Sin dudas en los últimos años se advierte un marcado crecimiento del fútbol femenino en Argentina, y aunque solo es un primer paso en San Francisco el 2021 también fue un año muy particular para las chicas.

Sportivo Belgrano, pionero en esta apertura hacia el fútbol femenino, organizó un torneo en el predio “Nicolás Losano” con 10 equipos participantes y que contó con casi 200 mujeres apasionadas por la redonda, que después de muchos años de lucha y de sueños pudieron disfrutar de una competencia formal.

El éxito fue tal que varios clubes decidieron abrir sus puertas a esta disciplina y después de unas semanas se llevaron una verdadera sorpresa por el interés y el compromiso de muchas de ellas, sobre todo las más chicas, por volcarse al deporte que aman.

Karina Palacios (Antártida Argentina), Milagros Lencinas (Antártida Argentina) y Gisela Giraldo (Sportivo Belgrano) fueron protagonistas de un año casi soñado para ellas. Las jugadoras contaron sus experiencias y la motivación por que llegue el 2022 para reanudar la competencia.

“Un gol de media cancha”

Para las chicas de Antártida el 2021 fue “un gol de media cancha”. El grupo se armó hace apenas unos ocho meses atrás y lograron el quinto puesto del torneo. “Veníamos entrenando con un profe y surgió la oportunidad de anexar el fútbol femenino a Antártida Argentina. Fueron meses donde le metimos mucho, a pesar del parate que tuvimos en el medio, siempre tirando para el mismo lado. Se consolidó un lindo grupo y logramos estar entre los cinco mejores equipos”, explicó Karina Palacios.

Y agregó: “Hubo chicas que empezaron de cero, que fueron porque querían hacer un deporte y hoy en día para ellas ya no es solo fútbol porque se armó un grupo donde todos tiramos para el mismo lado. Además, en poco tiempo hay chicas que mejoraron la técnica muchísimo”.

Son alrededor de 30 las jugadoras del “pingüino” y están tan comprometidas -y felices- que no pretenden dejar de entrenar a pesar del receso. “Se viene un 2022 lleno de cosas buenas, estamos muy entusiasmadas, no queremos parar. El club tuvo su parate, pero nosotras queremos seguir entrenando, vamos a seguir jugando en verano porque si paramos el grupo se puede desarmar y no queremos”, contaron las jugadoras.

Continuar el proceso

Para Gisela Giraldo también fue un año soñado. Con 30 años también encontró su lugar en el fútbol, es la referente del equipo y guía para muchas de las más jóvenes que comenzaron a dar sus primeros pasos en el fútbol. “Creo que hay que seguir incorporando torneos para que no se corte esto, que siga su proceso y profundizarlo. La Liga Regional ayudaría un montón al crecimiento y también es importante la cobertura periodística porque eso incentiva mucho más a las chicas, pero principalmente a los padres para que vean lo que pasa y que ya no exista eso de no dejarlas jugar al fútbol porque son nenas”, explicó.

“Fue lindo jugar con el marco de público que jugamos. La gente fue a ver más fútbol femenino que a la liga, el volumen de gente fue impresionante”, agregó.

En cuanto a lo deportivo, Giraldo consideró que hubo un gran crecimiento. “Al principio se notaba la falta de control de pelota, saber resolver, jugadas preparadas. Hoy en día quedamos sorprendidas porque se trabajó en conjunto con las profesoras, me incorporaron para ayudar a las chicas a que se desenvuelvan un poco más en la cancha, las posiciones, el ataque y la defensa. Incorporamos un tercer día de entrenamiento y hoy en día estamos muy bien”, señaló la goleadora.

“Tenemos un grupo muy unido, somos muchas y a veces es difícil elegir el equipo para jugar, veo que el año que viene tenemos que armar una reserva porque hay muchas chicas, hay que darles espacio y oportunidades. Hay mucho futuro en todos los clubes, hay chicas que juegan muy bien y son jóvenes”, puntualizó.

“Hasta el día de hoy hay gente que le parece un tabú, pero los que van a ver se quedan muy sorprendidos porque hay un buen juego”, comentaron.

Gisela Giraldo fue la goleadora del torneo con 17 goles.
Gisela Giraldo fue la goleadora del torneo con 17 goles.

Distintas realidades, mismas oportunidades

El desarrollo de las competencias de fútbol femenino permitió homogeneizar e insertar a muchas jugadoras con distintas realidades y experiencias en la competencia formal. Fue sin dudas un espacio de expresión deportiva que abrió muchas puertas de cara al futuro.

Tanto Palacios, como Lencinas y Giraldo tuvieron experiencias distintas, pero muy similares en cuanto a las escasas oportunidades de jugar. Para Lencinas -de 15 años-, fue la oportunidad de jugar al fútbol de manera formal por primera vez y asegura que encontró su lugar en el deporte. “Yo arranqué en junio, sabiendo de fútbol lo poco que pude aprender habiéndome criado con hermanos varones y varias estábamos en la misma, sabíamos por nuestra familia y por sumarse a jugar en el barrio. Fuimos queriendo mostrar lo poco que sabíamos y con el correr del tiempo el grupo se emparejó entrenando y aprendiendo de todas”, expresó.

“Siempre quise jugar al fútbol, pero siempre lo posponía, arranqué y fue la primera vez en el torneo. Me gusta por la familia, por mi padrino, cuando llegaba navidad yo pedía una pelota, unos guantes, siempre fue así”, señaló.

Por su parte, Palacios es oriunda de María Juana, jugó un tiempo en Talleres, en Unión de Sastre y en el equipo femenino de UTN San Francisco. “Desde que tengo noción siempre estuve ‘peleando’ con mis hermanos por jugar a la pelota. En 2011 pusieron futbol femenino en Talleres (de María Juana), no me dejaban jugar porque me decían que era para varones, hasta que insistí y me dejaron. Jugué hasta que me fui a Unión de Sastre, pero no pude seguir yendo porque no tenía movilidad, arranqué en 2015 en UTN y retomé el fútbol compitiendo, después seguí en ‘Cortita y al pie’ (un grupo de entrenamiento) hasta que encontramos un lugar en Antártida”, contó la jugadora.

En tanto, Giraldo es una de las jugadoras más experimentada. Es oriunda de Santa Clara de Saguier donde no pudo jugar solo hasta los 14 años porque según cuenta: “los padres dijeron basta, estaba mal visto que una nena jugara con los varones”.

Cuando se mudó a San Francisco a estudiar enfermería tuvo su revancha: jugó en Sportivo Belgrano, en Nicolás Batalla de Arroyito, en La Hidráulica hasta que volvió a Sportivo Belgrano y en este 2021 cumplió con todo lo soñado. “Este año lo completé con todo, se me dio todo, no sabía si iba a seguir jugando, podría haberme ido a otro lado, me quedé en Sportivo por las nenas por el compromiso y el futuro que hay, hoy tengo 30 años y creo que lo voy a ver de afuera, pero las chicas que hoy tienen 15 años, de acá a 5 años me roban el puesto -risas-. Yo estoy más cerca del retiro y ellas juegan muy bien, seguiré como entrenadora, me gusta mucho el fútbol y ya me tocó llevar a las nenas más chiquitas a los encuentros”, relató.