El Senado brasileño dispuso este mediodía por amplio margen que la ex presidenta Dilma Rousseff fuera destituida de su cargo, mientras se disponían a decidir si además sería impedida de ejercer puestos políticos durante un lapso de ocho años. En su lugar quedará el vicepresidente Michel Temer, actualmente a cargo del Poder Ejecutivo.

Los senadores deberán respondieron la pregunta: "¿La acusada cometió crímenes de responsabilidad y debe ser condenada con la pérdida del cargo y el impedimento para ejercer cargos públicos por 8 años?".

Para la destitución, debían conseguirse 54 votos positivos. En cambio, fueron 61 los senadores a favor de apartar a la ex mandataria delPartido de los Trabajadores (PT) como presidente de Brasil. Sólo 20 legisladores apoyaron a Rousseff, en lo que marca un fuerte debilitamiento del PT en el juego político brasileño.

Impacto

el episodio no deja de tener un terrible impacto. Primero, porque el nuevo gobernante, su ex vice Michel Temer, asume en circunstancias de fragilidad tanto por su mala imagen popular –es querido por menos del 10% de los brasileños—como por el contexto económico.

Se acaban de conocer, esta mañana, los datos del Producto Bruto Interno del mes de julio último. Registró una nueva caída de 0,6% con relación a junio, lo que indica que la actividad no se recuperó, pese a rumores de que habría una mejora. Fue también anunciada la tasa de desocupación, que llegó a 11,6%. Hay casi 12 millones de brasileños desempleados.