El niño que había caído en un pozo hace casi dos semanas en España finalmente fue hallado muerto este viernes. Los mineros españoles han finalizado la excavación de la galería horizontal de aproximadamente cuatro metros que conecta el túnel vertical que han abierto con el pozo al que cayó Julen en la localidad española de Totalán, situada en la provincia andaluza de Málaga. El niño estaba sin vida. 

Las numerosas dificultades que han ido apareciendo a lo largo de estos días han ido mermando las posibilidades de que el pequeño pudiera sobrevivir a más de 70 metros bajo tierra. La profundidad a la que cayó el menor y las características geológicas del terreno han obligado a los expertos a llevar a cabo en pocos días una obra de ingeniería civil que, en condiciones normales, se hubiera prolongado durante meses, reveló el diario español La Vanguardia.

A pesar de las complicaciones, los padres de Julen, José Roselló y Victoria García, nunca habían perdido la esperanza de que su hijo continuase con vida. La familia del menor, arropada en todo momento por los vecinos de Totalán, siguió de cerca el trabajo de las máquinas que han removido toneladas de tierra, así como de los mineros que manualmente han cavado un túnel horizontal de 3,8 metros hasta el pozo donde cayó el niño.

Hallaron muerto a Julen, el niño de dos años caído en un pozo en España

Túnel

Para acelerar el avance de la excavación manual del tramo entre el túnel y el pozo, que se complicó por la dureza del terreno, los especialistas de la Guardia Civil también bajaron en la cápsula metálica para colocar explosivos y efectuar al menos cuatro microvoladuras.  

El proceso de realizar cada microvoladura duró dos horas. Excavar los agujeros especiales –tarea realizada por los mineros–, colocar los explosivos, subir y detonarlos se prolongó una hora y media. Se necesitó otra media hora para introducir oxígeno y evacuar el aire contaminado, según explicó el portavoz de la Guardia Civil Jorge Martínez ante los medios locales.

La perforación del túnel vertical paralelo, construido para poder llegar hasta la altura del pozo en que se estima que se halla el menor de dos años, terminó la noche de este lunes, pero debido a un error de cálculo los tubos, que deben introducirse para asegurar la cavidad y por los que tiene que descender la cápsula con los mineros, se atascaron a una profundidad de 40 metros. De ahí que se optara por rellenar el pozo con arena fina y volver a perforarlo con un mayor grosor.

El 13 de enero, el pequeño Julen, de dos años, cayó en un agujero fruto de una excavación ilegal de 107 metros de profundidad, acometida en su día en busca de agua y posteriormente abandonada sin mantenimiento de ningún tipo. Sus escasos 25 centímetros de diámetro hacen imposible el acceso de ningún adulto.