Para un fanático de River, la pasión por el Millonario llegó más allá de la vuelta al Monumental de Núñez con la presencialidad de los hinchas en el fútbol argentino. Walter Alegre, vecino de Villa Rosa de 27 años, decidió bautizar Enzo Francescoli a su cuarto hijo en honor a uno de los máximos ídolos de la historia del club.

“Tenía pensado desde el primer momento nombrarlo Enzo Francesco porque veía medio imposible ponerle Francescoli, ya que es un apellido. Al momento de estar anotándolo en el Registro Civil, le pregunté al encargado si había posibilidades y me dijo que sí. Algo que no me lo esperaba, increíble”, comentó Alegre.

Si nacía nena, su esposa, Griselda, tenía pactado encargarse de elegir el nombre. Pero después de haber dado a luz a Ian, Thiago y Benja, Enzo llegó el 6 de septiembre para sumarse a esta familia futbolera. “Le dije desde un principio que le iba a poner ese nombre. Ella comparte lo mismo que yo, es fanática de River y solemos ir a la cancha con nuestros hijos también. Somos todos socios”.

Para mostrar el amor por River a todos los lugares donde va, Walter se encargó de que la foto del DNI de su hijo aparezca con la pechera del equipo. “Fue lo primero que le compré”, añade el hincha. “Lo quiero llevar a la cancha cuanto antes, cuando consiga entradas voy a ir con él”.

Walter no recuerda cuando se le despertó este fanatismo, pero asegura que fue desde que nació. “Gracias a mi padrino que era hincha, él me lo inculcó. Cuando tenía 8 años falleció y yo seguí siendo fanático del equipo”, comentó el vecino de Pilar.

“El solo hecho de decir ‘Enzo’ simboliza todo River, en general. Con mi edad, mucho no lo pude disfrutar en la cancha, pero me trae recuerdos a mi padrino, me simboliza mucho. Todos me decían que estaba loco por llamar a mi hijo así. No, no estoy loco, ¿qué querés que haga? Soy de River”.

Y añadió: “Uno de mis objetivos ahora es conocerlo al futbolista. Para tener una foto con mi hijo, nada más. En homenaje a él”, aspira Walter. “Se me vienen muchas cosas a la cabeza cuando se pronuncia la palabra ‘River’. Primero, mis hijos, la imagen de ellos delante del televisor sufriendo por un partido comiéndose las uñas o llorando. Se me vienen miles de imágenes que pasamos por River. A veces miro un video del equipo y se me pone la piel de gallina o se me hace un nudo en la garganta. Es todo River”.

Su fanatismo también lo demuestra con los tatuajes que tiene en su cuerpo. “Tengo un brazo completo de River”. En la parte superior, cerca del hombro, se puede distinguir tres jugadores, Gallardo, Ponzio y Pinola, agarrando la Copa Libertadores ganada en 2018. Más abajo, con la cancha de fondo, Walter tomando de la mano a sus dos hijos con la pechera del equipo y la fecha, inolvidable para cualquier fanático, de 9.12.18 que lleva grabado en su piel.

“A mí me conocen todos y saben mi locura por este equipo. Cuando jugaba River y no se podía ir a la cancha, colgaba una bandera de 13 metros en el frente de mi casa y estábamos toda la familia con bombos como si fuera una fiesta”.

“No me importa nada de lo que digan, de los malos comentarios. Yo sé lo que hice. Las opiniones negativas capaz son de los bosteros que le sigue doliendo lo que pasó el 9/12”, afirmó entre risas, Walter.

Fuente: Clarín