Y por otro lado, brindar servicios logísticos a industrias de toda la zona de influencia, que está en el orden de unos 150 kilómetros, para mejorar los costos logísticos y que sean mucho más competitivas. Es una inversión 100% privada, de inversores argentinos, con una participación y muy buena predisposición del Estado con la suscripción del contrato de transporte y del terreno. Tenemos que mantener una obligación de carga, un pago del alquiler de los terrenos y tenemos también una obligación de mejoras, las que quedan para el Estado nacional. Quiero dejar en claro que con la finalización del contrato, las instalaciones quedan para el Estado. 

¿De cuántos años es ese contrato?

Es un contrato de 20 años.

¿Qué significa ese compromiso de carga?

Cuando alquilás ese espacio ferroviario, tenés un compromiso de mover esa carga por el ferrocarril. Trenes Argentinos garantiza la cantidad de trenes y por contrato nosotros tenemos la obligación de mover una cantidad de contenedores por año, para permanecer en el lugar. De acá a tres o cuatro años, estamos hablando de 2.400 contenedores por año. 

¿Cuál era la necesidad de la firma para este emprendimiento?

Tenemos acuerdos comerciales con la zona del GCC (Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo), que nuclea a los siete países del Golfo Pérsico. La zona de influencia del Golfo incluye otros países del sudeste asiático más próximo, como India, Pakistán, Malasia o Indonesia. Nuestro producto apunta a ese mercado. 

¿La alfalfa va a ser entonces el caballito de batalla de todo esto?

La alfalfa es el “core business” de nuestro emprendimiento.

¿Por qué compran la alfalfa desde Emiratos Árabes?

Emiratos y el resto de los países que importan alfalfa lo hacen para alimentar sus ganados. Es fuente de proteína y de fibra. Tambos, caballos, camellos, etcétera.

Alfredo Abboud, presidente del grupo inversor GCC.

¿Por qué eligieron a San Francisco y no otra ciudad que también tenga ferrocarril?

Nuestro negocio es la logística vinculada a la alfalfa. Villa María y Río Cuarto también tienen tren, pero San Francisco está en el centro de la cuenca alfalfera. Aparte, en su zona de influencia hay muchas industrias que pueden aprovechar nuestros servicios, mejorando sus capacidades para posicionarse en el mercado. Analizamos otras tres ciudades, pero no tenían esta conjunción. Argentina está lejos de los países árabes, pero también está lejos Australia y es competitiva. La logística nuestra tiene que ser más eficiente. En muchos productos se exporta eficiencia logística, aparte del producto. Si no, el producto no puede ser transportado.

¿Cómo está conformada la empresa GCC?

Hay una empresa que se llama Argentina GCC Business Platform, que es la dueña del contrato con el Ferrocarril. La explotadora de la parte alfalfera es la Compañía Argentina de Alfalfa y Forrajes, de la cual nosotros somos parte. Y se compone de un grupo de empresarios que se dedican exclusivamente al comercio y la logística con Medio Oriente. Tenemos muy buenos acuerdos con los puertos de Buenos Aires y Rosario, y relaciones comerciales con los puertos de Emiratos Árabes. 

¿Qué se va a construir en el predio?

El predio va a tener 23 mil metros cuadrados, que internamente está dividido en tres. En un lado va a haber materia prima, en otro una compresora de alfalfa, que es un elemento completamente inocuo a efectos de ruido o polución. No tiene chimenea, es una prensa hidráulica. Y después tenemos el acople del producto terminado. La mercadería viene de los campos, la estabilizamos, se la comprime y se mete en contenedores que llegan y se van por el tren hacia el puerto de Rosario y Buenos Aires. 

¿Y qué ventajas podría tener este nodo para otras empresas de la ciudad y la zona?

Nuestros acuerdos con el Ferrocarril y los puertos están a disposición de las industrias de la zona que quieran utilizar los servicios. San Francisco tiene un Parque Industrial muy grande. Supongamos que alguna de sus industrias tenga que importar algo, puede utilizar nuestros servicios a través del tren. Lo llevamos en un camión al Parque y lo devolvemos. Pero pueden pasar dos cosas: que ese contenedor quede en nuestro predio para que lo utilice otro que quiera exportar, o que vuelva al puerto. Y ese que queda en el predio, mejora los costos tanto para el que lo trajo, que no tiene que llevarlo al puerto de origen, como para el que lo utiliza para exportar. 

