Siempre se dijo que la cárcel de San Francisco es una de las más seguras, aunque si se repasa el historial de fugas, que no fueron muchas, no podemos hacer otra cosa que caer en el viejo y tradicional dicho “a seguro se lo llevaron preso”.

Este lunes, Jonathan Ezequiel Paz, fue recapturado tras fugarse en horas de la madrugada luego de romper el tejido perimetral que rodea al edificio. El reculoso estaba muy cerca de recibir la libertad asistida, informaron fuentes judiciales a El Periódico. Sin embargo, el joven de 24 años, que cumplía una pena por una acumulación de hechos contra la propiedad, decidió escapar.

El viernes 27 de diciembre de 2019, ocurrió un caso similar. Ese día, otro preso se fugó cerca de las 5.30 de la madrugada pero fue capturado alrededor de las 8 en barrio San Cayetano.

Cristián Andrés Córdoba (33), alias "Pipi", se encontraba detenido desde el 6 de ese mes acusado de un robo cometido en barrio Los Palmares. Según trascendió, el interno huyó por la ventana y luego se fue por la puerta de la panadería del establecimiento carcelario.

Tiempo atrás, desde la Unidad Penitenciaria nº 7 aseguraban que el número de fugas no era tan grande como en otras cárceles del país. Sin embargo, además de estos casos hubo otros en los últimos años.

Con la basura de por medio

Luis Carrizo cumplía una pena por robo calificado y le faltaba un año y medio de condena; pero se escapó en enero de 2012 tras el descuido de un guardia, luego de pedir permiso para sacar la basura.

El interno transitaba una “fase de confianza” y era habitual que desarrollara la tarea de sacar la basura y otras actividades.

Ese día, saltó el vallado perimetral y se dio a la fuga por la parte posterior del establecimiento, que desemboca en las vías del Ferrocarril Belgrano, en el sector sur de la ciudad.

Casi cinco meses después, Carrizo fue recapturado en Córdoba capital.

Adentro de un tacho

En septiembre de 2006 ocurrió el hecho más insólito de los últimos tiempos. Leandro Stessen, en ese momento de 22 años, era un interno procesado por robo calificado que escapó escondido en un tacho de basura y continuó su huida en una bicicleta apostada fuera del penal.

Según se conoció después, Stessen había permanecido entre la basura durante más de 10 horas y esperó que el camión del servicio de recolección de residuos llegara a buscar su carga, para continuar con la fuga

El joven salió de entre las bolsas del camión recolector y trepó felinamente el alambrado perimetral de la cárcel, escapando en una bicicleta. Este había ingresado a la cárcel el 17 de agosto y se había prometido no permanecer mucho tiempo allí. En sólo un mes y medio planeó la fuga y la llevó a cabo.

Stessen fue recapturado a los pocos días en la casa de su madre.

Demasiada confianza

Las últimas fugas de la Unidad nº 7 fueron por parte de internos que se encontraban en etapa de confianza, a poco de salir en libertad y aprovecharon un descuido de los guardias para darse a la fuga.

Este fue uno de los motivos por el que se decidió hace unos años eliminar la quinta que trabajaban los internos del sector de confianza.