Este 12 de junio se conmemora en Argentina el Día del Arquero. Fue sancionado por el Senado de la Nación en homenaje al nacimiento del gran Amadeo Carrizo y en ese marco decidimos entrevistar a uno de los arqueros que dejó su huella en el fútbol sanfrancisqueño gracias a su perseverancia, a pesar de no haber trascendido más allá de nuestra región.

Se trata de Jorge Carignano, quien defendió los arcos de Don Orione, 1º de Mayo, La Milka, La Florida y Antártida Argentina. Además, vistió las camisetas de Sportivo Santa Clara, Atlético María Juana, Filodramático de Alicia, Huracán de Las Varillas y Granaderos de Las Varas.

Con 60 años, Carignano tiene un físico privilegiado y aún sigue atajando en los encuentros de veteranos. "Peso lo mismo que cuando tenía 18 años, y eso gracias al entrenamiento que tuve en mi juventud. Se lo debo gran parte a Jorge Antolini", señaló. Además, es vicepresidente de Antártida Argentina, club al que se sumó en la década del 90 y gracias al contagio de grandes dirigentes de la época como Darío Jular, Pablo Panero, Pedro Ceballos o Roberto Podadera, encontró su lugar en el mundo del deporte después de haberse alejado de la competencia.

“A mí el fútbol me hizo desarrollar como persona, gracias al fútbol soy lo que soy. Me crié jugando al fútbol haciéndolo siempre trabajando. No tenía, ni tengo, las condiciones de la mayoría de los jugadores cracks como el 'chelo' Frócil, pero fui un trabajador del fútbol y entrené toda mi vida. Trabajando pude lograr todo lo que logré", dijo Carignano.

"Soy un bendecido por el fútbol porque sin tener grandes condiciones siempre me fue bien", agregó.

Desde "abajo"

La carrera de Carignano arrancó en Don Orione, en el baby, ahí compartió equipo con jugadores como Sergio Zonghetti, Juan Caffarena y Daniel Bressan. "En aquella época los campeonatos los ganábamos nosotros y Los Andes que tenía al "lola" Hernández y al "bayo" Cabrera", recordó.

Al salir del baby, sabía que tenía un problema para ser arquero: la estatura. "Era bajo para ser arquero y me costó adaptarme a los arcos grandes. Tenía que entrenar distinto porque no era alto, tenía que hacer más piernas, saber achicar y muchas cosas para adaptarme. Mi ejemplo era 'gato' Leiva, lo iba a ver en Sportivo, era lo que iba ser yo después: ágil pero bajo. Sabía ubicarse, tenía una gran agilidad", señaló. 

"Después vino a San Francisco "Cacho" García, un arquero importante que venía de Desamparados. García fue uno de los precursores de los entrenamientos de arquero, en el baby no se entrenaba al arquero, te ponían al arco y los delanteros pateaban, nada más", relató.

"Me vio condiciones y empecé a entrenar con él en la cancha de la Godeco junto con Erik Chiavassa, y nos enseñó muchísimo. Era un adelantado porque trajo los entrenamientos modernos para arqueros en la década del 70", señaló.

Jorge Carignano: "El fútbol me hizo desarrollar como persona, gracias al fútbol soy lo que soy"
Carignano (der) en Don Orione.

Liga Comercial. "Antes de jugar en la Amateur, jugué en Venier y en después en Corradi, que salía campeón siempre porque tenía un equipazo de jugadores que ya estaban de vuelta de la Liga Amateur como Suarez, Pereyra y Almada. Salimos campeones dos años seguidos", señaló.

El comienzo de una larga carrera

Después de jugar en la Liga Comercial, Carignano llegó a la primera de Mayo. Ahí compartió puesto con Chiavassa y coordinó los entrenamientos, que había aprendido con García, con los otros arqueros del club. "En esa época los equipos de la Amateur no hacían esos entrenamientos. Se corría como 14 kilómetros, era todo físico. Gracias a dios cambiaron, hoy es todo con pelota", sostuvo.  

"Éramos un equipo duro, teníamos al 'chelo' que sabía mucho, mi hermano Marcelo Carignano, 'pilo' Clemente abajo y 'bocha' Clemente arriba. Yo le tiraba todas las pelotas al 'bocha' y él cabeceaba todo. Así jugábamos yno nos iba mal", señaló.

"Me fui porque buscaba otra cosa y porque no había tantos arqueros. Hablé con Erik, si él se quedaba a ser titular yo me iba, y me fui para que juegue él", explicó.

