Con la inauguración de un nuevo gimnasio como hito clave y la continuidad de un modelo de gestión en el horizonte, ambos directivos dejaron definiciones sobre el presente y futuro de la institución de San Francisco.

Con el reciente amistoso ante Atlético Rafaela como última prueba antes del debut en el torneo, Aróstegui destacó el proceso de preparación del equipo: “La puesta a punto para la Copa Argentina fue apresurada por el calendario. Suele pasar y más cuando te enfrentás a un equipo grande, que normalmente ya viene con rodaje. Pero llegamos bien y fuimos competitivos, que es lo que pregonamos”. 

“Y jugando un último amistoso con Atlético Rafaela, un equipo que también tiene otra jerarquía, que después de 35 baja a ahora a un Federal A. Creo que se termina bien la puesta a punto. Indudablemente con el correr de los partidos oficiales se va a ir dando esa finura que se necesita y que va a ser la que después se mantiene a lo largo del torneo. Pasa siempre lo mismo. Te va un tiempo dentro del torneo oficial para acomodarte”, agregó.

Sobre el formato del campeonato, valoró la decisión de dividirlo en cuatro zonas, ya que “económicamente es más viable para los clubes”.

Una institución en expansión

Desde la dirigencia remarcaron la importancia de fortalecer a Sportivo Belgrano como un club polideportivo y con un fuerte impacto social. La inminente inauguración de un nuevo gimnasio en el predio de San Cayetano es una muestra de este crecimiento. “Le dará a todas las categorías del fútbol, desde inferiores hasta el plantel profesional, un espacio de trabajo con mayor profesionalismo”, explicó Barovero.

El vicepresidente también subrayó la apuesta por la apertura del club a la comunidad: “Queremos un club polifuncional, que recupere su esencia de ser un espacio para todos”. Entre las acciones sociales, resaltó la reciente campaña de útiles escolares y el programa de deporte adaptado.

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Elecciones y continuidad del proyecto

Tanto Aróstegui como Barovero resaltaron el crecimiento institucional y deportivo en los últimos años y destacaron la ampliación de actividades, obras de infraestructura, y el proceso de profesionalización del club. También subrayaron la importancia del aspecto social, con iniciativas como el deporte adaptado y programas comunitarios.

En cuanto al fútbol, mencionaron que el equipo mejoró año a año, con una mayor presencia de jugadores formados en el club y mejores resultados en competiciones.

Ahora, con renovación de autoridades en abril, Aróstegui dejó en claro su postura: “Nuestra gestión debe perdurar en el tiempo. No se trata de nombres, sino de un modelo de trabajo que ha cambiado el club en los últimos cuatro años”.

El presidente recordó las dificultades que enfrentó la institución en 2020 y cómo lograron estabilizarse y crecer: “Salimos de una situación muy dura, con pérdida de sponsors y en plena pandemia. Hoy, año tras año, seguimos mejorando en todos los aspectos”.

Más allá de la incertidumbre electoral, la actual dirigencia tiene clara su meta: consolidar el crecimiento de Sportivo Belgrano tanto en lo deportivo como en lo institucional. Con una base sólida, y aclarando que es un proceso que lleva tiempo y no se puede prometer de inmediato, el desafío sigue siendo el mismo: lograr el ansiado ascenso al Nacional B. Siempre, sin perder de vista el desarrollo integral del club.