O sea, se evita devolver los contenedores vacíos al puerto, sino que permanecen en San Francisco para que los aproveche otro que quiera exportar.

Hoy una importación viene desde el puerto, la trajeron a San Francisco, lo vaciaron y el mismo camión lo tiene que llevar vacío de nuevo al puerto. Y si quiero hacer una exportación tengo que ir a buscar al puerto un contenedor vacío, traerlo a San Francisco, cargarlo y después devolverlo al puerto. Pero si un contenedor vino cargado, lo vacían en San Francisco y lo dejan en nuestra estación, y si yo quiero importar ya tengo ahí un contenedor vacío. Se lo llevamos a la planta, lo cargan y lo llevamos al puerto. Entonces bajan los costos para todos. 

¿Qué ventajas ofrece hacerlo a través del ferrocarril?

En primer lugar, el costo. Después, el volumen. Cuando tenés que mover 30 contenedores, son 30 camiones, con los problemas de accidentes que causan en la ruta. Aclaro que los camiones no son nuestros enemigos, sino nuestros socios. El tren, con una formación puede llevar 50 contenedores. Ambientalmente, no tenés 50 camiones gastando combustible para llevar la carga a los puertos, tenés una sola locomotora. Eso tiene un montón de beneficios, es una industria limpia.

¿Y están en condiciones las vías para mover esa carga?

Sí, totalmente. Si hay una línea a la cual el Estado le puso plata en los últimos años es justamente esta. 

¿Qué apoyo tuvieron del Ministerio de Transporte y cuándo comenzaron las conversaciones? 

El apoyo fue total. Comenzamos en octubre y lamentablemente en el medio se produce el fallecimiento del ministro Meoni, pero siempre las áreas jerárquicas por debajo nos dieron un apoyo importantísimo. Se dieron cuenta que es un proyecto serio. Y la inversión es privada, no le estamos pidiendo plata al Estado. Normalmente cuando aparecen proyectos muy buenos al final de la conversación se pide plata. Este no es el caso. 

¿Y en cuestiones impositivas?

Tampoco, no tenemos beneficios. No creemos que los negocios tengan que tener un sustento de beneficios con respecto a otro actor del mercado para que sea viable hacer la inversión. Voy a tomar los beneficios que la ley nos permita, pero no tenemos beneficios fiscales.

¿De cuánto es la inversión y cuántos serán los empleos?

La inversión estimada ronda los 350 millones de pesos y los empleos directos, que son de la zona de San Francisco, son de 20 personas trabajando en nuestra planta. No lo tengo cuantificado, pero va a traer empleos indirectos por la sinergia alrededor. 

Si bien el negocio de GCC será la alfalfa, ¿qué saben de las industrias locales?

Con el apoyo de la Municipalidad estuvimos hablando con la Cámara de Comercio Exterior de San Francisco y la zona, y están muy interesados porque ven que hay una posibilidad cierta de poder mover sus productos con nuestras facilidades. 

¿Al mercado de los países árabes o a otros destinos?

No, a cualquier lugar. Por ejemplo, si una industria importa de Hamburgo, va a recibir contenedores en el puerto de Buenos Aires, y nos piden que los traigamos y se los dejemos listos en su planta. O bien otra industria exporta a Sudáfrica desde los puertos de Rosario o Buenos Aires, y nosotros le llevamos la carga.

¿Cuándo calculan que estarán en funcionamiento?

Si Dios quiere en diciembre tenemos que estar funcionando. Contratamos empresas locales para hacer la obra, gente muy comprometida y muy profesional. Todo el proyecto se hace con empresas locales. Son diferentes equipos y empresas. Por ejemplo, la empresa constructora de los galpones ya lo están haciendo en sus talleres.

