A María Teresa Milani de Bienedell (63) no es muy difícil encontrarla. El Archivo Gráfico y Museo Histórico (AGM) es uno de sus lugares en el mundo. Y allí está, relajada y protegida bajo la sombra de los árboles del “monte nativo didáctico”, un espacio de 900 metros cuadrados de extensión que fue creado hace más de 15 años y se terminó convirtiendo en un ícono de la institución. Su gran diversidad de especies arbóreas y la vida que surgió a su alrededor, son parte de sus atractivos.

MIlani es una apasionada de la historia y de la naturaleza. A su cargo (junto a Alberto Orellano, otro histórico del AGM) tiene la difusión y sobre todo la creación de consciencia en los niños de lo que representa no sólo la historia que se resguarda dentro del edificio, sino la protección y el cuidado del medioambiente.

“Mi actividad dentro del Archivo Gráfico es siempre apuntando a la educación, a hacer conocer los distintos objetos como fotografías, fósiles y el monte nativo, porque todo lo que tenemos en el Archivo, así esté vivo, es un documento que nos permite mantener viva la memoria. Se apunta a eso y a trabajar particularmente con los niños”, refiere “Tere”, rodeada de dos mesas en la que se observaban frascos con las más variadas especies de semillas que forman parten del repertorio para las visitas guiadas que ofrece el lugar, y que volvieron después de un año por la pandemia del coronavirus.

La historia siempre presente

María Teresa tiene toda una vida vinculada a la historia y a la educación aunque no siempre relacionada al Archivo Gráfico. Trabajó 30 años en la Municipalidad de San Francisco, donde comenzó desempeñándose como maestra de apoyo en escuelas públicas. Luego, con un cambio de gobierno, le tocó en suerte cumplir tareas en el Registro Civil a lo largo de más de 10 años y finalmente en la Asesoría Letrada, donde se jubiló.

“Trabajar para la municipalidad me permitió muchas cosas, como continuar capacitándome y estudiando. Soy una agradecida al trabajo que tuve porque en las áreas donde me tocó desempeñarme siempre lo hice con alegría y con gente buena”, sostiene.

“Apuesto mucho por los chicos, son el futuro pero también el presente”

“Tere” había realizado sus estudios secundarios en la escuela Normal “Nicolás Avellaneda” y luego empezó el cursado del profesorado de Historia, aunque por circunstancias de la vida terminó mudándose a Santa Fe, lo que le impidió cortar la carrera. Sí pudo recibirse como docente de enseñanza primaria. “Fue lo que realmente me atrapó, trabajar con niños en edad escolar. Por otro lado, la pasión por la historia creo que la tengo por mis padres, a mi papá –Rafael- le gustaba mucho la historia, siempre comentaba sobre la vida de San Martín, de Belgrano y los próceres, eso lo fui mamando de pequeña. Y si bien ni mi papá ni mi mamá tenían grandes estudios, ellos hicieron que tuviese mucho interés por la historia y la educación”, recuerda.

Estas situaciones en su vida la fueron llevando a ser una de las difusoras del Archivo Gráfico y Museo Histórico ante cada visita grupal que recibe el espacio.

“Tere” es la mayor de tres hermanas junto con Sonia y Patricia, todas docentes, hijas del matrimonio de Rafaela Milani, un avicultor y Nelly (Beba), ama de casa, ambos ya fallecidos.

- ¿Y cómo surge esto que hoy es el AGM?

Se empezó con esto como centro documental de fotografías, diarios, revistas y nunca imaginábamos que íbamos a lograr lo que tenemos en actualidad. Al poco tiempo nació el museo, porque empezaron a llegar objetos, no había en la ciudad un museo histórico y la gente comenzó a acercar cosas de un importante valor. Nosotros, muy al principio, con la finalidad de recolectar fotografías hacíamos una campaña que se llamaba “la caja de zapato”, porque en otras épocas las fotos se guardaban dentro de cajas de zapatos. Hasta que un día vino una señora con una mecedora, un sillón vienés y dijo ‘quiero donarlo’. En ese momento le contestamos que no, que no juntábamos objetos pero ella insistió y la señora Carrizo -la recuerdo como si fuera hoy- fue la culpable de que hoy tengamos más de 4000 objetos en el Archivo. Y gracias a ella se rescataron muchísimo que andá a saber dónde habrían ido a parar.

La prehistoria sanfrancisqueña

Al poco tiempo de funcionamiento comenzaron a recibir restos fósiles descubiertos en San Francisco y la región, en un período que abrió una etapa de investigación y conocimiento para los integrantes del espacio.

“No es que buscábamos las cosas, es como que venían a nosotros. Fue muy particular -asegura Teresa-. Siempre arrancábamos explicando la fundación de la ciudad con Iturraspe en 1886 y a partir de la llegada de los fósiles tuvimos que empezar a hablar de una prehistoria de 8000, 10.000 y hasta un millón y medio de años en los que vivieron estos animales de la megafauna pampeana en nuestra zona. Especies como el tigre dientes de sable, el Sclerocalyptus, gliptodontes, tenemos 30 fósiles encontrados en San Francisco. Empezamos a ver cómo encarar esa circunstancia que para nosotros también era importante porque empezábamos a hablar de una prehistoria sanfrancisqueña”, detalla.

