Se tuvo una fe enorme, pero la realidad le asestó un duro golpe a su ilusión. El viejo reloj del tiempo, implacable e inexorable, se hizo sentir sobre la grandeza de Omar Narváez .El chubutense perdió por puntos ante el sudafricano Zolani Tete y no pudo capturar el cetro gallo de la Organización Mundial de Boxeo ni cumplir el objetivo de culminar su extensa carrera como tricampeón mundial.

Como cualquier mortal, el Huracán Narváez no pudo escaparle a la ley natural que desgasta el físico y el talento. Y así, otorgando un amplio espectro de ventajas y cargando con la lógica merma de sus atributos, poco pudo hacer ante un durísimo campeón mundial, que hizo prevalecer su juventud (12 años más joven) y los 15 centímetros que le sacaba al patagónico. Los jurados sentenciaron un fallo unánime: 120-108, los tres a favor del monarca gallo OMB.

A seis meses de cumplir 43 años, consciente que se exponía a un examen excluyente, Narváez estuvo lejos de exhibir todo el bagaje técnico y boxístico que lo encumbró como el mejor exponente del boxeo argentino en las últimas décadas. Tuvo una actuación decepcionante. Muy cauteloso y con poca reacción dejó una triste imagen sobre el ring del SSN Arena de Belfast.

A lo largo de los doce rounds, Narváez no le encontró la vuelta a un rival que dominó cómodamente la distancia y que con un par de izquierdas cruzadas marcó claras diferencias. Este fue el segundo intento fallido del Huracán por obtener la corona gallo. El primero ocurrió el 22 de octubre de 2011, cuando cayó por puntos con el filipino Nonito Donaire, en el legendario Madison Square Garden de Nueva York.

Fuente: La Nación