“Se perdió el espíritu navideño”

Así opinó Graciela Magario de Benedetto, comerciante y encargada de la campaña del litro de leche en la ciudad. “El mejor recuerdo que tengo de la Navidad es de cuando era chica y vivía en el campo con mis papás, abuelos, tíos y mis primos, pasábamos las fiestas en familia”, contó.

Graciela guarda especial memoria para un regalo que le había dado su abuela: una hermosa muñeca de trapo.

Para la mujer, “se perdió bastante el espíritu navideño, todo se ha vuelto más comercial, y los jóvenes prefieren pasar las fiestas con sus novios antes de quedarse con la familia”.

Graciela contó una bella anécdota de una Navidad con su nieta: “Chiara le había prometido a Papá Noel que si le traía una bicicleta ella le entregaba todos sus chupetes. Y cuando lo vio (era mi esposo disfrazado), ella había juntado todos sus chupetes en una bolsita y tenía uno en la boca, que se lo tiró para agarrar la bici”, recordó con una sonrisa.

“Un par de botines o una pelota era algo soñado”

Es el recuerdo de Juan Manuel Aróstegui, goleador de Sportivo Belgrano. El delantero esperaba la Navidad para recibir sus pelotas y botines. “Eran para mí el mejor regalo. En mi época no había tantas facilidades para comprar un juguete, entonces recibir un par de botines o una pelota era algo soñado”, contó.

El jugador aseguró que disfruta en familia las fiestas, ya que tiene parientes en nuestra ciudad y en Santa Fe, por parte de su esposa. “Aprovechamos las fiestas para estar con familiares que no vemos durante todo el año”, recalcó.

“Sin dudas que es una fiesta para vivir la fe y compartir en familia y creo que eso se perdió un poquito. Cada uno está por su cuenta y hay mucha gente que sale a comer afuera, que no tiene nada de malo, pero en mi infancia se vivía de otra forma”, consideró.

Aróstegui vivió la peor Navidad de su vida en Malasia, cuando jugaba para el Selangor Football Club. “Me tocó estar internado solo, sin mi familia, y justó llegó la Navidad. Fue la peor fiesta que pasé en mi vida. Pero después las demás las recuerdo siempre con mucha alegría”, aseguró.

“Vi a mi tío de Papá Noel y desde ese día dejé de creer”

Lo contó Gabriel Manzotti, jugador de básquet de El Tala y modelo en sus ratos libres. “Lo mejor de las Navidades de la infancia era la inocencia de creer en Papá Noel y esperar que sean las doce horas para ir a ver los regalos al lado del arbolito”, destacó.

Pero en una de las Navidades, Gabriel perdió su inocencia de niño: vio a su tío disfrazado de Papá Noel y  acomodando los regalos. “Desde ese día dejé de creer”, recordó entre risas. Gabriel destacó que comparte las fiestas con toda la familia y luego con sus amigos. “No siempre tenemos la posibilidad de juntarnos todos por distintos compromisos”, manifestó.

El basquetbolista recordó que siempre recibió regalos variados. “Pero lo que más esperaba eran los que me traía mi tía Marcela de Buenos Aires, que acá no se conseguían”, dijo.

“Esperábamos la Navidad todo el año”

El artista plástico Luis Taverna bromeó sobre su edad diciendo: “Cuando yo era muy niño no existía la Navidad”. “Me acuerdo de fiestas en familia, con mis abuelos, mis tíos y primos, la pasábamos siempre muy bien. Esperábamos todo el año esa fecha porque mi papá era de La Francia y mi mamá de de San Francisco, entonces nos juntábamos en la casa de mi abuelo y venían todos mis parientes”, recordó.

Luis todavía tiene presente un regalo especial de su padre, que era carpintero y le construyó una “chanchita” de carrera muy de moda por el campeón mundial de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio.

El artista también cree que la Navidad ha ido cambiando. “Hoy es hasta difícil encontrarse con la familia. Los más jóvenes no ven la hora de que sean las 12 para ‘rajar’ a un boliche, lo que no me parece mal, pero los tiempos cambiaron. Entonces nos vamos quedando los más viejos compartiendo el festejo”, indicó.

“Hice de Papá Noel y unos chicos me mostraron poco asombro”

El desilusionado Papá Noel fue Luis Romero, más conocido como “Pampero”, artista callejero de nuestra ciudad. Una Nochebuena, una familia lo contrató para disfrazarse de San Nicolás, sin embargo no la pasó nada bien. “Sufrí mucho calor, llevaba un montón de bolsas de regalos para unos chicos que mostraban poco y nada de asombro. La situación me indignó un poco y esa fue la última vez que hice de Papá Noel”, aseguró.

Para “Pampero” su mejor regalo de Navidad ocurrió en el año 2001 y según contó fue el campeonato que le dio “la gloriosa Academia”. “Vino con mostaza”, contó entre risas.

“Recuerdo que antes la gente se juntaba más, se cortaban las calles, se ponían tablones, todos compartían,  hoy en día se ve poco eso”, opinó.