A las 10 de la mañana este jueves santo en Frontera se prendieron las hornallas para cocinar. No es una casa en particular sino un espacio comunitario que sin que les sobre nada se pusieron hace cuatro años a hacer viandas para otros menos favorecidos.

Para este jueves el menú fue tallarines con pollo y el lugar donde se cocina es el Centro Vecinal Santa Teresita en Frontera. Ahí la comisión les dio un espacio para que trabajen a los integrantes de “Olla Solidaria Dios es amor”.

El comedor empezó a funcionar hace cuatro años, en medio de otra gran crisis sanitaria como fue la del covid, quienes se arremangaron fueron Stella Maris Soria (49) y su familia. Desde ese entonces no pararon y ya llevan 4 años de labor comunitaria.

¿Cómo iniciaron este espacio?

Empezó hace 4 años en la pandemia. Me encontraba en mi casa con mi esposo, gracias a Dios tenemos un trabajo bueno y los dos trabajamos. Nos preguntábamos cuánta gente estará pasando una situación difícil y no tendrá un plato de comida porque la verdad que la pandemia fue muy dura para mucha gente. Entonces empezamos a hacer la olla en el patio de mi casa cocinando a leña.

Nos juntamos un par de vecinos, mi suegra y empezamos a elaborar viandas todos los días a la tarde y a las 17 las entregamos. En ese momento eran aproximadamente entre 120 y 140 viandas.

¿Creció mucho en este tiempo la olla solidaria?

Hoy tenemos un espacio en el Centro Vecinal Santa Teresita, nos lo cedió el Centro Vecinal. Acá trabajamos los lunes que entregamos las viandas, la semana pasada dimos 246 viandas, hoy no sé con cuantas personas nos iremos a encontrar. Todas las veces nosotros cocinamos algo de sobra, pero la semana pasada no alcanzó y les dimos los alimentos para que las personas lleven eso a sus domicilios.

Reconocimiento

Stella Maris fue reconocida esta semana por los integrantes de Arquitectos Sociales. Se hizo acreedora de la distinción “Luna de Mujer” que entregan año a año y fueron hasta Frontera a entregarle la estatuilla.

Esta olla solidaria funciona los lunes entregando viandas por la tarde a las personas, después los martes unos 70 chicos buscan la merienda. No les sobra nada porque reconocieron que han bajado las donaciones, pero siguen manteniéndose en pie.

“Si no tenemos muchas donaciones, compramos entre mis compañeras, yo compré un poco de carne, la otra compró la verdura, puré de tomate y bueno teníamos tallarines secos. Nosotros cocinamos siempre algo rico, lo mismo que comemos en nuestras casas, también tenemos ropa, masitas para entregar. Son todas cosas que la gente nos hace llegar”, aseguró.

Mucha necesidad

Las personas que llegan a buscar comida atraviesan serias necesidades, Stella Maris dijo a El Periódico que “muchas personas adultas mayores vienen a buscar viandas porque con su jubilación no les alcanza y también mujeres embarazadas”.

La mujer dio un ejemplo muy sencillo y explicó que si a un trabajador que tiene mejor salario no le alcanza, las personas mayores es imposible que cubran sus necesidades alimentarias.

La Semana Santa pareciera hacerse cada vez más cruda observando ese aspecto. “Es lamentable estamos pasando porque se hace muy difícil sobrevivir hoy en día. Creo que la gente sobrevive porque lamentablemente hoy no alcanza ni para comer. La gente se está privando de todo. Es lamentable a nivel país lo que estamos viviendo”, aseguró.

 A pesar de ello, no ignoró que hay una luz detrás de tanta desazón. “Gracias a Dios siempre hay manos solidarias que se acercan a colaborar, a ayudar y bueno, y le damos para adelante”, cerró.