Andrés Tamagnini tiene un pie en Córdoba, donde estudia Cine en la UNC, y otro en San Francisco, su ciudad natal donde quiere dejar huella con sus creaciones, que pese a sus 20 años, ya dan que hablar.

La última fue el mediometraje "Hecho para Marte" que se proyectó en el Cine Radar semanas atrás y a sala llena. Más que llena, desbordada porque había público sentado en las escalinatas y hasta en el piso. Otros solo llegaron hasta la puerta. Por eso, no se descarta una nueva proyección antes de que la historia -en su totalidad made in San Francisco- llegue a algunos festivales de cine.

"No hay nada más lindo que hacer cine en San Francisco, con gente de San Francisco y poder verlo en el cine de la ciudad, es algo que soñábamos", resalta Tamagnini en una entrevista para el ciclo "Yo Digo" que se emite por El Periódico TV y El Periódico Radio (FM 97.1).

- Imagino que están contentos porque fue un éxito la proyección de Hecho para Marte.

- Muy contentos, se convocó a una gran cantidad de gente que no esperábamos.

- Lo que tiene de interesante es la actuación de personas de acá que nos podemos cruzar en la calle. Además de quienes trabajan detrás de escena. ¿Cómo se gestó esta idea?

- El corto, eso iba a ser, es cien por ciento realizado por gente de San Francisco, adelante y detrás de las cámaras. La idea surgió en diciembre del año pasado, había como una idea de videoclip con un doble de Fito Páez. Luego se fue armando esto, surgió la coproducción de los talleres de Teatro y Literatura que tiene la Municipalidad, la producción del Centro Cultural que nos abrió las puertas para poder realizarlo.

- ¿Y cómo fue esa convocatoria? Me refiero a los protagonistas, sobre todo Pablo Salvay que es del palo de la música. Claudia Domínguez ya había sido protagonista en un corto tuyo.

- Con Pablo el año pasado realizamos un videoclip con los chicos de I Griega. Había un personaje, un papel chico de un motoquero que pasaba a buscar a la protagonista y cuando lo estaba escribiendo pensé en él. Lo llamamos, se copó con la idea y como había buena onda quedó esa posibilidad de hacer algo a futuro. En diciembre cuando se gestaba la idea de este doble de Fito dimos vueltas y dijimos "vamos a convocar a Pablo". Y junto a Claudia usamos esos personajes desde la realidad para convertirlos en personajes de ficción.

Yo Digo - Andrés Tamagnini

- ¿Es un desafío laburar con gente que no es del palo de la actuación?

- Con Pablo particularmente lo fue, a Claudia la conocíamos de un corto que hicimos anteriormente (El Mono) donde ella actúa y es genial. Pablo había aparecido solo en imagen y ahora el desafío era un texto largo, con mucho diálogo. Cuando pusimos la cámara y dijimos acción, desde el primer momento se soltó y no podíamos creer lo genial y divertido que era.

- ¿Qué te generó ver tu producción en el cine Radar, ver la sala repleta?

- Fue un flash. En el momento faltaban 10 minutos para las 20.30, se hablaba mucho entre la gente del medio que había que ir a verlo, que iban a ir. Pero había 50 personas. Pensamos que ese era el número, pero en un momento empezó a venir gente, se llenaron las butacas, las escaleras, algunos en el piso y otra gente se quedó afuera. Fue un delirio, no imaginábamos semejante repercusión, aunque se aspiraba a tener una llegada popular. Ya en la primera imagen que se proyectó se empezaron a escuchar risas que se repitieron en cada escena. La gente respondió muy bien, le gustó mucho. Pienso eso porque los aplausos del final pueden ser por compromiso muchas veces pero las risas no.

- ¿Es el trabajo más grande que hiciste?

- En duración sí, fue lo más largo. No esperado porque buscábamos hacer un corto y después por este proceso de improvisar fueron surgiendo escenas nuevas y terminaron siendo 35 minutos.

- ¿La idea es presentarlo en festivales?

- Nos gustaría primero hacer una segunda presentación en la ciudad. Estamos viendo si lo podemos organizar.

