Por Manuel Ruiz

Este domingo a las 9 de la mañana, recién despiertos o pasados de largo tras una noche de salida, los gustosos del rugby, y por qué no también esos que asimilan que un deporte evidentemente le gusta cuando hay una cita mundial, se sentarán al frente del televisor para ver cómo Los Pumas cantan el himno en un solo abrazo y se alistan en el campo de juego para enfrentar a Irlanda por uno de los cuartos de final del Mundial de Inglaterra.

 

Más allá del resultado

¿Y qué pasa si los Pumas no van a ningún lado? ¿si se quedan ahí? Más allá del dolor lógico e inmenso que significa irse de un Mundial, la respuesta a todos esos interrogantes se dará automáticamente después de que suene la sirena final.

Los Pumas se pararán en el ingreso a los vestuarios, en dos hileras, y por el pasillo del medio pasará una Irlanda reconocida por los aplausos argentinos. Después y con los ojos argentinos aún rojos de llorosos, charlarán con los irlandeses en el tercer tiempo sobre lo que viene para ellos, se desearán suerte, se sacarán la corbata y se irán en búsqueda de la vuelta al país.

Los balances más fatalistas no incluirán en sus análisis todo eso que el rugby les habrá dejado. No dirán, mientras recriminan la falta de capacidad nacional, el acatamiento a la disciplina que tiene 30 tipos que se la pasan golpeándose 80 minutos. Quizás tampoco la falta de histeria que tiene un deporte que les da cámara y micrófono abierto a sus árbitros para que todo el mundo sepa qué pasó. Es muy probable que tampoco nadie destaque cómo es posible que luego de 5 minutos el referee decide que eso no fue try tras apoyarse en la televisión, y el que imparte justicia no se comió un botellazo durante o posterior a esa decisión. O como Dan Carter, el emblema de los All Blacks, puede ser aguatero y darle agua al árbitro, pero sin meter nada en el bidón.

Los Pumas van por la victoria, es cierto. Y tienen muchas posibilidades de obtenerla. Pero si no es así, si el resultado es para los otros, quizás el país urgido de otros ejemplos deportivos haya ganado igual.

 

Los 15 Pumas

Los 15 de arranque del equipo de Daniel Hourcade para medirse ante Irlanda serán: Joaquín Tuculet; Santiago Cordero, Juan Martín Hernández, Matías Moroni, Juan Imhoff; Nicolás Sánchez, Martín Landajo; Leonardo Senatore, Juan Martín Fernández Lobbe, Pablo Matera; Tomás Lavanini, Guido Petti; Ramiro Herrera, Agustín Creevy (C) y Marcos Ayerza. Comienza a las 8 y los televisan ESPN y la TV Pública.

 

¿Y si hay empate?

Si los 80 minutos reglamentarios terminan igualados, se juegan 20 minutos de tiempo extra. Si después de eso todo sigue empatado, se juegan otros 20 minutos de muerte súbita (el que anota primero gana) y si aún no hay ganador, se define pateando a los palos. Como los penales en el fútbol, cinco pateadores distintos patean. El que convierte más gana.