“Apuesto mucho por los chicos, son el futuro pero también el presente”

Con voz y una predisposición de maestra innata, Milani les explicaba a los pequeños visitantes-antes de la llegada de la pandemia-, muy avezados en lo referido a dinosaurios, las especies que habitaron estos suelos. “En Estados Unidos tenían al Tiranosaurio Rex, pero nosotros acá tenemos al tigre dientes de sable que era tan feroz como un dinosaurio carnívoro”, comenta que les narra a los chicos cada vez que se visitaba el sector de paleontología. “Esto siempre lo decimos para que ellos entiendan que tenemos una paleontología nuestra, de San Francisco y que pueden investigar sobre eso”.

Defender el monte

“El monte nativo es otra parte documental que tiene el Archivo. También surgió como una idea de poder recrear cómo era este espacio físico geográfico que habitamos cuando arribaron los colonos y que era tan diferente. Un lugar poblado de algarrobos, espinillos, plantas gigantes que daban frutos, enredaderas, un lugar prácticamente inaccesible para aquel que llevaba a vivir a esta zona. Digo que es un documento para mantener viva la memoria y enseñar a los niños a cuidar el ambiente, protegerlo y en este sentido los chicos son muy especiales y lo entienden muy bien”, expresa Milani.

Teresa a cada momento da referencias de las especies que se encuentran en el lugar, conoce sus frutos, las propiedades que brindan, todo cual experta en botánica. Y en este sentido asegura: “Te tenés que apasionar para transmitir esa pasión por la naturaleza, que se difunda y se siga defendiendo. Por eso apuesto mucho por los chicos que son el futuro pero también el presente”.

Entre árboles, enredaderas y yuyos, el monte alberga especies autóctonas como el algarrobo, chañar, quebracho blanco, cina cina, tala, tusca, diente de león, ortiga, mburucuyá o pasionaria, entre tantas otras.

Una y otra vez, la docente de enseñanza primaria repite que dicho sector no solo es un lugar vivo, sino mágico y una temática muy actual luego de los feroces incendios que en 2020 destruyeron miles de hectáreas de bosques nativos en las sierras cordobesas.

“Todo lo que pasó en nuestra provincia el año pasado con los incendios en las sierras de Córdoba, que sabemos que la mayoría de ellos fueron intencionales, de descuido hay poco y nada -se queja-, nosotros podemos hacer nuestro aporte porque tenemos esas cabecitas que son los chicos para que entiendan lo fundamental que es defender el monte, no sólo porque da sombra y leña, sino por los frutos que produce y la fauna que alberga”.

- ¿Le da esperanza cierto auge ambientalista que surgió en los últimos años en la provincia?

El tema ambientalista está muy peleado. Te doy un ejemplo, hace unos años fuimos a una marcha muy importante para defender el desmonte en las Sierras Chicas. Había unas 20 mil personas pidiendo la protección de la naturaleza, de la que no somos dueños pero sí tenemos que defenderla. ¿Sabés cuánta difusión en los medios tuvo? Prácticamente nula. Las leyes están, hay que hacerlas cumplir, así podríamos tener una naturaleza más armónica. El monte es vida, le da a la gente de comer, albergue, sombra y es la barrera frente a muchos de los problemas climáticos que nos azotan. Entonces no sé por qué cuesta tanto entender su importancia.

Mientras tanto el “montecito didáctico” fue creciendo en el último tiempo, cuenta con un parque con especies nativas para ser valoradas por los asistentes. Siempre con la idea de Teresa de continuar dándole más vida a ese espacio: “Quisiera tener 20 años menos para poder hacer todo lo que me gustaría acá, pero bueno, siempre que el cuerpito aguante seguiremos con esta función”, cierra entre risas.

“Apuesto mucho por los chicos, son el futuro pero también el presente”

Este 8 de marzo se conmemora el Día de la Mujer, ¿cómo ves el movimiento feminista en la ciudad?

El movimiento de mujeres pasó a ser muy fuerte, luchador, me considero luchadora acá dentro de lo mío. Cada una lucha desde su lugar. Es mi granito de arena, creo que si todas nos proponemos tener nuestra lucha en algo concreto, apoyando lo que haga el movimiento, podemos llegar a construir una mejor sociedad. A mí lo que me duele, es que por ahí haya que seguir con estas luchas de formas tan agresivas, cuando tendría que ser más natural poder conseguir nuestros derechos.

Visitas al monte nativo

Se realizan todos los domingos desde las 18.30 con un cupo limitado de 15 personas, por el protocolo para prevenir el coronavirus. Los interesados pueden comunicarse a través del Facebook: Archivo Gráfico y Museo o al teléfono 15608752. La actividad tiene un bono contribución de $200.

25 AÑOS

El pasado 1 de marzo, la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la región (AGM) celebró sus 25 años de vida resguardando la memoria de la ciudad y la zona: “Siempre digo que tiene un nombre muy largo porque acá tenemos muchísimas cosas por difundir”, asegura Milani.

“Apuesto mucho por los chicos, son el futuro pero también el presente”