Los conductores hiperconectados, adictos al celular, representan una verdadera amenaza al volante, mayor que la de los conductores ebrios, reveló un estudio de la firma estadounidense Zen Drive. A través de la recopilación de diferentes comportamientos durante la conducción, la investigación reunió los datos anónimos de 1,8 millones de usuarios que recorrieron más de 7.000 millones de kilómetros en tres meses, y los completó con una encuesta sobre 500 conductores.

Los resultados fueron alarmantes: respecto al 2018, los conductores están un 10 por ciento más distraídos; al mismo tiempo, el 85 por ciento reconoce que el celular puede ser una distracción pero ignora el peligro que representa, es decir, que se clasifican como adictos al celular.  El 90 por ciento se autopercibe como conductor seguro, pero el 47 por ciento admitió usar el teléfono el 10 por ciento del tiempo, o más, mientras conducía.

Un estudio realizado en 2006 por la Universidad de Utah, descubrió que los conductores que utilizan teléfonos celulares eran tan malos como los borrachos. Sin embargo, al controlar las condiciones de conducción y el tiempo en la tarea, los conductores de smartphones mostraron un deterioro mayor que los conductores intoxicados.

Números reveladores

El estudio reveló que las capacidades de conducción de los usuarios de teléfonos celulares son similares a los conductores con un límite legal de alcohol en la sangre de 0.08 por ciento.

Sumado a esto, los conductores adictos al celular triplicaron el tiempo en el que usan sus teléfonos al volante y el 28 por ciento ignora activamente el camino durante la conducción cuando utilizan el celular.

Al mismo tiempo, están en la ruta casi el doble de tiempo que la población general, durante horas pico en las que la mayoría de las personas están en las calles, entre las 7 am y las 6 pm. Los conductores ebrios, en cambio, suelen conducir mayormente durante la noche.

Las distracciones más comunes incluyen hablar, enviar mensajes de texto, navegar en internet y seleccionar música. Estas acciones repercuten en la capacidad de atención y de respuesta que requiere la conducción, tales como cambios de velocidad, de marcha, maniobras y frenos.

Fuente: Zen Drive