Uno de los mayores problemas para poder contener el aumento de precios está a la vista de todos en los surtidores de las 604 estaciones de servicio que venden nafta y gasoil en la provincia de Córdoba, cuyos valores se incrementan a un ritmo cada vez más acelerado.

Con la última suba –del 12 por ciento–, producida entre el sábado y ayer en los puntos de venta de todas las banderas, la nafta súper ya aumentó en lo que va del año un 42,23 por ciento. En el mismo lapso, la inflación trepó 23,5 puntos porcentuales (estimando un 3,6 por ciento para agosto).

En el caso de la nafta premium (Infinia, en YPF), el incremento fue mayor: 44,08 por ciento. Esto está generando un traspaso del consumo hacia el combustible de menor octanaje, y revirtiendo una tendencia que llevaba más de un lustro hacia la nafta de más calidad.

Si se coteja con los valores de venta de noviembre del año pasado, mes en que se liberaron los precios de los combustibles cuando aún estaba Juan José Aranguren como ministro de Energía, el aumento ha sido del 54 por ciento, para el caso de la súper, y del 57 por ciento, para la premium.

En el caso del gasoil, el de menor calidad acumula una suba del 38,6 por ciento en el año, e Infinia diésel, de 43,2 puntos porcentuales.

Y un dato adicional, que debería desvelar a los funcionarios del Gobierno nacional encargados de contener la inflación: según los cálculos preliminares de los dueños de las estaciones, aun con los últimos aumentos en los surtidores, resta un ajuste. “Entendemos que aún queda un desfasaje del orden del 15 por ciento derivado de los últimos incrementos del tipo de cambio”, dijo ayer Gabriel Bornoroni, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles del Centro de la República (Fecac).

Por qué aumentan

Los combustibles suben por la incidencia de cuatro factores básicos: petróleo, tipo de cambio, biocombustibles e impuestos. Y todos subieron fuerte en 2018.

El barril es la variable que más impacta. Representa aproximadamente el 70 por ciento del precio de venta al público, sin los impuestos. Entre enero y ayer, los futuros del barril de Brent (el crudo que se toma como parámetro en Argentina) subieron 22,84 por ciento, en dólares.

El otro factor determinante es el tipo de cambio, que en lo que va del año ya subió 111,8 por ciento. Cuando aumenta el dólar, impacta en los combustibles por dos razones: por un lado, porque las refinerías tienen que comprar dólares para adquirir el crudo de afuera o comprarlo acá, a precio dólar; por el otro, porque se incrementa la estructura de costos de las refinerías, con insumos prácticamente dolarizados en su totalidad.

En la conformación del precio del producto, también están los biocombustibles. Desde hace 10 años comenzó un proceso de corte de la nafta y del gasoil con biocombustibles. Arrancó con porcentajes pequeños y se fue extendiendo. Actualmente, las refinerías están obligadas a cortar el gasoil con un 10 por ciento de biodiésel, y las naftas, con un 12 por ciento de bioetanol.

Un incremento de aproximadamente el cinco por ciento en los biocombustibles incide en alrededor del uno por ciento en el precio de venta al público.

Alrededor del 45 por ciento del precio final de los combustibles lo representan los impuestos, tanto los internos (ex-ITC y Dióxido de Carbono) como los ajenos al producto, como el IVA.

Variables de ajuste

La nafta súper ya subió 42% en lo que va del año

El GNC está pasando por su mejor momento

El precio del GNC subió 15% en el año y la brecha con la nafta se amplía. Esto hace que los talleres hayan duplicado sus conversiones. En agosto, en Córdoba, se traspasaron 2.767 autos, un 89% más que en el mismo mes de 2017.

Fuente: La Voz del Interior