El fútbol sanfrancisqueño parió a decenas de jugadores talentosos que, por alguna u otra cuestión, no llegaron al profesionalismo. Sin embargo, en la ciudad y en la región son reconocidos por sus proezas con la redonda.

Es difícil obtener registros de ellos. Algún coleccionista todavía guardará las ediciones de la revista El Deporte, que en aquellos años reflejó en gráfica la actualidad de la Liga Amateur. Hoy estas historias se transmiten de boca en boca, se cuentan en los bares, en los asados y hasta en redes sociales aparecen fotos y anécdotas recordando a quienes deslumbraron jugando al fútbol 'por la camiseta'.

Miguel "Cabezón" Sosa (60) es uno de los tantos talentos que dio la ciudad. Quienes lo vieron jugar lo definen como un “gambeteador como pocos” que pasó por varios clubes, pero que brilló principalmente en La Milka donde consiguió el recordado título en 1989. Además de su pegada, arrancaba suspiros del alambrado cuando enviaba centros de rabona. 

Sosa vive a unas pocas cuadras de la cancha del “quintero” y desde el primer año de vida reside en ese barrio. De ahí viene su identificación con La Milka.

"Me siento muy reconocido. Yo no tengo facebook ni nada de eso, pero mis hijos me avisan, me muestran que suben fotos mías. Yo agradezco mucho ese reconocimiento porque incluso me muestran comentarios con elogios de gente que no conozco", le dice Sosa a El Periódico.

De Las Rosas a tricampeón con Belgrano

"Yo arranque en el baby, en el barrio, en Deportivo y Cultural La Rosas. Se llamaba así porque al frente de la vieja cancha de La Milka había un rosedal. Ahí armaron una cancha para los chicos del barrio y al tiempo empezaron a competir en el baby", recordó el exjugador. 

En la década del 70 -y antes también- el Baby Fútbol tenía tres categorías: tercera, segunda y primera. Se jugaba por estatura y Sosa ya demostraba ser distinto porque jugaba en las tres categorías. "Cuando me fui a Belgrano jugaba medio tiempo en tercera, medio tiempo en segunda y en primera casi todo el partido. Tengo el diploma guardado, salí campeón con las tres divisiones. Soy el único jugador que salió campeón en las tres categorías en el mismo torneo", indicó.

Grandes maestros. "En  la juvenil de Los Andes tuve a Jorge Omar Sanitá y Egidio Medrano como DTs. Dos grandes maestros, muy buenos DT de esa época", señaló.

Sosa no arrancó en La Milka porque el club en ese momento había quedado sin actividad. Lo hizo en la reserva de La Florida, donde dio sus primeros pasos en la Liga Amateur. "Ahí vi jugar al "Tati" Cabrera, al "Chueco" Garay, al "Camión" Páez, al "Gara" Vivas, el "Nené" Almada, el "Piojo" Giner. ¡Por dios! esos sí que eran palabra mayor", exclamó.

Tras regresar del Servicio Militar, "Mingo" Vivas lo convocó para que vuelva a “La Flora” y Sosa no lo dudó. Sin embargo, al poco tiempo el "quintero" renació y su destino quedó marcado. "La Milka volvió gracias a Hugo Maritano, Héctor Villarreal y Raúl Pérez. Me compraron a La Florida, canjearon el pase por ladrillos que necesitaban para levantar la sede. Yo habré tenido 20 años", recordó.

Los 7 goles a Mayo. "Uno de los partidos que más recuerdo es contra 1° de Mayo. Ganamos 11 a 0 en cancha de Ferroviarios, yo metí 7", señaló.

"En La Milka conseguí todo lo que quería. Uno fue figura, pero por los jugadores que tenía al lado. El "Colo" Brito veía la pelota en el aire y ya sabía a quién dársela, vos jugabas tranquilo porque había compañeros que jugaban muy bien", comentó.

