Pocas horas antes del show, Gustavo "Chizzo" Nápoli cantante y guitarrista de La Renga, había sostenido a este medio que estaban muy seguros de sobrellevar el recital sin problemas. "No somos unos improvisados, sabemos hacer un show masivo", había dicho algo enojado después de que su presentación en San Juan fuera suspendida sin mayores explicaciones.

Es que desde que ocurrió el desmadre en Olavarría tras la presentación del Carlos "Indio" Solari, autoridades y productores se encuentran en alerta máxima a la hora de hacer eventos masivos.

Con ese viento en contra La Renga decidió reubicar su show y recaló en esta Provincia. Los ojos del país se posaron en esta fecha y todos los implicados respiraron confiados sobre el final al saber que la noche fue una verdadera fiesta.

A domar a las multitudes

Las horas anteriores al show transcurrieron como cualquier previa de recital: hubo asados improvisados (otros elaborados), choris, hamburguesas con y sin huevo y bebida alcohólicas como para multiplicar a los asistentes por cinco o más. También ofertas de todo tipo: 3x2 en cerveza, dos por $ 100 en sándwiches, remeras, gorros y banderas de todos los precios.

Jesús María vio multiplicada su población, pero sin embargo la ciudad no fue sitiada por completo por fanáticos. Algunos miles coparon las zonas aledañas al predio que bordea las vías del ferrocarril y solo unos pocos acamparon. Es que en esta ocasión la cantidad de entradas disponibles se redujo a un número "manejable" tras lo ocurrido en Olavarría. "Tendrían que venir todos los meses", dijo un vecino contento adentro de un quiosco. Parece que las ventas fueron muchas y los altercados muy pocos.

Luego de un ingreso paulatino y sin sobresaltos, el show que estaba previsto para las 20, se demoró bastante hasta que adentro del Anfiteatro de Jesús María estuvieran casi todos los asistentes. Tocaron bandas soporte, pero pasadas las 21 la gente comenzó a pedir por Chizzo, Teté y Tanque. Finalmente, el trío se subió al escenario pasadas las 21.30.

Hablando de la libertad

Como una forma de describir este momento, la banda comenzó el set con el tema Nómades de su último disco Pesados vestigios. Le siguieron Tripa y corazón (del disco La Renga) y Corazón fugitivo (también de Pesados vestigios).

El público demoró algunos temas en relajarse y sentirse cómodo. El fantasma de Olavarría sobrevolaba la fiesta y los fanáticos se encargaban de repetir una y otra vez que la cosa iba a ser "en paz" casi como tratando de convencerse a ellos mismos. El tema Veneno fue el grito catártico que la multitud necesitaba para dejar atrás los miedos y disfrutar a pleno de más de 25 años de rock en un set que duró casi dos horas. Quizás porque está a punto de cubrir 20 años, gran parte del show estuvo conformado por temas del disco titulado La Renga. El twist del pibe, San Miguel, Ser yo y Bien alto, fueron algunos de ellos.

También hubo lugar para reivindicar a Despedazados por mil partes, el material que el año pasado cumplió su segunda década. De ese disco sonaron: El final es donde partí, Cuando vendrán los días de sol y el cierre (y broche de oro) Hablando de la libertad.

"Córdoba, gracias por recibirnos, esta debería llamarse la capital nacional del rock", dijo Chizzo sobre el final del recital como una forma de devolver la confianza que productores y autoridades pusieron en esta fecha.

Fuente: La Voz del Interior