La alegría de empezar
Este lunes, Julián Pagura se calzó formalmente el buzo de entrenador de San Isidro. El DT, a la espera de que se destrabe la situación de los jugadores mayores, entrena a las formativas santas en el Severo Robledo.
La idea era empezar a principios de agosto. Estén quienes estén. Y eso hizo. Julián Pagura trabaja desde el lunes formalmente como el DT de San Isidro y a la cabeza de un proyecto a largo plazo que tiene el desarrollo de los jugadores del club como principal objetivo. Y es justamente con esos chicos que el entrenador santafesino ha arrancado a trabajar junto a Daniel Pérez y Federico Brun esta semana, con la idea de una preparación física acorde y la bajada de conceptos necesarios hacia los juveniles mientras espera que lleguen las fichas mayores.
Ese arribo de los mayores, los que serán el equipo titular y que más minutos tengan en la temporada venidera del TNA, es incierta. Porque el conflicto entre la Asociación de Jugadores - Asociación de Clubes todavía no ha mermado en intensidad y la solución que permita el arranque de la pretemporada, es decir la llegada de los jugadores de Pagura, todavía no se vislumbra en el horizonte. Horizonte dibujado más con la incertidumbre y la radicalización de las posturas que con posibilidades de solución real.
Mientras, Pagura se enfoca en el selectivo. Ese equipo formado íntegramente por chicos del club, entre los que se encuentran esos que van a rotar con el plantel superior durante la temporada y esos que se espera, puedan hacerlo en los años venideros.
Llegó Pagura y se puso a trabajar, mientras espera que lleguen sus halcones.