Luego de unos primeros minutos de estudio, el equipo de Guillermo empezó a evidenciar que estaba un poco más fino. A los 9 el primero que avisó fue Pablo Pérez, quien no pudo enganchar bien una pelota que quedó perdida en el área chica tras un córner.

River, inconexo en el medio, apenas inquietó con una buena jugada preparada mal definida por Nacho Fernández y con un remate elevado del Pity Martínez tras una contra. Demasiado poco.


Boca, siempre con mayor presencia en el campo rival, volvió a estar a punto de abrirlo a la salida de un tiro libre que Nández no llegó a cabecear en la puerta del arco.

¡River Plate campeón de la Copa Libertadores!

A los 43, cuando parecían que se irían en cero al descanso, el propio Nahitan, uno de los jugadores más influyentes del primer tiempo, fue quien habilitó a Benedetto, en una contra tras un error de Andrada que pudo costarle al Xeneize el primer gol del partido. Pero la taba se dio vuelta en un puñado de segundos, el Pipa recibió lanzado en velocidad, desairo a Maidana con un control orientado genial y tocó con clase al gol ante la salida de Armani. Gol antológico para un final para el recuerdo.

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Pratto puso justicia en el marcador

En el complemento River salió con otra actitud y no tardó en llegar. Un remate de Nacho, tras una buena pared con Lucas Pratto, se fue apenas afuera a los dos minutos y un ratito más tarde, Andrada controló un disparo de Exequiel Palacios.

A los 10, llegó la infaltable polémica, Pratto anticipó a Esteban Andrada, puteó la pelota y el arquero se lo llevó puesto. Pareció penal, pero el árbitro juzgó falta en ataque.

Acto seguido saltó a la cancha el colombiano Juanfer Quintero en reemplazo de Leonardo Ponzio, quien estaba amonestado y no venía teniendo un buen partido. Guillermo le respondió al Muñeco refrescando el ataque: Wanchope Ábila por Benedetto.

A los 22 llegó la jugada colectiva de la tarde y, consecuentemente, el empate. Nacho combinó con Palacios por derecha, llegó al fondo libre de marcas y sacó un centro atrás para el toque al gol del Oso Pratto. Supergol para la Superfinal. Era justicia por el arranque furioso del Millonario desde el descanso y también porque al juego ya se había sumado el Pity Martínez, casi siempre actor decisivo y responsable de la levantada también anímica de su equipo. 

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De ahí hasta los 90 dio siempre la sensación que River estaba un poco mejor, con Boca a la espera de abrochar una contra. Pero ninguno pudo poner en serios riesgos al rival y hubo que jugar media hora adicional.

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El alargue

De arranque, a los dos minutos, Wilmar Barrios, de flojo partido, vio la roja por una infracción a Palacios, que no se llegó a apreciar como para segunda amarilla.Eso obligó al Mellizo a reordenar piezas: metió a Leonardo Jara por Sebastián Villa para ganar marca, pero resignando buenas chances de ataque.

El Muñeco, en tanto, se decidió por Julián Álvarez, delantero, por Palacios, mediocampista. El pibe tuvo la mejor de ese primer cuarto de hora, pero su tiro salió desviado.

A los 107 minutos de partido llegó la emoción cumbre: Juanfer Quintero rompió la paridad con un remate desde fuera del área que reventó el travesaño antes de picar lejos de Andrada. 2-1 y la gloria.

De ahí en adelante Boca fue en busca del empate con lo que le quedaba y arrinconó al Millonario, en un cierre dramático que tuvo todo. Situaciones de gol, Andrada cargando en dos córners contra el arco rival, Gago abandonando la cancha con una nueva lesión y un tiro en el palo de Jara en el minuto 119, pero la suerte estaba echada. A los 121, en la corrida final, Martínez corrió al arco libre y desató la locura final.

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