La Municipalidad de Villa María procedió a destruir este jueves más de una treintena de caños de escape no reglamentarios de motocicletas secuestradas en controles de tránsito. Su uso suele generar reclamos por los ruidos molestos que provocan.

Durante un acto simbólico, el intendente Martín Gill observó el procedimiento de compactación que tuvo lugar en inmediaciones del Polideportivo de la ciudad.

“Es la medida más reparatoria que existe y por eso intentamos transformarla en política de Estado”, dijo el mandatario local.

La ordenanza contra ruidos molestos de Villa María

En Villa María, la ordenanza 7.376 establece la compactación de estos elementos no reglamentarios para reducir la generación de ruidos que incrementa la contaminación sonora.

Es desde el Juzgado de Faltas de esa ciudad que se dispone la extracción y posterior destrucción del caño libre “a fin de evitar un problema para los vecinos”.

Además, el propietario del vehículo debe abonar la multa y presentar la documentación correspondiente.

La modalidad de destrucción y compactación es ejecutada por diferentes municipios del país y de la provincia. Recientemente, acciones similares se realizaron en otras ciudades, como San Francisco, Hernando y Río Tercero.

Destrucción y compactación, también de motos

Durante el acto de compactación de escapes, Gill informó que se llevará adelante también la compactación de 300 motos secuestradas que no fueron reclamadas desde hace más de cuatro años.

Para ello, ya cuentan con el informe de dominio de los rodados no reclamados o que la documentación presentada fue insuficiente para el retiro. Con el material, se producirá metal.

“De esta manera se contribuye al cuidado del medio ambiente a través de la reutilización de los materiales como también al aprovechamiento de los espacios en los depósitos donde se resguardan os vehículos secuestrados”, dijo.

Fuente: La Voz del Interior