- ¿Por qué elegiste la Licenciatura en Cine y Artes Visuales, una carrera atípica para un joven de estos lados? ¿Hubo antes alguna presión familiar de elegir otra cosa?

- En el medio no hubo presiones, en ningún momento. Sí me costó decidirlo, notaba que iba por ese lado, pero me llevó un tiempo. Yo tenía una pasión muy fuerte por el cine que nació en el secundario cuando empezamos a ir seguido con un compañero. Iba casi todas las semanas porque me empezaron a dar los afiches de las películas. Ahí empezó mi curiosidad de cómo está hecho el cine, no tanto en lo narrativo sino el movimiento de cámaras, el detrás de escena. Después empecé a sentir esa cosa de querer contar algo audiovisualmente.

- ¿Alguna película o director te voló la cabeza en ese momento?

- Me acuerdo una peli que me marcó cuando vi el tráiler. Fue 'Los ocho más odiados' de Quentin Tarantino. Sonaba como algo distinto, era muy rockero, relatos casi como poesía, personajes sucios, violentos y me parecía que detrás de la cámara más que un director había una estrella de rock y eso me atrapó. Después la peli me tocó por otro lado, la construcción increíble de los personajes. Fui descubriendo otros directores como Woody Allen, Martin Scorsese, hasta que llegó el momento de decidir. Tenía la idea de ser ingeniero en Sistemas (ríe)... era bueno en Matemática.

- ¿Qué buscás contar en tus trabajos?

- Siempre es algo distinto, pero existe esa pulsión de contar algo con la cámara, narrar desde la imagen, el sonido y generar esa experiencia sensorial. Busco mover algo en el espectador a través de todos los recursos con los que cuento, después surgen ideas que a uno le queda del vivir cotidiano y lo lleva a crear pequeños mundos en esos minutos.

- Hiciste una especie de comedia con Hecho para Marte, pero me hablás de una devoción por Tarantino que es pura sangre. ¿Qué te ves más haciendo?

- No sé si me gusta un género particular. No voy por el lado del género, sino por el lado de los directores. Me fanatizo con el director y quiero descubrir por qué logra que una escena impacte. No me quiero identificar con un género particular. Pero siempre trato de que esté presente la música.

- ¿Uno nunca sabe lo que el destino le puede deparar, pero tu idea es asentarte en San Francisco? No debe ser fácil hacer cine acá.

- Como todo tiene sus pro y sus contras, pero me divierte mucho hacerlo acá porque lo hago con amigos, gente que aprecio y que admiro y eso tiene un valor agregado porque nos divertimos mucho. El mismo hacer nos fue encontrando con Laura Pratto, Eric Flores, Emma Nicolini, Jere Lobos, gente que aprecio y admiro y es muy lindo hacer cine con ellos. Además hacerlo en una ciudad como esta donde todos nos conocemos brinda facilidades en conseguir locaciones, que por ahí en una ciudad grande no pasa. La meta es seguir haciendo cine, en la ciudad me encanta y ojalá pueda. Está bueno que el Centro Cultural, la Municipalidad apoye y genere posibilidades.

- ¿Y que la sala local abra para eso?

- Sí, es muy importante y agradecemos mucho al cine Radar, a Martín Adami, que la verdad tienen la predisposición para pasar cine local. No hay nada más lindo que hacer cine en San Francisco, con gente de San Francisco y poder verlo en el cine de la ciudad, es algo que soñábamos. Se ve espectacular y se escucha muy bien.

- Con este auge de las plataformas digitales como Netflix, Amazon, a vos que sos contemporáneo a ellas qué te gustaría más: ¿verte allí o el ideal sigue siendo la pantalla grande? Al margen de que las dos son tentadoras.

- En particular amo la experiencia del cine, la comunión de un montón de grupos, de gente mirando en una sala oscura en una pantalla grande, eso no sucede mirando tranquilo en la casa una película desde un sillón. Pero las plataformas abren una posibilidad, la tecnología de filmar que sea más accesible, hay cosas hechas con un celular que son geniales. Y estas plataformas si bien tienen mucho de alto presupuesto, también abre puertas al cine de autor, de culto.