María Eugenia Cadamuro falleció de un disparo de escopeta en la cabeza. Así lo indican fuentes que han participado del operativo de levantamiento del cadáver hallado en la mañana de este viernes en un campo ubicado en inmediaciones de Jesús María.

Peritos científicos ratifican que el cuerpo pertenece a la mujer buscada desde mediados de marzo y por cuya desaparición está detenido su hijo, Jeremías Sanz.

La identificación -provisoria- del cadáver se funda en "los tatoo" (tatuajes) que tiene la víctima, un signo que todos conocían de ella. Además, las ropas que aún se aprecian en el cuerpo son similares a las que llevaba Cadamuro al momento de su desaparición.

Respecto de la causa de muerte, se produjo por una severa herida en el cráneo provocada por un arma de grueso calibre.

Los expertos señalan que sería una escopeta porque, además, se ha secuestrado en el lugar un cartucho de esa arma que dispara municiones.

Fuente: La Voz del Interior