Hay muchos proyectos que despiertan muchas expectativas y luego se van desvaneciendo. ¿Por qué este nodo no se va a convertir en otro “elefante blanco”?

Por varios aspectos. Nosotros estamos exportando alfalfa desde hace más de tres años. Es una inversión privada, no da lo mismo fracasar si vos pusiste la plata. Y esperemos que no sea el caso. Además no es un galpón que después lo vendo, las instalaciones después quedan para el Estado.  

¿Actualmente cómo lo hacen a este negocio y por qué evaluaron que es necesaria la inversión en San Francisco?

Hasta este momento, damos todos los servicios que comenté. Este proceso se va a seguir manteniendo a otros exportadores, pero llegó el momento de dar el salto y tener nuestra propia planta.

¿Habrá otros nodos logísticos de GCC en otras ciudades?

Sí, pero es confidencial y no puedo decir dónde ni cuántos

¿Pero va a haber otros en el país con esta misma idea?

Sí.

PREOCUPACIÓN POR IMPACTO AMBIENTAL

El inicio de las obras originó también un pedido de información desde AMAD para conocer si se realizó un estudio de impacto ambiental en la zona. “Me gustaría que la Municipalidad dé una respuesta de por qué no se hizo una asamblea pública para plantear este proceso de instalación”, expresó la integrante de AMAD Ernestina Saravia a El Periódico Radio 97.1 (lunes a viernes 17 a 19).

“Extrajeron 13 eucaliptus grandes, cuatro algarrobos y diez árboles pequeños que van a trasladarlos. Tendrían que haber realizado un estudio de impacto ambiental y presentarlo. No sabemos si lo hicieron porque no lo informan”, cuestionó.

Desde el grupo inversor, Abboud aseguró que la cantidad de árboles extraídos para la obra no supera los 20 y que además serán plantados otros 200, que serán algarrobos.

Con el inicio de la construcción, hubo críticas por la tala de árboles y pedidos de información por un posible impacto ambiental. También, cómo va a ser el movimiento de camiones, qué tráfico va a haber y si hay estudios que contemplen eso.

Como licenciado en Medioambiente por la Universidad del Salvador, tengo conciencia medioambiental. El ferrocarril es transporte verde, baja un montón la huella de carbono. Respecto al movimiento de camiones, no se incrementa más de lo que el lugar ya tenía. Vamos a utilizar los caminos de tránsito pesado que ya contempla la ciudad, como la ruta interprovincial y la avenida 9 de Septiembre. Para la alfalfa, estamos hablando de 12 a 15 camiones por día, y no todos juntos. No son camiones gigantes, hablamos de camiones que traen alfalfa que viene tapada con lona. Hoy es mucho más problemático un camión que trae arena sin lona, que trayendo alfalfa en fardos y tapada. 

¿Y respecto a la tala de árboles? 

Comprendo perfectamente el reclamo de vecinos. Hay un algarrobo histórico y va a quedar, desplazamos el lugar original del galpón para salvarlo. Los árboles que se quitaron del perímetro son eucaliptus, estamos hablando de una especie de árbol muy problemática. Habrán visto que miles de veces en las rutas hay caídas de ramas enormes o el mismo árbol que se voltea. Pegado a la avenida 9 de Septiembre hay una línea de media tensión y esos árboles históricamente estuvieron siendo podados de ese lado de la línea, generando una carga de masa verde muy importante sobre el interior del predio. Y ahí va a haber un galpón, con lo cual, con este análisis, se han extraído 18 árboles y ya compramos 200 algarrobos para plantarlos alrededor del alambrado olímpico que va a haber, y aquellos que el municipio quiera que coloquemos en algún otro lugar serán entregados. Hay ciudades del país en que cuando hay tormenta se prohíbe la circulación en zonas con eucaliptus. Sacamos 18 y estamos trayendo 200 algarrobos plantines, que tienen 1,80 metros, que se van a colocar cuando sea temporada para plantarlos. Entiendo la preocupación de la gente, somos pro ambiente, la industria ferroviaria es una industria verde y no venimos a destrozar sino a contribuir. Específicamente esos árboles son peligrosos.