Unos chats entre la madre y su novia revelan cómo lo torturaban a Lucio Dupuy
El nene tenía 5 años y terminó asesinado en La Pampa. Los fiscales afirman que los chats dejan en evidencia “castigos inhumanos” a los que era sometido.
Continúa la investigación por el crimen de Lucio Dupuy, el niño de 5 años asesinado en La Pampa en noviembre del año pasado por su propia madre y la pareja de ésta. Magdalena Espósito Valenti (24) y Abigail Páez (27) continúan detenidas por el homicidio del niño y los detalles del caso son escalofriantes.
Ramón Dupuy, el abuelo de Lucio, reveló que los chats entre Magdalena “Magui” Espósito (madre del nene) y su pareja muestran que “tenían planeado matarlo, desde el primer día que se lo llevan”.
La familia Dupuy, que reside en General Pico, recibió las acusaciones de los fiscales y de su abogado querellante José Mario Aguerrido. La semana que viene se realiza la presentación de pruebas para el juicio oral y la fijación de la fecha de las audiencias.
Los informes provocaron una enorme conmoción en la familia Dupuy, a pesar que ya conocían detalles desgarradores sobre las golpizas y las heridas fatales que Lucio recibió el 26 de noviembre de 2021
“La aberración que le han hecho. Lo que sufrió mi nieto. Lo matan por odio de género”, dijo Ramón Dupuy. La autopsia reveló que tiene el “glande desgarrado y mordeduras en sus genitales”.
Ramón indicó que la acusación dice que “a Lucio le cortaron los genitales a mordiscones, imagínate lo que ha sufrido, un disparate. También lo estuvieron pisando, mientras agonizaba lo violaron”. Y reveló que “ellas (por la madre y su pareja) tenían planeado matarlo desde el primer momento. Todo está en los chats”.
LAS ACUSACIONES CONTRA LAS IMPUTADAS
El Ministerio Público Fiscal de La Pampa pidió ampliar la acusación contra las acusadas por la muerte de Lucio. El juez Néstor Ralli aceptó que ambas sean imputadas por abuso sexual gravemente ultrajante.
Ahora, la madre de Lucio está acusada de “homicidio triplemente calificado por el vínculo y con ensañamiento y alevosía; en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y formas concretas de realización y con acceso carnal vía anal, triplemente agravado por ser la guardadora al momento de los hechos, por ser cometido por dos personas y por existir convivencia con la víctima menor de 18 años, como delito continuado”.
La pareja de Valenti, Abigail Páez está acusada de homicidio doblemente agravado.
CASTIGOS A LUCIO
Según informó Clarín, la acusación fiscal señala que -de la apertura de los celulares de Magui Espósito y Abigail Páez- surgen “mensajes escalofriantes de castigos inhumanos al que era sometido el niño”.
Y detalla esos castigos: “falta de comida, frio, penitencias interminables contra una pared, golpes de puño en la panza que le provocaban vómitos continuos, golpes en la cara que le provocaron lesiones visibles, amenazas respecto de que no podía contar a nadie lo que vivía sino sería peor, no mandarlo al jardín por dos motivos: primero para que no vieran las maestras sus lesiones y segundo como forma de endilgarle castigo ya que disfrutaba de ir al jardín”.
En esos chats también “se comentaron miedos de que se quitara la remera y otros adultos vieran sus marcas de golpes, que cuando salía comía en demasía porque luego tenía períodos de hambruna en su casa y temían que se dieran cuenta de ello”.
También los chats revelaron que “le ponían hielo (a Lucio) para que se le deshincharan los golpes de la cabeza, acuerdos entre las mujeres de excusas que expondrían en el jardín para justificar su ausencia, o para que no se juntara con amiguitos, y para no ir a la casa de la abuela, en referencia a la madre de Abigail Páez”.
Los fiscales explican que “en esos mensajes se puede leer como Lucio era una molestia para Abigail y Magdalena y todo el tiempo pensaban como quitarlo de sus vidas para que no arruinara su relación de pareja, y según ellas sus peleas y discusiones las motivaba Lucio”.
La lectura de estos mensajes demuestra que durante la convivencia y hasta el fallecimiento del nene, tanto Abigail Páez como Magdalena Espósito golpearon a Lucio, provocaron lesiones que luego ocultaron con aislamiento del niño de su vida social, sabían que vomitaba producto de las lesiones, era su anhelo que Lucio saliera de sus vidas”, dicen los fiscales.
EL CASO
Lucio Dupuy fue asesinado la noche del viernes 26 de noviembre de 2021. Esa noche, cerca de las 21.27, Abigail Páez se acercó, cargando en sus hombros a Lucio, a la posta sanitaria del barrio Río Atuel. Ese centro quedaba a 150 metros de su casa.
Como la posta estaba cerrada, cruzó la calle hacia una comisaría del lugar, pero los policías no quisieron atender al nene por el estado en que estaba. Tampoco trasladarlo.
Un hombre y su madre pusieron el auto para trasladar al nene y a la mujer. Cuando llegó al Hospital Evita de la capital pampeana, Lucio estaba muerto según certificó el médico de guardia, Hugo Daniel Argüello. Eran las 21.45.
La acusación fiscal, a cargo de los fiscales Verónica Ferrero, Walter Martos y Marcos Sacco reveló la brutal agresión que sufrió el nene. Aseguran que “Abigail Páez y a Magdalena Esposito Valenti que el día 26 de noviembre de 2021 entre la hora 17.30 y las 19.40 agredieron físicamente en forma conjunta al niño Lucio Dupuy mediante golpes propinados con sus extremidades”, señalan.
Esos golpes le provocaron: “Múltiples lesiones en abdomen; tórax; espalda; piernas; brazos, rostro y cráneo; hematomas en espalda con marca de impresión de calzado, edema cerebral con enclavamiento asociados a dichos golpes violentos y rotura hepática y hemoperitoneo, lesiones estas últimas que le ocasionaron la muerte, luego de un proceso de agonía”.
Pero además los fiscales sostienen que “ambas abusaron sexualmente del niño con acceso carnal en reiteradas oportunidades”.
A penas unas horas después de la muerte del pequeño, su padre Christian reveló que la justicia le impedía ver a su hijo. “La Justicia nunca me escuchó, por más abogados y mediaciones que realicé. Hoy pagó mi hijo, no escuchen solo a la madre, el padre sufre en silencio”, dijo en las redes.