Entre tumbas y flores el cementerio de San Francisco tiene muchos detalles que pasan desapercibidos. La “parte vieja” donde están los grandes mausoleos es quizás la zona donde más historias se pueden encontrar y que dan cuenta de la riqueza artística de la ciudad.

Como sucede con las edificaciones para vivienda alguien siempre deja el sello de que ahí trabajó y puso su arte ya que hace muchos años eso era una práctica bastante común. Pese a que las marcas pasan más desapercibidas, en el ingreso al cementerio hay una clásica que es la de Hugo Fasciani.

Casi como si fuera una isla sigue firme el Mausoleo 1560 ubicado a la izquierda de la entrada al cementerio. Descansan allí los restos de Primo Fossati. Luego, tan delicado como su obra en uno de los laterales aparece un recuadro pequeño casi a ras de la base que tiene la leyenda con el nombre de quien lo hizo.

Newton por Fasciani

Este no es el único lugar donde esa marca puede observarse. El hombre es quien dio forma al espacio donde descansan los restos de Cecil Newton, ubicado unos metros más allá por el pasillo que da hacia el Sur del cementerio.

Fasciani le dio forma a un monolito del ex director de la Escuela Normal. Allí originariamente en su placa tenía una escuadra y un compás, que algunos atribuyen a su especialidad docente de las Ciencias Exactas y otros a la Masonería, pero de este último hecho nunca se encontraron pruebas. 

Fasciani fue el diseñador y constructor de la obra con carácter sobrio y elegante. La buena conservación motivó que en los últimos años por la importancia que haya sido declarado de interés histórico municipal.

El Iturraspe “perdido”

El constructor se hizo de una gran fama en San Francisco. Antes de la obra en homenaje a José Bernardo Iturraspe hecha por Miguel Pablo Borgarello, Fasciani había presentado su propia propuesta.

La historia se remonta a 1936 cuando en el mes de agosto la Municipalidad auspició que se haga un monumento en memoria del fundador. Un mes después, el 5 de septiembre de 1936, Fasciani presentó una maqueta del homenaje que pretendía realizar. 

Se trataba de un monumento que incluía un busto del fundador y figuras alegóricas a la colonización. Perdidos en e tiempo quedaron los datos de qué dimensiones tenía, solo subsistió el registro de su maqueta en el Archivo Gráfico y Museo Histórico (AGM).