Jorge Carignano: "El fútbol me hizo desarrollar como persona, gracias al fútbol soy lo que soy"
Carignano en 1º de Mayo. (Foto: facebook Recuerdos del Deporte Amateur)

La Milka, otro mundo

Tras su paso por 1º de Mayo, Carignano conoció a Hugo Maritano que lo llevó a La Milka, club en el cual terminaría jugado casi 9 años y coronándose campeón en 1989. " En La Milka conocí otro mundo, era especial. Después de las vías y de la laguna era un mundo aparte", comentó.

"Me recibieron muy bien, llegué con Daniel Roelofs, ya jugaba Ricardo Sapei también que no era del barrio, el resto eran todos de ahí. La pasamos muy bien, nos hicimos todos amigos y hay miles de anécdotas", rememoró.

"No me voy a olvidar nunca de lo que pasé en La Milka. Uno se sentía muy bien porque venías de afuera a ponerte la camiseta del barrio y era un orgullo, la barriada te lo hacía saber. Aunque en el equipo era un jugador más y la estrella era Miguel Sosa. Yo vi pocos hacer lo que hacía Miguel...", indicó.

"No nos fue tan bien en lo deportivo, salvo del último año, pero la amistad que generamos y lo que logramos propiamente como equipo fue bárbaro. Además, si vos jugaste en La Milka la gente no se lo olvida más, me saludan por la calle y yo no recuerdo, ya no los conozco", señaló.

El poste de luz. "En la cancha de La Milka, que no estaba donde está ahora, tenía un poste de luz 50 cm. atrás del arco que daba a la calle 1º de Mayo. Mi papá tenía miedo que me golpeara e hizo una goma espuma para cubrir el poste, le escribíamos 'Club Atlético La Milka'", recordó Carignano.

Su salida de La Milka se dio casi 9 años después de su llegada y lo hizo para dejarle lugar a un jugador del club. "Estaba 'colimba' Tibaldi que se había criado en el club jugando a la pelota con el 'pato' Maritano. Era del barrio y si me quedaba lo iba a tapar, entonces me fui. Yo ya tenía 32 años...", destacó.

Jorge Carignano: "El fútbol me hizo desarrollar como persona, gracias al fútbol soy lo que soy"

"No, loco, acá se sale jugando"

Hubo una temporada en la cual Carignano atajó para La Florida. Se fue a préstamo, pero no recuerda bien por qué. "En La Florida atajaba Boetto, era el arquero histórico, creo que se había ido a la colimba, por eso me llevaron", sostuvo. 

"Tuve que aprender a jugar al fútbol de otra forma, eran una máquina. El primer entrenamiento saqué y pateé la pelota para arriba, pararon todo, viene el Hugo Funes y me dice: 'No, loco, acá se sale jugando'. Era otra cosa, otro paladar, jugar con Vivas, Funes, Cabrera, era algo distinto", explicó.

"Lo que rescato es lo que aprendí para jugar con esos jugadores y de esa manera. Lo que no me gusto mucho es que era muy exitista, terminamos segundos en el campeonato, atrás de Mayo. Pero para La Florida era un fracaso porque teníamos que haber ganado todo. Estaban acostumbrados a otra cosa, yo venía de los equipos sufridos, de luchar para terminar terceros o segundos, en La Florida había que ganar o ganar. pasa que habían ganado mucho....", explicó.

Jorge Antolini, el gran maestro

Carignano destaca a Jorge Antolini como su gran maestro. "Con él aprendí todo lo que me faltaba para ser arquero, él después fue a Antártida también. La calidad de entrenador que es, sin ser profesional, y la llegada que tiene para motivar a un arquero lo he visto en muy pocos", señaló.

"Hoy quizás lo tenga Darío Capello a fuerza de aprender de él y de estudiar también", destacó.

El fenómeno pingüino

"Con 32 años no me consideraba viejo para seguir atajando, estaba bien físicamente y entrenaba mucho, tenía varias ofertas y no había muchos arqueros. Me tentó el proyecto de Antártida porque era la vuelta al fútbol de la mano del 'gallego' Jular", contó Carignano.

"Creí que iba a bajar de nivel, no creía que íbamos a tener el éxito que tuvimos. Al principio era un equipo que jugaba lindo, hacíamos muchos goles, pero también nos hacían muchos goles también. Y me sorprendió la cantidad de gente que nos acompañaba en ese momento, la cancha de la Rural estaba llena siempre. Era llamativo", explicó.

"Logramos conformar un grupo donde la mitad éramos jugadores grandes y la mitad de jugadores jóvenes que tenían mucha decisión y en pocos años ganamos un montón de campeonatos", agregó.

