Un decreto presidencial firmado la semana pasada por Mauricio Macri encendió la polémica con respecto a la finalidad de los residuos. Modificó con esa herramienta la ley de Residuos Peligrosos, que ahora permitirá ingresar materiales sin certificado de inocuidad.

Aunque en el gobierno sostienen que en la práctica estos certificados ya no se expiden hace años y que ahora el procedimiento será más rigurosoambientalistas y cooperativas de cartoneros creen que es un riesgo y que perjudicará su actividad y al país.

El decreto 591/2019 lleva la firma del Presidente, del jefe de Gabinete, Marcos Peña y del ministro de Producción, Dante Sica. La norma publicada en el Boletín Oficial modifica los decretos reglamentarios de la ley de Residuos Peligrosos para permitir el ingreso de "sustancias y objetos", procedentes de otros países, que puedan ser utilizados para otras finalidades o para los que exista un mercado o demanda específica.

"La norma es preocupante porque elimina el requisito de inocuidad y peligrosidad de origen, entonces cómo podemos estar seguros de que no ingresen residuos peligrosos. Incluso va en contra de lo que establece la Constitución Nacional. No se puede entender, además, que atenta contra la generación de reciclables del propio territorio", advirtió el abogado ambientalista Enrique Viale.

Basura electrónica (Foto: Shutterstock)
Basura electrónica (Foto: Shutterstock)

Juan Trebino, subsecretario de Fiscalización y Recomposición de la Secretaría de Ambiente de la Nación dijo: "La importación de residuos está totalmente prohibida. Lo dice la Constitución, lo dicen las leyes y lo dice este decreto. Pero no podemos seguir viendo a los residuos como en los '90, son recursos. El decreto 181 de 1992 respondía al ingreso de todo tipo de residuos, especialmente residuos nucleares y baños químicos. Con los años los países ya no emiten certificados de inocuidad y muchas corrientes ingresaban a la Argentina y encontraban un escollo muy grande para poder ingresar".

El funcionario agregó que lo que se hace es flexibilizar el ingreso de ciertos materiales que usa la industria y que en el país no hay o no en cantidad suficiente. Algunos ejemplos son el scrap de aluminio, para la industria automotriz, el caucho de cierta granulometría o la chatarra.

"Lo único que estamos haciendo es regularizar una situación de hecho que actuaba como una barrera de producción. Hace cuatro años Estados Unidos dejó de emitir certificados de inocuidad. Ahora, además, debe haber una resolución conjunta de Producción y de Ambiente para permitir los ingresos. A eso se suma el control aduanero", agregó Trebino.

A pesar de esta explicación, las suspicacias aumentan. Es que esta normativa también flexibiliza el ingreso de plásticos, por ejemplo. Desde que China cerró la importación de plástico reciclado desde los Estados Unidos, este país busca nuevos mercados para enviar las cientos de miles de toneladas que genera al año.

Una investigación realizada por el diario británico The Guardian reveló que 68.000 contenedores de plástico de los Estados Unidos fueron trasladados el año pasado a países en vías de desarrollo.

"El problema es que esta basura se continúa acumulando en estas zonas ya que estos países no son capaces de manejar más del 70% de sus propios desechos plásticos. Según el informe, Ecuador sería uno de los países a donde se están enviando estos desechos para su reciclaje y es el único lugar en América Latina que forma parte de esta lista", apunta la investigación.

Fuente: Infobae