Superadas las primeras horas luego de lanzar la campaña “Changos solidarios”, desde la Red Solidaria San Francisco admitieron que la respuesta de la sociedad fue favorable y buscan continuar juntando alimentos para asistir a familias necesitadas, como así también a merenderos y ollas populares.

Esta nueva campaña nació de una iniciativa de la Red Solidaria junto a supermercados Chapulín. En las cuatro sucursales de dichos comercios, tanto en San Francisco como Frontera, se dispusieron una changos identificados para que la gente, que tenga posibilidades, pueda donar un alimento que será destinado para el armado de bolsones que serán entregados a familias que tengan necesidades y para repartir a merenderos y ollas solidarias”.

“Viene bien por suerte, en las cuatro sucursales se ha juntado, en poco más de 24 horas de lanzada la campaña, dos changos de supermercados con mercadería”, le dijo Marcelo Valverde, referente de la Red Solidaria San Francisco a El Periódico.

Y además manifestó que “ante la necesidad de la gente apenas juntamos alimentos vamos entregando la mercadería o armando bolsones. Vamos a dejar este fin de semana para recolectar algo más y se irá repartiendo según las necesidades”.

“Los merenderos y comedores tienen una gran demanda y atraviesan una situación compleja en la que no siempre consiguen donaciones. Por eso, lanzamos esta campaña”, expresó Valverde. 

Viven al día

A comienzos de octubre, integrantes de merenderos, comedores y de ollas populares de San Francisco y Frontera habían expresado a El Periódico que la demanda de raciones creció en el último tiempo y las donaciones bajaron significativamente.

“Estamos al día con las cosas, pero trabajamos a más no poder para no dejar de brindar el servicio”, había asegurado Gonzalo Giuliano Albo, de Merendero La Amistad de Frontera.

“Aumentaron los pedidos de raciones, lo que significa que la mercadería y el gas dura menos y hay que salir a buscar más, pedir, gastar, pasar más horas de tiempo y tratar de satisfacer las necesidades, es complicado”, graficó.

“A principio de marzo, y con el comienzo de la pandemia teníamos más de 60 niños a los que les dábamos la comida, ahora ya son 87, más algunas personas mayores que también nos piden. La demanda es importante y la necesidad se nota en las familias”. Así describió el panorama Stella Maris Juncos, al frente del espacio Compartiendo Sueños en barrio La Milka de nuestra ciudad, que ayuda las personas con un módulo alimentario