Corre la cuenta regresiva para el show que la cantante estadounidense Madonna ofrecerá el 22 de diciembre en el estadio Mario Kempes, un evento que se palpita como histórico no sólo para el show bussines local sino también para el nacional. Es que, según los productores, aquí faltan apenas 5.000 entradas para agotar la taquilla mientras en Buenos Aires la venta del segundo River tiene un ritmo cansino, muy lejos del esperado. Además, las entradas disponibles para el 22D son para el campo y las plateas más baratas, ya que el resto de los sectores están agotados. En otras palabras, hay expectativa.

Lo de la cuenta regresiva no es sólo un capricho anclado en el comienzo del mes en curso. Sucede que el viernes comenzará en el estadio mundialista la producción de cara al show, que demandará el trabajo en doble turno de 400 personas durante cinco días consecutivos. Todo ese personal, según se informó desde En Vivo Producciones, empresa cordobesa que hace de pata local de la logística general, se manejará espacialmente en la playa de estacionamiento norte del Kempes, donde se dispondrán de forma gradual los 160 camiones que llegarán para la avanzada.

Para el armado del escenario, diseñado y creado por una empresa belga, habrá que esperar a que Madonna ofrezca sus dos conciertos en River Plate el 13 y el 15 del corriente. Así, la estructura que se dispondrá sobre la popular Daniel Willington comenzará a trabajarse el 18 del diciembre. Entre los shows porteños y el cordobés mediará la presentación de Madonna en Santiago de Chile (19D), pero allí se usará un escenario distinto.

Otros detalles. Madonna no dormiría en Córdoba tras su show. Sin embargo, la empresa Live Nation ha reservado un cinco estrellas completo para albergar a la diva y a su crew. Entre la numerosa comitiva, se destaca la presencia de un escalafón de tres cocineros. Uno trabajará para el personal de la avanzada, otro para los trabajadores cercanos a la cantante y el jefe del sector sólo se reserva para la estrella.

Madonna llegará a Córdoba en el marco del tour que respalda la publicación del disco MDNA, que comenzó a fines de mayo en Tel Aviv y que tuvo un paso polémico por Rusia, además de gestos desafiantes para instituciones religiosas, gobiernos y una nueva y amenazante oponente como Lady Gaga.

Y como aquel "Sticky & Sweet Tour", éste se garantiza una reserva étnica. Así como entonces Madonna cobijó a un grupo de instrumentistas rumanos, ahora lo hace con el grupo vasco Kalacan, cuya oferta ayuda a la concreción de una suerte de misa oficiada por la diva. Misa que luego mutará en fiesta dionisíaca con 22 bailarines y más de 700 prendas que obligan a repentinos cambios de vestuario.

Los soportes
Apenas se confirmó que Madonna venía a Córdoba, surgieron un montón de nombres como probables soportes. El más controversial fue el del grupo cuartetero La Barra. Pero finalmente la diva y sus colaboradores cercanos, a quienes los productores locales les acercaron varias propuestas, se decidieron por el pinchadiscos localFacu Carri, quien ya había llevado adelante el warm up(calentamiento) para el set que el francés David Guetta ofreció a comienzos de este año en La Estación (comuna San Roque). "Presentamos a La Barra, a Las Rositas y a una lista de cuatro dee jays. Se inclinaron por Carri", contó José Palazzo, titular de En Vivo Producciones. Por mostrar un artista local en el contexto de un show internacional, la productora Time 4 Fun cumple con una norma provincial y quedará exenta de impuestos.