Marca personal. "Un día contra El Tala en cancha de Sudamérica un flaco me siguió por todos lados. No recuerdo el nombre pero ese muchacho me siguió desde que entramos a la cancha hasta que salimos. Yo le decía: 'andate a jugar con tus compañeros'. Esa tarde no la toqué", contó entre risas.

Miguel Sosa: centros de rabona y un pase a cambio de ladrillos, la historia de un ídolo de La Milka
Sosa y Brito en La Milka.


Un largo recorrido

Su carrera también pasó por varios equipos de la zona. En muchos de ellos consiguió títulos importantes, pero lo que más recuerda Sosa son las amistades que cosechó y los momentos vividos.

- 9 de Julio de Morteros (Jugó en 1980 y 1981). "Me llevó Jorge Antolini. Arranque en reserva, Jerez era el técnico. De San Francisco íbamos con el "Oso" Silva, "Pipa" Funes y Jorge Antolini. Me acuerdo de un gol a Devoto donde clasificamos a la segunda ronda y salimos campeón. Después salimos campeón del Absoluto. Al año siguiente también salimos campeones del Absoluto. Después ellos sacaron muchos chicos de la cantera que eran verdaderos jugadorazos, y ya no nos llamaron más para ir", contó.

- Atlético Mitre de Las Varillas (1982). "Un club humilde, de barrio como La Milka. Eran sus inicios. Ahí fui con Mario Lencinas, el arquero Chazarretta y "Lupa" Funes. No nos fue mal, siempre recuerdo como gente muy buena y muy amable, nos trataron muy bien. Recuerdo también que en esa época hubo muchos jugadores de acá que fueron para aquella zona a Unión de Alicia, nos cruzábamos todos en el colectivo y éramos como 15", señaló.

- Mitre de Landeta (1983). "Jugábamos en la Liga San Martín, hermosa liga y tenían una cancha espectacular. Fuimos con Carlen, Lencinas, "Pipa" Funes, Hugo Lescano; íbamos en taxi por camino de tierra. No nos fue bien, pero nos cumplieron. Traían prácticamente un plantel entero de afuera, con jugadores de Instituto de Córdoba", sostuvo.

- San Martín de Angélica (1984). "Salimos campeón, muy buena gente. Fui con José Mare", mencionó.

- Porteña Asociación (1985). "Un club hermoso, nos atendieron muy bien. Ahí fui con el "Oso" Silva", dijo Sosa.

- Almafuerte de Las Varillas (1986-87 / 90-91-92). "Tengo que ir. Siempre me invitan y tengo que volver, pasa que uno ya tiene 60 años. Uno cosecha amistades. Ahí nos trataron muy bien también", contó.

- Zenón Pereyra FC. (1988-1989). "Me llevó Jorge Antolini, de San Francisco iba casi un equipo entero, había pocos jugadores del pueblo: Toledo, Pivetta y un muchacho que le decíamos "baturro". De acá iba Gabriel Mandrila, Galetto, el "Negro" Castro, Hugo Aguirre, "Zurdo" Roelofs, "Bocha" Pomba. Viajábamos como 12 en un rastrojero de "Bigote" Cittadini", recordó.

Un breve paso por 1° de Mayo

"En el 92 volví a La Milka, pero discutí con un entrenador y me vinieron a buscar de Mayo. El "Gringo" Asteggiano y el "Cabezón" Videla. Me venían a buscar todos los días y a mí me dolía el talón, no quería ir, pero me terminaron convenciendo", dijo Sosa.

"Jugué dos partidos y se me cortó el tendón de aquiles de la pierda izquierda. Ese dolor que sentía, ese ardor, era que me estaba por romper. Fue en la cancha de Barcelona, me tiraron un pase largo, la corrí y sentí un cascotazo en el talón, un golpe seco. Ahí me di cuenta que se me había cortado el tendón. Estuve un año en rehabilitación y sin jugar", explicó.

