Hace una año se decretaba en la Argentina el aislamiento obligatorio por la llegada de la pandemia coronavirus al país. Sin lugar a dudas esto afectó de diferentes maneras a todos los sectores de la sociedad, incluso a los clubes deportivos que vieron truncos proyectos a corto y mediano plazo; y debieron buscar nuevas herramientas para sostener el vínculo con la comunidad.

Las instituciones deportivas debieron afrontar un panorama nunca antes visto: canchas vacías, sin chicos, sin jóvenes, sin actividades sociales y mucho menos actividades deportivas. En el caso de Defensores de Frontera, la institución venía en franco crecimiento a través del proyecto deportivo inclusivo donde además tenían planificado el desarrollo en distintas áreas de ayuda social que ya funcionaban, pero que pretendían reforzar. 

"Teníamos todo organizado para la nueva temporada deportiva, pero todo cambió. Nos empezamos a manejar semana a semana con actividades para los chicos enviadas por celular y ollas populares para la gente que lo necesitaba. Nos tuvimos que acomodar mucho, principalmente con los protocolos para la entrega de las viandas", explicó Maximiliano Páez, presidente del club.

El "Defe" había iniciado un proyecto para darle una merienda a los chicos que entrenaban en el club y en un futuro construir un espacio de apoyo escolar, pero la pandemia obligó a transformar esa idea porque los chicos ya podían ir al club. "Se aceleró todo, decidimos empezar a hacer ollas enseguida porque veíamos la situación de la gente,  estaban acostumbrados a que terminaban de entrenar y se les daba la merienda. Los alimentos los conseguíamos gracias al gremio de ATE, a La Esquina de los Tassi y mucha gente que colaboró", comentó.

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En otras instituciones también se vieron reflejados hechos similares como el caso del plantel de La Hidráulica que recolectaba alimentos para jugadores o socios del club; o todo aquel que lo necesitara. También hubo campañas en Sportivo Belgrano, árbitros de fútbol e instituciones que se unieron como puente para acercar la mano solidaria de los vecinos.

Infraestructura y economía

El "vaciamiento" de los clubes por la cuarentena también les permitió acelerar los procesos de construcción en sus instalaciones, aunque sin estar ajenos a la realidad económica que los golpeó a todos.

Paéz explicó que en Defensores se pudieron realizar algunas tareas en la cancha, principalmente en vestuarios donde ya estaba proyectada la obra, aunque señaló que "no se podía cobrar una cuota y lo que ingresó se destinó al mantenimiento que solicitaba la Liga Rafaelina".

"En el club se formó un grupo de apoyo de ex jugadores que organizaron eventos y con eso compramos elementos de entrenamiento para la temporada y nos vino muy bien porque permitió que nosotros como comisión nos concentráramos en la infraestructura de la cancha", agregó el presidente.

En otras instituciones el abono de la cuota mermó y la ayuda del estado fue una bocanada de aire fresco para sus economías. Sin embargo, a medida que se fueron flexibilizando las actividades hubo algunos clubes que tuvieron un gran apoyo de los socios y decidieron volcar en obras que se necesitaban, pero la presencia constante de personas en el club complicaba la planificación.

Saturación

Transcurrida la primera etapa del aislamiento, otro escenario se presentó en los hogares. Comenzó a haber una saturación de actividades puesto en muchas familias había solo un celular, principalmente en familias con niños pequeños, donde además de llegar las actividades deportivas solicitadas también llegaban tareas escolares para dos, tres, cuatro hermanitos o más.

En ese sentido, Páez afirmó que el seguimiento en el plano deportivo comenzó a complicarse, "en el primer mes hubo una buena respuesta, pero después cambió, hubo mucha saturación porque los papás tienen un solo celular, volvieron a trabajar y tiene que usarlo para todos los hermanos".

"Afectó mucho a los chicos el no poder ir a entrenar, fue casi un año sin acercarse al club. Hoy estamos bien armados, pero al principio costó volver a juntarlos, también había un poco de miedo por los contagios y porque no se sabía si íbamos a poder jugar este año", comentó.

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Alegría y nuevas experiencias

El regreso a las actividades fue por demás esperanzador. Las actividades volvieron a recuperar algo de la vieja normalidad con más chicos en el club y el camino empieza a aclararse. Al respecto, Páez contó que en el "Defe" "hay más chicos que el año pasado, decidimos presentar las cuatro categorías en la Liga Rafaelina y tenemos la escuelita con unos 25 chicos. Vinieron muchos, en hockey también porque tuvo muy buena repercusión".

"Había muchas ganas de volver, ahora están desesperados por jugar. Al principio estaba todo en veremos porque no había nada oficial, pero una vez que la Liga oficializó todo se acercaron más chicos que antes de la pandemia", contó el presidente del club.

Además, esta semana recibieron la visita de captadores de Newell's Old Boys de Rosario que probó jugadores en cancha de Defensores. "Fue un experiencia muy linda para los chicos, que venga un club como Newell's y que todos tenga la posibilidad de tener un prueba, fue hermoso, queremos que vuelvan otros clubes porque la experiencia que tuvieron fue muy linda", contó Páez.

En cuanto a lo que viene, el presidente comentó: "Nosotros seguimos trabajado igual a pesar de la situación económica, de la misma manera que empezamos porque vimos que quedaban muchos chicos fuera del deporte y queríamos ofrecerles una oportunidad".

"Sigue en pie la idea del merendero, pero ahora estamos trabajando para poder cumplir todos protocolos cuando volvamos con esa actividad, estamos poniendo piletas por fuera de la cancha para que los chicos se laven las manos al entrar al predio, queremos armarnos bien por el merendero y seguir trabajando con esa idea, la pandemia complicó un poco las cosas, pero seguimos enfocados en eso. También tenemos que cumplir protocolos que nos pide la Liga y estamos armando todo para volver a competir", señaló.

Además, el club inició una campaña de socios que tendrá sorteos de bolsones y distintos premios por colaborar con la institución.