Jorge Carignano: "El fútbol me hizo desarrollar como persona, gracias al fútbol soy lo que soy"
Antártida Argentina campeón de 1994.

"Con Antártida hay partidos inolvidables porque fuimos de punto a jugar en muchos lados y sacábamos los resultados. El partido que más me acuerdo fue el de Santa Rosa que era clasificatorio al Interligas: para ellos jugaban varios profesionales de Córdoba, los Flores de Arroyito. Nos llenaron de pelotazos. Ganamos porque tuvimos a un Plumero Beldoménico inspirado e hicimos los goles en momentos justos", recordó. 

"En Sacanta, de noche, no se veía nada, el árbitro estaba a favor de ellos y la gente se metía en la cancha. Empatámos sobre la hora y nos sirvió, adicionaron como 10 minutos...", contó.

Los cracks de Antártida. Carignano mencionó a varios jugadores que compartieron plantel en el "pingüino": 'Chelo' Tortolo, Carmona, 'Bachicha' Diale, 'Plumero' Beldoménico, 'Fito' Fantino, 'Chita' Dell Avanzatto, Gambeta, Casineri, Giménez, Hidalgo, Romero, Rosa, entre otros. 

Arquero y dirigente

Cuando llegó a Antártida, al poco tiempo, Carignano comenzó a colaborar con el club también desde otro ámbito. Hoy es el vicepresidente del club y eso se lo debe, en gran parte, a quienes sentaron las bases y allanaron el camino que hoy transita la institución.

"Me consideré dirigente en el primer corso que organizó el club. En esa época Darío Jular, Pablo Panero, Pedro Ceballos y Roberto Podadera eran muy trabajadores y tenían un grupo de gente que trabajaba muy bien por el club. Parecía mentira, hoy tenés que buscarla a la gente para que venga a trabajar por el club", explicó.

"Me acuerdo de ir al predio a desmontar, sacar árboles con Víctor Aimar, hoy presidente de la Liga Regional, o con Costamagna. Así fui aprendiendo a cómo llevar adelante un club y de la nada salir adelante con trabajo. Me pegué mucho a Roberto Podadera, porque era un dirigente completo, gestionaba todo y era un tipo muy abierto", sostuvo.

Carignano se retiró a los 43 años en Antártida Argentina y desde allí siguió ligado al club como dirigente. "Hablé con Carlos Gambeta, yo soy íntimo amigo de él, entonces no lo puse en compromiso y me retiré", explicó.

Otra visión

Desde los 90, Antártida creció de manera descomunal. En el club se practica tenis, bochas, fútbol, hockey, pádel, patín, el predio posee un gimnasio y próximamente inaugurarán una cantina. Además, tiene proyectadas canchas de polvo de ladrillo, una secretaría y el sueño de una pileta climatizada.

La labor de gestionar cambió la visión de Carignano sobre el fútbol y el deporte, si bien la institución actualmente encara un importante proyecto en esa disciplina el cual apoya por la confianza que tiene en la nueva subcomisión, él ya no lo ve con los mismos ojos. "Pertenezco a la vieja guardia de la Amateur, de las barriadas y todo eso se perdió. Cambió todo para mal en ese sentido", señaló.

"Hoy un jugador sin nombre y sin carrera no juega gratis y eso para un club de barrio es malísimo. Abrir la cancha para un domingo de fútbol es durísimo, hace años que venimos con el mismo problema todos los clubes porque no llegás a cubrir los gastos", indicó.

Y agregó: "Me dejo de gustar el fútbol, tanto que los últimos años que estuve apoyando lo hacía en la cantina y mirando desde lejos. No me motivaba ver el fútbol así, sí me preocupaba para recaudar lo máximo que podíamos para cubrir los gastos...", explicó.

"Además, la gente ya te ve de otra forma, sos dirigente y parece que estás del lado contrario. Sos el que le hace vender locro, el que no permite que se use la cancha continuamente, somos como los malos de la película. Hay poca luz, es culpa del dirigente, no se llegan a pagar los sueldos de jugadores y es culpa del dirigente. Pero uno hace con pasión, por eso sigue adelante", sostuvo.

"Hoy no soñamos en jugar un Argentino A, o algo por el estilo. Sí lo hará la subcomisión de fútbol, pero la comisión a la que pertenezco sueña con seguir sumando cosas en el club, para que sea para toda la familia, con más disciplinas y más actividades. Mi sueño es que Antártida tenga una escuela ¿Por qué no?", concluyó.