Como todo gimnasio las ventanas vidriadas y la concentración de las personas haciendo ejercicio siempre llaman la atención, pero hay uno donde se encuentra un hombre llamado Miguel Bertoli que multiplica la curiosidad desde hace dos meses.

Miguel tiene 74 años y hace un año le tocó atravesar un momento muy difícil de su vida, por el que se emociona cuando lo menciona. Sus ojos son de un fuerte tono celeste, que se empañaron un poco por algunas lágrimas. “Lamentablemente hace un año falleció mi señora, estaba muy bajoneado”, dijo a El Periódico. 

Después de encontrarse sin el amor de su vida no encontraba algo que lo llenara y contó que  “iba de la televisión a la silla y de la silla al televisor”.

Eso cambió cuando dos amigos de la familia le insistieron para que averigüe si podía empezar el gimnasio, no cualquiera sino uno dedicado a practicar calistenia. Después de pensarlo, Miguel se dio cuenta de que ir de un lado a otro dentro de su casa “no era vida” y aceptó ir cuanto menos a preguntar.

Así fue que un día se llegó hasta el gimnasio Génesis y encontraron al profesor Joaquín Arnaudo, que no tuvo dudas en aceptar que se inscribiera el que ahora es su alumno de mayor edad.

“Fue un día que estaba entrenando y llegaron a preguntarme si enseñaba calistenia a personas mayores. Por ahí se piensa que es para iniciar desde niño o solo personas más jóvenes, pero la disciplina avanzó mucho y los ejercicios pueden adaptarse”, comentó.

Miguel y Joaquín, su profe y motivador.

Cambios

Sin darse cuenta, para los personajes de esta historia todo cambió repentinamente. Miguel llegó como un hombre que no tenía mucho equilibrio para moverse o andar en bici y ahora es uno que puede entrenar a la par de cualquiera más joven.

Son solo dos meses, pero Miguel ganó muchísimo en vitalidad al ponerse en movimiento. Su profe Joaquín explicó que la calistenia es una disciplina que tiene como clave usar la propia fuerza para los ejercicios. Practicarla sirve como un desafío permanente con uno mismo e ir superándose.

“Desde mi punto de vista es el entrenamiento más completo del mundo, no quiere decir que sea el mejor, pero sí el más completo. Exige mejorar ciertos atributos del cuerpo como la resistencia, fuerza, movilidad, propiocepción y al usar el peso del cuerpo para eso, el margen de lesiones es menor al 1%”, señaló el instructor.

Eso pasó con Miguel, que todos los días sigue rutinas apuntando a ganar movilidad, fuerza y resistencia. “Adaptamos los ejercicios para que gane atributos sintiéndose cómodo en su vida. Eso es muy satisfactorio, es mi primer caso y cómo viene avanzando es algo exitoso”, indicó Arnaudo.

Nunca había ido a un gimnasio en su vida y hoy es el lugar que más visita.

Entusiasmo

Las cualidades que enumeró no están lejos de las mismas que tienen otras personas más jóvenes que hacen calistenia. A Miguel eso le sirvió para ganar impulso en la vida y dejar de lado la tele y el sillón.

“Con el profesor Joaquín empezamos a movernos y mi vida cambió totalmente, descanso toda la noche, estoy moviendo todas las articulaciones, caderas, hombros. Llega la tarde y descanso, la televisión quedó de lado. Mi vida cambió con este gimnasio, estoy feliz y contento”, expresó Miguel, que es sin dudas el más popular de cualquiera de los turnos del gimnasio.

Para Miguel no hay tristeza, lógicamente sí añoranza y un extrañamiento respecto de su esposa, pero ha logrado enfocarse en aprender cosas nuevas, desafiarse y así disfrutar mucho más a sus hijos y nietos. Por eso definió qué es lo que va a hacer allí con dos palabras: “Estoy divirtiéndome”.