Hacia finales de 2023 se registró en todo el país una proliferación de mosquitos mucho mayor a la que habitualmente ocurre durante el verano. La principal causa de este fenómeno es el clima y su desarrollo actual, atípico para las épocas de calor en esta región. Así las cosas, al aumento normal de la población de Aedes aegypti se sumó el crecimiento de otras dos especies también portadoras de enfermedades para los humanos.

Las personas, en tanto, son el blanco perfecto para esas molestas picaduras. Sucede que existen señales físicas y químicas que condicionan la atracción del mosquito hacia personas determinadas.

Ahora, un equipo de investigadores de Virginia Tech, en Estados Unidos, comprobó que lavarse con algunos jabones atrae a los mosquitos, mientras que otros jabones los repelen. Aunque estos efectos varían según las personas como resultado de las interacciones entre los jabones y el perfil de olor único de cada uno.

Según publican en la revista iScience, es sorprendente que el mismo individuo que es extremadamente atractivo para los mosquitos cuando no se lava pueda volverse aún más atractivo para estos insectos con un jabón, y luego volverse repelente o repulsivo con otro jabón.

EL AROMA QUE EVITA LAS PICADURAS

Según el neuroetólogo Clément Vinauger, autor principal del estudio, el ser humano lleva utilizando jabones y otros productos personales perfumados desde la antigüedad. Sabemos que los jabones cambian nuestra percepción del olor corporal de los demás, pero no está tan claro si estos productos también cambian la forma en que los mosquitos perciben y discriminan entre nosotros como posibles donantes de sangre.

Los mosquitos no se alimentan sólo de sangre, de hecho su principal fuente de alimento es el néctar de las plantas, por lo que rociarnos con aromas derivados de plantas o que las imiten podría confundir su toma de decisiones.

Para explorar la relación entre la aplicación de jabón y el atractivo para los mosquitos, los investigadores caracterizaron primero los olores químicos emitidos por cuatro voluntarios humanos, tanto cuando estaban sin lavar como después de haberse lavado con cada una de las cuatro marcas de jabón: Dial, Dove, Native y Simple Truth.


También caracterizaron los perfiles de olor de los jabones. El equipo descubrió que cada uno de los voluntarios emitía su propio perfil de olor, algunos más atractivos para los mosquitos que otros. El lavado del jabón modificaba significativamente estos perfiles de olor, y no sólo añadiendo fragancias florales a la mezcla.

“Todo el mundo huele diferente, incluso después de aplicar jabón; tu estado fisiológico, tu forma de vida, lo que comes y los lugares a los que vas afectan a tu forma de oler, detalló la coautora y bióloga Chloé Lahondère.

Y los jabones cambian drásticamente nuestra forma de oler, no sólo añadiendo sustancias químicas, sino también provocando variaciones en la emisión de compuestos que ya producimos de forma natural.

A continuación, los investigadores compararon el atractivo relativo de cada voluntario humano para los mosquitos Aedes aegypti cuando estaba sin lavar frente a una hora después de usar los distintos jabones. Dado que los mosquitos macho se alimentan exclusivamente de néctar y las hembras sólo se alimentan de sangre después del apareamiento, los investigadores comprobaron exclusivamente el atractivo de las hembras adultas que se habían apareado recientemente.

También excluyeron los efectos del dióxido de carbono exhalado (CO2), otra señal importante para los mosquitos, realizando las pruebas de preferencia de los mosquitos sobre tela que había absorbido los olores de los voluntarios humanos en lugar de sobre los propios humanos.

El lavado con jabón influyó en las preferencias de los mosquitos, pero la magnitud y la dirección de este efecto difirieron entre los distintos tipos de jabón y entre los voluntarios humanos. El lavado con Dove y Simple Truth aumentó el atractivo de algunos voluntarios (pero no de todos), mientras que el lavado con jabón Native tendió a repeler a los mosquitos.

“Lo que realmente importa al mosquito no es la sustancia química más abundante, sino las asociaciones y combinaciones específicas de sustancias químicas, no sólo del jabón, sino también de nuestros olores corporales personales, precisó Vinauger.

Todos los jabones contenían una sustancia química llamada limoneno, que es un repelente de mosquitos conocido, pero a pesar de que esa era la sustancia química principal en los cuatro jabones, tres de los cuatro jabones que probamos aumentaban la atracción de los mosquitos. “Sabemos que las proporciones de las sustancias químicas son extremadamente importantes para determinar si los mosquitos son atraídos o repelidos, añadó Lahondère.

EL COCO

Cambiar la proporción de las mismas sustancias químicas exactas puede provocar atracción, indiferencia o repulsión.

Para identificar los ingredientes específicos que atraen y repelen a los mosquitos, los investigadores analizaron las composiciones químicas de los distintos jabones a la luz de su impacto en la preferencia de los mosquitos. Identificaron cuatro sustancias químicas asociadas a la atracción de mosquitos y tres asociadas a la repulsión, entre ellas una sustancia química con aroma de coco que es un componente clave del bourbon americano y un compuesto floral utilizado para tratar la sarna y los piojos.

El equipo combinó estas sustancias químicas para crear y probar mezclas de olores atrayentes y repelentes, que tuvieron un fuerte impacto en la preferencia de los mosquitos. Con estas mezclas, eliminamos todo el ruido de la señal incluyendo sólo aquellas sustancias químicas que las estadísticas nos decían que eran importantes para la atracción o la repulsión, explicó Vinauger.

Los investigadores llegaron a una conclusión: “Yo elegiría un jabón con aroma de coco si quisiera reducir la atracción de los mosquitos”.

El equipo pretende ampliar estos resultados y encontrar algunos patrones o reglas generales probando más variedades de jabón y muchas más personas. También tienen previsto estudiar cómo influye el jabón en las preferencias de los mosquitos durante un periodo de tiempo más largo. “Por ejemplo, si uno se ducha por la mañana, ¿sigue siendo importante para los mosquitos por la noche?”, se preguntó Vinauger.