En los últimos años, algunos clubes locales abrieron sus puertas a niñas y mujeres para la práctica deportiva en disciplinas como básquet y fútbol, donde anteriormente no había espacios para ellas. Mucho se habló, al menos en este medio, de la importancia de esta apertura rumbo a la inclusión, pero poco de la formación y de las consecuencias de esas aperturas.

A principios de agosto, la jugadora sanfrancisqueña Lucía Ballari (14) fue convocada para participar del proceso de preselección y así conformar el equipo argentino u16 de básquet que representará a nuestro país en el premundial de México. Más allá de las condiciones innatas de Ballari, esto también fue fruto de una formación que se dio en la ciudad encabezada por los clubes San Isidro y Tiro y Gimnasia, actualmente los máximos exponentes de esta disciplina femenina.

El camino recorrido muestra cuán importante es persistir, el ganarse un lugar y guiar a muchas niñas y adolescentes que, quizás, sin estos espacios nunca hubieran jugado al básquet.

“Realmente fue un proceso bastante grande para todo lo que se viene logrando y hablo de los últimos, por lo menos ocho o diez años que se viene trabajando en la ciudad de manera consistente en el básquet femenino. El propósito es ofrecer más cosas y más posibilidades a aquellas generaciones que vienen porque realmente las experiencias que se viven mediante el deporte te enriquecen como persona y muchas veces quedan truncadas en el camino simplemente por no tener la oportunidad”, explicó Julieta Novaretto, entrenadora de Tiro y Gimnasia.

En ese sentido, la “profe”, como le llaman, contó que “hay que apuntar a las necesidades y el femenino tenía una necesidad, de tener un espacio, de ser escuchado y poder tener más lugar a la hora de ganarse sus horarios en las instituciones, desde su apoyo, de su constancia de apostar como cualquier otra disciplina que puede llegar a tener crecimiento y expansión, entonces, ya hace casi unos diez añitos que venimos en eso”.

“Hay que saber identificar necesidades, el femenino era una necesidad, fue creciendo y hoy estoy en una institución que tiene otra necesidad. Como profe vi que había niños y niñas que no tenían el lugar o no de la manera que lo requería en otros clubes y en otros espacios porque como decimos no podemos abarcar el todo. Eso es una realidad, en Tiro y Gimnasia el básquet tiene un enfoque un tanto social por encima de lo deportivo, sin lugar a dudas, por eso también implementamos la forma de entrenar mixta que es sumamente enriquecedora y sumamente grata a la hora de ver a los chicos y chicas entrenar juntos; y que hasta supera las propias expectativas porque algunos vienen a partir de una necesidad y la solución es mucho más gratificante de lo que imaginaban”, indicó Novaretto.

El constante proceso formativo del básquet femenino comenzó a dar sus frutos

Dos miradas

El entrenador de San Isidro, Gustavo Quinteros, apuntó que, de alguna manera, estos procesos generaron también un efecto multiplicador que hizo que surjan otros espacios en distintas instituciones. “Yo creo que el básquet femenino tiene dos miradas, mejor dicho, la gente tiene dos miradas: están aquellos que señalan que es una cuestión social nada más y está la otra mirada de quienes creemos que una deportista puede desarrollarse y crecer y no le ponemos tope a eso, sino que buscamos la excelencia para que esa chica tenga la oportunidad, el espacio para poder desarrollarse; y eso tiene que ver también con la mirada que tengan los dirigentes, los entrenadores”, explicó.

Y agregó: “Yo, particularmente, entreno con las chicas igual que con los varones, trato de enseñarles y exigirles el mismo esfuerzo en cada en cada entrenamiento, es la forma para poder llegar más lejos. Después depende de cada una, pero poder darle todas estas herramientas para que ellas lleguen al día de mañana y digan: ‘bueno, yo quiero seguir’. Para eso tenemos que trabajar primero en nuestra cabeza, tiene que cambiar nuestra manera de pensar para que cambie la manera en que vemos el básquet”, explicó.

Quinteros aseguró que su sueño es trabajar con las chicas del semillero y llegar a un nivel alto: “La intención es que alguna de estas chicas pueda subir a una Selección, no de San Francisco, sino de Córdoba, de Argentina como pasó con Lucía (Ballari), que sea vista y pueda ir pueda viajar al exterior, pueda jugar una Liga Nacional, a eso apunto. Por supuesto hay que sembrar, hay que regar, hay que trabajar, es mucho esfuerzo y es la forma, no es mágico”, cerró.

El constante proceso formativo del básquet femenino comenzó a dar sus frutos

“Me tomó por sorpresa, puso muy contenta a mi familia y a mí”, dijo Ballari sobre la convocatoria

Hace escuela

Este proceso formativo llamó la atención del sector educativo y está en vías de incorporarse al Programa de Deporte Educativo que impulsa el Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba, a través de la Federación Cordobesa de Básquet.

“Este programa nos da la posibilidad de llegar a las escuelas y ofrecerlo a todos porque, si bien se asume que el básquet llega, por distintas realidades de la ciudad a veces no es tan así”, explicó Novaretto.

Y agregó: “Los profes generalmente que estamos en el colegio también somos los que estamos en el club y podemos hacer un recorrido y un acompañamiento de los alumnos de una manera bastante completa, a partir de ahí desde estimularlo a un deporte hasta pensar más adelante en captación de talentos y muchísimas otras cosas más. Toda la parte educativa por el deporte podría seguir avanzando, está en camino de brindar muchas posibilidades tanto a escuelas públicas como privadas”, señaló.