Cómo es "La soledad es una peste", el cuento de estudiantes del San Martín que ganó el Martín Fierro
Cuenta la historia de un niño y el impacto que la pandemia tuvo en su vida, recordando a la vez un hecho histórico de San Francisco. La serie sobre ese escrito fue galardonada con un premio Martín Fierro 2024.
Un cuento creado por alumnos del Colegio Superior San Martín fue el punto de partida para que el programa Alumnitos, de Canal 9, obtuviera el Martín Fierro de la televisión argentina 2024 como mejor programa Infantil Juvenil.
Se trata de “La soledad es una peste”, que había sido el ganador del concurso para jóvenes que junto a sus docentes debían escribir un relato, historia, cuento, leyenda de su región.
El escrito fue convertido en serie en 2022 a través de la productora EOK (El Otro Kamino) y ahora ese audiovisual fue el recibió el premio Martín Fierro. En ese momento los chicos que escribieron el relato iban a 4° año y ahora se encuentran a punto de terminar su etapa secundaria.
El equipo que lo hizo está compuesto por Braian Ceballos, Santiago Boscatti, Leila Melano, Guillermina Vallejo, Elías Gordillo y Camila Luque y los docentes que los acompañaron son Luciana Ramírez, Juliana Rodríguez y Cinthya Sarmiento.
El cuento invita a reflexionar sobre la pandemia del Covid-19 y la historia local de la peste bubónica. Los estudiantes, bajo la orientación de sus docentes, combinaron sus experiencias personales con un hecho histórico para crear una obra original.
Cómo es el cuento
“La soledad es una peste” (texto completo)
Me llamo Dante, vivo con mis abuelos, Roberto y Ana, en una ciudad de Córdoba llamada San Francisco. Me gusta salir con mis amigos y, por más que sean pocos, me divierto mucho con ellos.
Comencé el año 2020 bastante bien, iba todos los días a la pileta con mis amigos, sino jugaba con la computadora.
El 2 de marzo empezaban las clases y, como nunca, estaba esperando ese día muy ansioso. Llegó la segunda semana de clases, específicamente el viernes... VIERNES 13... un día bastante peculiar. Mientras iba a la escuela, en colectivo, recibí una noticia que no solo cambiaría a la ciudad sino a todo el país y al mundo entero.
El sistema de salud recomienda que todos nos quedemos en casa y evitemos el contacto con otras personas. Pff, me tenía que volver a mi casa.
El domingo, el Presidente dio el comunicado oficial: "Serán 14 días de cuarentena obligatoria". El culpable era un virus llamado SARS-CoV2.
Sinceramente, esto no me gustaba para nada. Desde la escuela nos dieron un trabajo práctico por materia, y aunque nunca supe si estaban bien, llegué a entregarlos justo a tiempo.
Cuando pasaron los 14 días ya estaba listo para retomar las clases, pero... 14 trabajos más, 14 días más y una espera que parecía eterna.
Ya habían pasado otros 14 días y ahora, aparte de lo anterior, se sumaban las clases virtuales. Si antes no me gustaba la cuarentena ¡ahora menos! Ya que de esta forma se me dificultaba mucho aprender y entender los temas. Entonces decidí preguntar a los profesores lo que se me dificultaba, pero no había forma, seguía sin entender.
La verdad, no tenía idea de cómo pasé de año, pero ya estaba en tercero.
El 2021 empezaban las clases y tenía muchas ganas de volver a ver a mis amigos, pero no estaban. Para poder cumplir con el protocolo tenía que dividirse el curso en dos burbujas y, no conocía a nadie de la mía. Todos mis amigos estaban en la burbuja "A" y yo estaba en la "B" ... ¡perfecto!
Cada semana que pasaba, estaba más triste cansado y estresado. Roberto se dio cuenta de esto y decidió acercarse para contarme una historia:
- Recuerdo que mi abuelo me contó que, hace tiempo, un doctor llamado Enrique Carrá atendió a un paciente con una enfermedad desconocida. Después de muchos análisis y pruebas, diagnosticó que él tenía peste bubónica.
- ¿¡Qué?! Ah, sí, la escuché. ¿No estaba en Europa eso?
- Sí, se transmite por las pulgas de los roedores y causa bubones negros en el cuerpo, dolor de cabeza, de garganta, dolor muscular, fiebre...
- ¡Todo eso! Me imagino que habrá hecho un desastre.
- Y sí, solo en Europa mató a veinte millones, así que imagínate.
- Uff... ¡Es un montón!
- Bueno, te sigo contando. Como no se había escuchado hablar de esta enfermedad hacía mucho tiempo, nadie le creyó. Además, había sido nombrado médico municipal el día de los inocentes del año 1900, así que todos lo tomaban a él como un chiste. En aquellos tiempos se decía que el médico municipal le estaba dando a la bebida.
- Nada más alejado de la realidad, el doctor, jajaja...
- ¡Hey! La familia del enfermo no aceptó que se le suministrara el suero antipestoso y al pasar los días, murió. Ahí todo empeoró y el pueblo de San Francisco comenzó a perseguirlo para lincharlo.
- ¿Sólo por un diagnóstico?
- Sí, es que antes era muy distinto. Pero el doctor no se quedó de brazos cruzados y decidió enviar un trozo de ganglio a Buenos Aires para que lo analicen y así ver si su diagnóstico era correcto.
- ¿Y?
- Carrá tenía razón. Entonces, decretó medidas de seguridad para prevenir el contagio. Obviamente, esto no le gustó a todos pero igualmente siguieron las recomendaciones.
- Ah, es como está pasando hoy en día.
- Claro, lo que está pasando ahora no es nada nuevo. A lo largo de la historia siempre hubo pandemias y epidemias. Incluso la peste bubónica tal vez fue mucho peor que el Covid-19 y si se hubiese expandido más habría acabado con el pueblo. Por eso, Dante, esto les tiene que quedar como enseñanza para que valoren, disfruten, abracen y vivan la vida con las personas que quieren. Se trata de seguir adelante, aunque les cueste y nunca bajar los brazos para lograr lo que se propongan. Recordá que todo esfuerzo tiene su recompensa. Yo ya viví mi vida y me quedaron cosas por hacer a las que no llegué por miedo al qué dirán o por no sentirme suficiente para lograrlas. Bueno, me voy a dormir, ¿te gusto la historia?
- Sí, abuelo, me gustó mucho. Me hizo reflexionar sobre lo que está pasando.
- Bien, quizás mañana te cuente la historia del fantasma de la Escuela Normal.
- ¿De quién?