Comenzó el juicio este jueves por el crimen de Matías Palacios, el joven que había sido baleado el lunes 12 de junio de 2017 y que como causa de ello falleció a principios de julio del mismo año, al no poder reponerse de las heridas sufridas. 

Durante el proceso es juzgado Fernando Stadelman (31), quien llegó imputado por homicidio agravado por uso de arma de fuego. Su defensa la lleva adelante el abogado Mario Ruiz.

Este jueves declararon ocho testigos y la jornada seguirá este viernes desde las 9, luego de un cuarto intermedio.

La acusación 

La acusación leída en sala refiere a que el lunes 12 de junio de 2017, Matías Palacios circulaba a bordo de una motocicleta Guerrero Trip negra sin dominio acompañado por Juan José Juárez. Lo hacían sobre bulevar 9 de Julio, de este a oeste, mientras que por la misma calle y en el mismo sentido circulaba Fernando Stadelman a bordo de una Honda CG Titán. Al llegar a la altura del 230, Palacios y su acompañante fueron abordados por Stadelman, quien aparentemente los seguía, se puso al lado de la moto y sin mediar palabras sacó un arma calibre 32 negro y le disparó en el pecho.

Luego agrega que Palacios desvió su moto hacia la vereda cayendo y siendo trasladado luego al hospital donde le diagnosticaron una herida a la altura del tórax de atrás hacia adelante, de abajo hacia arriba y donde finalmente murió por una lesión pulmonar.  Por este hecho se lo acusó a Stadelman de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.

En otro de los hechos, se lo acusó de violación de domicilio.

Testimonios

En la primera jornada, Stadelman declaró por ambas causas aunque no respondió preguntas. Sobre la causa de violación de domicilio, ocurrida sobre una vivienda ubicada en Carlos Gilli al 300, reconoció el hecho y explicó las causas, relacionadas a una pelea que se estaba dando fuera del lugar.

Sobre el segundo hecho, negó la acusación y afirmó que ese lunes trabajó hasta las 19 en la escuela Nº 1264 "Malvinas Argentinas" en barrio Acapulco, luego fue junto a su jefe a Plaza San Francisco, y después regresó a su casa donde se bañó y se acostó. También negó conocer a Juárez (quien iba de acompañante en la moto que conducía Palacios) y afirmó conocer a Palacios de vista porque, adujo, Palacios le robó un teléfono en un arrebato en barrio Acapulco. También aseguró que después de ello tomó conocimiento que Palacios estaba ofreciendo ese celular en barrio Acapulco. Aunque negó haber declarado que abordó en un semáforo al fallecido en una oportunidad anterior a la fecha en que fue baleado reclamando por ese hecho.

La primera testigo fue Claudia Sileoni, amiga de Stadelman, quien declaró sobre la causa de violación de domicilio. Según sus palabras, denunció a Stadelman luego de que este entrara a su domicilio y arrojara un vaso de vidrio hacia su sobrino en medio de una pelea, por temor por su hija de 3 años que se encontraba en el lugar. Sin embargo aseguró que después de eso la relación siguió normal entre ambos.

El resto de los testigos declararon sobre la causa de homicidio agravado. El segundo fue Juan José Juárez, quien iba de acompañante en la moto que conducía Palacios el día que fue baleado. Este testigo clave adujo conocer apenas a Stadelman por un amigo en común. Y declaró en línea con la acusación. Durante su declaración se vivió uno de los momentos más duros de la jornada: la mamá de Palacios rompió en llanto cuando Juárez declaró que su hijo, tras ser baleado, pidió que le dijera que la iba a extrañar, a modo de despedida.

El tercer testigo fue Jorge Parolo, quien atendía un carro de hamburguesas ubicado cerca del lugar de los hechos. Aseguró haber escuchado ruidos de motos y de un disparo y haber visto, poco después, a un joven tirado en el piso al que asistió junto a una empleada de una heladería hasta que llegó la Policía y el servicio de emergencias. Durante su declaración se vivió un momento de tensión luego de advertirse que en una anterior había afirmado haber visto el momento de la persecución y el disparo. 

El cuarto en declarar fue Claudio Stadelman, hermano de Fernando, quien reconoció haber visto a su hermano ingresar a su casa cerca de las 20 o 20.30 el día del hecho.

En quinto lugar declaró Ricardo Panero, suboficial mayor en ese entonces, hoy retirado de la fuerza policial, quien habló de allanamientos realizados aproximadamente un mes después del hecho, buscando al sospechoso, prófugo en ese entonces, todos con resultados negativos. Panero recordó también haber consultado con Parolo lo ocurrido y dijo que este afirmó no haber presenciado el momento del disparo. En este punto también se vivió un momento de tensión luego de advertirse, también, que la declaración difería de la prestada en un primer momento.

Franco Corvalán, oficial inspector, de guardia en el Comando de Acción Preventiva ese día, fue el sexto en declarar. Corvalán aportó detalles del operativo policial ocurrido luego del hecho. Entre lo narrado habló de la búsqueda de pruebas, del hallazgo de una vaina 9 milímetros y del corte de calles para resguardo de zona.

En los últimos lugares declararon Mariano Pispieiro y Mario Vignolo, médicos forenses, quienes hablaron de las lesiones de Palacios: herida de bala del lado derecho a la altura del séptimo espacio intercostal, de abajo hacia arriba, y de atrás hacia adelante, ocurrido en la parte posterior de la línea axilar.