Miguel Sosa: centros de rabona y un pase a cambio de ladrillos, la historia de un ídolo de La Milka

"Los clásicos eran espectaculares"

Para Sosa es difícil señalar un partido en particular porque a todos los jugó con el corazón, y más si llevaba el escudo de La Milka en el pecho. "Los clásicos eran espectaculares, la gente se agolpaba en contra del alambrado, un alambrado finito, de potrero. Con La Florida, con Iturraspe, la gente nos seguía mucho, la pasión que había era muy grande", contó.

"Se jugaba por la camiseta, por el barrio. La gente esperaba que llegue el sábado para ir a ver los La Milka-Los Ferros, 1º de Mayo-Iturraspe, Sudamérica-La Milka. Era otro fútbol, ahora vos vas a la cancha y en las ligas amateurs si no termina a las piñas no termina, era muy distinto", recordó.

Al ser consultado sobre si había algún incentivo económico para ir a jugar, Sosa fue tajante: "No se jugaba por la plata, ¿qué plata íbamos a querer nosotros si no veíamos la hora de que llegue el sábado para ponerte la camiseta y jugar? Era otra época", indicó.

Los entrenamientos. "En La Milka nos agarraba el "Paraguayo" Ferreyra y nos tenía un mes corriendo. Si llovía había que ir igual a correr por la calle embarrada. Ahora es todo con pelota. No había gimnasios como ahora, nos atábamos unas bolsitas de arena en los tobillos y subíamos la pasarela del ferrocarril para agarrar fuerza en las piernas", indicó.

¿Cómo quién jugaba el "cabezón"?

"Me compararon con Gorosito. Pero decían que yo tenía más gambeta. Eso sí, con la zurda era de madera, no la usaba, así que prefería pegarle de rabona", destacó.

Un beso y un aplauso del rival

Sosa recuerda una anécdota jugando para Almafuerte como si fuera ayer. "Un domingo jugábamos con Filodramático de Alicia que lo dirigía "Boli" Benítez. En una jugada encaré al 4, se la piso y le hago un caño, me sale a barrer el 2 y lo gambeteé. La pelota me quedó larga, tiré el centro de rabona y se la puse en el pecho al 9 que después lo erró. Pero lo que recuerdo es que Benítez -DT rival- me empezó a aplaudir en el medio del partido, entró a la cancha, me agarró y me dio un beso", contó entre risas.

"Benítez vivió en Mar del Plata. Me quiso llevar a Aldosivi, pero yo no quise ir", agregó.

El reconocimiento más importante. "Fui campeón con La Milka, con La Florida... pero para mí el reconocimiento más importante fue ser elegido por el Círculo de Periodistas Deportivos como el mejor jugador amateur en 1992. Es la satisfacción más grande que tuve", contó.

Otros tiempos

"Jugué hasta los 40 años. Estuve en el Deportivo Municipal en la Liga Independiente, pero era más que nada para estar con los amigos y disfrutar de la faldeada", dijo Sosa, quien hoy ya pisa los 60 años. "Ahora ya no salgo mucho, lo iba a ver a mi hijo que juega en la juvenil de La Milka, pero no soy de ir a la cancha, ya no soy un pibe", comentó entre risas.

"Es que no hay más entusiasmo, ya no es como en aquellos años", sentenció. Claro, Sosa jugó en una época donde prácticamente no había alambrado olímpico, los partidos se jugaban con tres o cuatro hileras de personas amontonadas y unos pocos policías que rara vez debían intervenir.

Las épocas de antaño quedaron atrás, el fútbol en San Francisco cambió, para bien o para mal, y se quedó sin esos sábados donde la barriada -y la familia- se cruzaba toda la ciudad con bombos y redoblantes para ver a su equipo.

Miguel Sosa: centros de rabona y un pase a cambio de ladrillos, la historia de un ídolo de La Milka
Plantel de La Milka campeón de la Liga Amateur en 1989.