Tanto la selección de Panamá como la de Túnez ya tenían su pasaje de vuelta luego del último duelo de la fase de grupos. Sin embargo, ambos tenían un objetivo en común: irse de Rusia con la cabeza en alza, consiguiendo al menos un triunfo. El oportunista finalmente fue el conjunto africano, que logró el segundo triunfo mundialista en su historia tras derrotar 2-1 a Panamá (había vencido 3-1 a México en 1978).