Cuando las luces se apagan, se apagan los micrófonos. Dejar la actividad profesional para el jugador de fútbol es una decisión determinante. El vacío del retiro no es fácil de llenar y si no está preparado se le hace cuesta arriba. Muchas veces el golpe se siente tiempo después de ese retiro y ese golpe no pasa por el salvataje económico sino por lo anímico, que en muchos de los casos no logra llenarse.

“Yo me retiré joven a los 27 años, ya lo venía pensando”, contó Raúl “Mona” Garde, ex jugador de Sportivo Belgrano. “No me quería ir de San Francisco y el único equipo que había era Sportivo a nivel semiprofesional, pude irme a Córdoba a Belgrano y no me quise ir porque ya me había casado, tenía una familia y tenía otro rumbo. Tenía un trabajo en la Fábrica Militar y luego me puse por mi cuenta una pequeña empresa dedicada a la talabartería. Hoy tengo una jubilación que no es gran cosa, pero estoy bien”, contó.

“Opté por emprender un trabajo, podría haber jugado más años, pero no me arrepiento porque casi todos los jugadores trabajaban medio día y después formé una empresa por mi cuenta, me dio algo de pena porque mi amor por el fútbol es muy grande”, sentenció.

Garde fue campeón con Sportivo Belgrano, además jugó en el Huracán del 70 junto a Miguel Ángel Brindisi, Carlos Babington, Héctor Veira y Alberto Rendo. Eran otros tiempos, era otra la historia… el fútbol se globalizó y el jugador adquirió otra trascendencia en el mercado, y muchas veces el ambiente los descarta a los “treintaitantos”, cuando todavía queda toda una vida por delante.

César Carignano: “La felicidad y la realización personal no pasa por lo económico”

El ex delantero de Sportivo Belgrano, hoy periodista de L10 y escritor, dio su visión de la situación. “Es como la jubilación de cualquier persona, con la diferencia de que vos te estás jubilando bastante joven, te van a quedar más años de vida de los que vos trabajaste en tu vocación. Pasa por ahí, por generar recursos para amortiguar el impacto y generar otro camino estudiando, leyendo, capacitándose en lo que a uno le guste”, señaló.

“No pasa por quien se salva económicamente, la felicidad y la realización personal no va a pasar por lo económico, quien pueda resolver eso seguramente tenga otros recursos, pero pasa por sentirse útil y encontrar un motivo para levantarse todos los días y hacer con ganas lo que a uno le guste”, indicó.

“Para eso hay muchos factores: el sistema, que impone que los chicos a los 13 o 14 años se dediquen al fútbol, cuando en realidad a esa edad los chicos tienen otras inquietudes y no tienen que dejarlas de lado del todo porque el 95% de esos chicos no llega a jugar futbol profesional; después está la movilización propia, en consecuencia, es distinguir antes que querés ser el día después y prepararse en consecuencia”, señaló Carignano.

“La sociedad que pone al futbolista en el lugar de una estrella extraordinaria y le hace ganar a los 20 años lo que sus padres no van a ganar en toda la vida tiene su responsabilidad también. Y después está la responsabilidad del propio protagonista, de escuchar a quienes tienen una visión diferente y preocuparse el día después”, indicó Carignano.

“Faltan proyectos… pero las instituciones pueden abrir la puerta”

“Las instituciones tendrían que hacer algo también, faltan proyectos para que contengan al futbolista cuando está en actividad, porque ese es el momento para prepararse. Después no digo que sea tarde, pero ponerse a buscar un camino ya retirado es mucho más difícil. En el durante está la clave, aunque debe partir también de uno”, añadió el ex delantero de la “Verde”.

“Desde 2010 a 2013 funcionó TAP, fue una iniciativa de Luis Scola que generaba charlas multidisciplinarias con deportistas para que vayan entendiendo desde la psicología y de diferentes ámbitos como debe prepararse. Ahora con la Secretaría de Deportes devenida en agencia es muy difícil que se haga algo desde el Estado. Las instituciones pueden dar una alternativa”, opinó.

Los ídolos en los clubes: una posibilidad real

Carignano no cree que un ídolo tenga que estar en un club sólo por ídolo, sino que tiene que formarse y demostrar sus capacidades, y lo mismo para ser dirigentes. “Yo no creo que el club tenga que abrirle la puerta al jugador por el solo hecho se ser ídolo. Si hay exfutbolistas que están dispuestos a aportar y al club le sirve, me parece que la experiencia del futbolista está buena escucharla, el tema es que también debe prepararse. Nada tiene que ser por lo que fuiste, uno tiene que darle valor agregado a su capacidad para explotar lo que fue anteriormente. El club tiene que brindar una posibilidad, pero real. Si no, no tiene sentido”, destacó César Carignano.

¿Qué dicen los números?

Según una investigación de la Federación Internacional de Fútbolistas Profesionales (FIFPro), el 38% de los jugadores sufre depresión o problemas psicológicos, en especial los que atraviesan lesiones graves. En la población en general, el porcentaje varía entre el 13 y el 17%.

Después del retiro, detalló FIFPro, los jugadores sufren insomnio, angustia, alcoholismo. La depresión suele ser un tema tabú en la sociedad. Y en el fútbol, aún más. Porque a pesar de que hay hoy más puestos de trabajo, no se suele preparar a los jugadores para el día después.

La jubilación temprana no sólo trae desempleo y falta de asistencia médica. “Algunos no quieren asumir el estado en el que están. Son gente que tiene su amor propio”, dijo Silvio Marzolini cuando era presidente de la Fundación Solidaria de Ex Futbolistas Profesionales, ideada después de las muertes en plena indigencia de Norberto “Tucho” Méndez y Ernesto Grillo en 1998, cracks de la Selección Argentina en los 50 y 60.

Fuente: Diario El Tiempo Argentino