"Existen debilidades institucionales en las instancias encargadas de impartir y procurar justicia, desde la prevención del delito hasta la ejecución de sanciones. El fenómeno requiere de una estrategia integral, corresponsable entre los estados nacional y provinciales, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) -que debe aceptarla- y los municipios. Quizás un mejor marco jurídico, mayor fortaleza institucional, con una selección puntual y adecuada del personal, porque la búsqueda de justicia y la tarea de seguridad sólo se puede llevar adelante con hombres sensatos y honestos".

La descripción habla sobre las responsabilidades de quienes están involucrados en la lucha contra las barras bravas. Si bien tienen plena vigencia, las palabras tienen casi diez años. Fueron escritas por el ex juez y abogado Mariano Bergés en una resolución de abril de 2004, cuando procesó con prisión preventiva por el delito de asociación ilícita a un grupo de barras de Boca, entre los que se encontraba Rafael Di Zeo.

Los años pasaron y la violencia en el fútbol aumentó. Cuando Bergés firmó su resolución, las víctimas eran consecuencia de las peleas entre barras de distintos equipos. Ahora, los asesinatos ocurren en las batallas internas de las hinchadas por el poder y los negocios, que suelen ser millonarios. Lejos de las canchas.

Hasta julio pasado hubo siete asesinatos relacionados por la violencia en el fútbol en 2013. La tendencia se mantuvo, pese a la prohibición de asistencia de hinchas visitantes que se extendió a los partidos de primera. Esta decisión llegó luego de tres muertes que agudizaron un problema sin solución. Primero, la de Martín Gérez, el hincha de Lanús fallecido en el Estadio Ciudad de La Plata antes del partido entre su equipo y Estudiantes. Luego, el 21 de julio, antes de jugarse el amistoso entre San Lorenzo y Boca por el Torneo de Invierno, murieron dos seguidores xeneizes a raíz de un sangriento enfrentamiento entre las facciones de La 12.

Con el asesinato de dos hinchas de Newell's registrado antenaoche, 2013 términa con 14 víctimas fatales directa o indirectamente vinculadas con la violencia en el fútbol, lo cual marca un nuevo y triste récord para los últimos 10 años.Según las estadísticas de la Organización no Gubernamental (ONG) Salvemos al Fútbol, el mayor registro de víctimas fatales en ese período se dio durante los 12 meses de 2010, con once crímenes vinculados con la violencia ligada al deporte más popular en el país.Al margen de los siete muertos que elevaron a 71 el total de la década, hubo otros asesinatos no relacionados en forma fehaciente con el fútbol.

De estos casos, el más llamativo ocurrió el 13 de octubre pasado, cuando fue acribillado en Munro el jefe de la barra brava de Colegiales, Fernando Morales López, conocido como "El Loco Pocho".

Hay dos sospechosos detenidos por su presunta participación en el crimen. Se trata de, Alejandro Aranda, "Harry", y Martín Cabrera, el Negro Martín, quienes habían sido expulsados de la barra del tricolor de Munro. El autor de los disparos aún no fue apresado por la policía bonaerense.

Desde la Municipalidad de Vicente López vincularon el crimen con la disputa interna de la barra brava. Desde el club insistieron en más de una oportunidad con un móvil con connotaciones políticas.

El presidente de Colegiales y ex candidato a concejal por el Frente por la Victoria, Rodrigo González, sostuvo: "Los que atacaron a «Pocho» funcionan como fuerza de choque de César Torres [secretario de Gobierno de Vicente López] . Y en el momento del enfrentamiento estaban en una camioneta del municipio". Hasta el momento, la fiscal Marcela Semería, a cargo del caso, apunta su investigación a un conflicto personal entre la víctima y sus agresores.

Una semana antes del asesinato del jefe de la barra de Colegiales hubo otro homicidio, que se vinculó a la barra de Independiente. La víctima, Lorena Morini, tenía 39 años y el crimen ocurrió 72 horas después de que se suspendiera el partido entre el Rojo y Unión de Santa Fe por una emboscada que preparaba un sector de la barra a metros del estadio. La interna de Independiente tuvo este año muchos hechos controvertidos y el día de la suspensión se evitó lo que podría haber sido una masacre.

Antes de los homicidios del "Loco Pocho" y de Morini, la feroz disputa por el poder en La 12, como se detalló antes, derivó en dos víctimas. Con los líderes de la barra brava de Boca en prisión, la guerra por el poder podía estallar en cualquier momentos: fue el 21 de julio. Murierron Angel Díaz y Marcelo Carnevale, pero las víctimas pudieron haber sido muchos más, ya que hubo más de 100 disparos.