Un extraño accidente le costó la vida, pero él quería evitar más tragedias. Tal vez ni lo pensó, pero el instinto lo condujo a proteger las vidas que dependían de sus manos que conducían un transporte público en Hangzhou, una ciudad de China.

Un “objeto metálico” que vino del carril opuesto, según la Policía local, destruyó el parabrisas de un colectivo e hirió de gravedad al chofer, identificado como Wu Bin de 48 años.

Pese a los dolores y a las lesiones graves, el hombre se esforzó y estacionó el vehículo para evitar una catástrofe que estaba casi asegurada. Afortunadamente, ninguno de los pasajeros a bordo resultó herido.

Por esto, el Gobierno de China, tras analizar las imágenes en las que se registró la hazaña, decidió proclamarlo héroe popular por su “valentía y ejemplo moral”.

Y no es para menos. Las cámaras de seguridad detectaron que hasta último momento Bin cumplió con las normas de tránsito y de seguridad: accionó el freno de mano y encendió las luces de emergencia. Su responsabilidad trascendió lo imprevisto, lo fatal.