Antes de visitar por primera vez a su hijo en el penal de Dolores, el padre de Máximo Thomsen, el rugbier más complicado en la investigación por el crimen de Fernando Sosa Báez en Villa Gesell, dijo que los 10 detenidos “no son asesinos” y que están arrepentidos.

“Fue una tragedia. Lo lamento tanto por la familia de la víctima”, continuó Thomsen antes de ingresar a la cárcel, y añadió: “No sé qué les pasó por la cabeza”.

El sábado pasado, cuando visitó a su hijo en Pinamar, se había manifestado de la misma manera. "Nunca te podés imaginar una cosa así. Es una desgracia. Sólo puedo decir que no hubo un plan para matarlo", destacó hace días.

Complicado

Máximo Thomsen (20) fue identificado en las ruedas de reconocimiento como uno de los principales protagonistas de la fatal paliza a Báez Sosa. 

En tanto, una testigo lo describió como el “chico de camisa negra” que “lideraba el grupo” y que era “el que más pegaba”.

Por el crimen de Báez Sosa, la fiscalía lo imputó como coautor del crimen.