El 3 de marzo de 2000, Charly García protagonizó uno de los momentos más icónicos y temerarios del rock argentino: su salto desde el noveno piso del Hotel Aconcagua de Mendoza hasta la pileta del establecimiento. A un cuarto de siglo de aquella jornada, el episodio sigue siendo un símbolo de rebeldía, locura y genio.

Charly había llegado a Mendoza para participar del ciclo "Argentina en Vivo" junto a Mercedes Sosa y Nito Mestre, con quienes tocó en el estadio Malvinas Argentinas la noche del 1 de marzo. Concluido el show, recorrió bares mendocinos en una gira nocturna con su séquito. 

En un pub, una mujer lo increpó y le arrojó un vaso de whisky en la cara por no haber atendido un pedido. Lo que siguió fue un escándalo con sillazos y una retirada abrupta al hotel, con el rostro manchado de sangre y un enojo creciente.

El día siguiente, sin haber dormido, fue llevado por la fuerza a un juzgado y luego a la Penitenciaría Provincial. Un comisario le dijo: "Para mí, usted es un ciudadano más, una persona común y corriente". Charly, indignado, respondió: "Yo no soy igual al resto, yo soy un genio". Tras ser liberado y escoltado de regreso al hotel por un fuerte operativo policial, la ira del músico no se disipó.

Así fue el SALTO inmortal de CHARLY GARCÍA desde un SÉPTIMO piso hacia una PILETA en MENDOZA

Un salto para la historia

Con el objetivo de demostrar que no era "una persona común", Charly decidió tirarse desde su habitación del noveno piso. Pero antes, hizo cálculos: arrojó un equipo de música y una estatua de adorno para medir la trayectoria y el viento. Sabía que un error podía costarle la vida.

Finalmente, sin avisar a nadie, se impulsó desde el balcón y cayó en la pileta de 2,40 metros de profundidad. "Es la primera cosa deportiva que realmente estoy disfrutando", dijo a los periodistas que lo esperaban junto al agua, mientras nadaba con tranquilidad.

El episodio quedó registrado en una breve filmación donde se lo ve en el aire, pero no su llegada al agua. Sin embargo, la suerte, o su preciso cálculo, lo llevaron a aterrizar sin más daños que una pequeña herida en la mano.

Y esto porque dos episodios sucedían en simultáneo en el Hotel Raíces Aconcagua ese 3 de marzo: un Charly García explosivo se hospedaba en el penthouse (ahora deshabilitado) ubicado en el noveno piso del establecimiento, y Alberto Flamarique, entonces ministro de Trabajo de la Nación, daba una conferencia de prensa. Por ese motivo, el portón estaba lleno de jóvenes fans esperando a su ídolo y el interior del edificio estaba repleto de periodistas.

Testimonios de testigos

Daniel Raquela, camarógrafo que capturó el momento del salto, recordó: "Cuando apunté la cámara a Charly, saltó. Hoy lo veo y no puedo creer haber hecho el encuadre perfecto".

Por su parte, Miguel Calabretto, empleado del hotel en ese entonces, rememoró: "Salí al patio de la pileta y lo vi haciendo la plancha. Estaba lúcido".

"Tenía un solo salto para hacer"

Las razones del salto han sido muchas y cambiantes según las versiones del propio Charly. En un especial de National Geographic, le dijo a Julieta Venegas: "Me perseguía la policía. Había un policía abajo y no venía a decirme ‘no te tires’. Cuando al final subió, me dice: ‘Yo soy la policía’. Y le digo: ‘¿Y quién te manda a no estudiar?’".

Años después, en una entrevista con el diario Los Andes, reflexionó: "Me di cuenta de lo que hice cuando estaba en el aire. La primera parte del salto, que es cuando todavía estás bajo la influencia de tus músculos, es una cosa. Y después te chupa la gravedad y bajás como un meteorito".

Lo que pudo haber sido una tragedia terminó en una anécdota de antología. Su única secuela visible fue una pequeña herida en la mano. Un rasguño para un tigre de mil batallas.