Para Analía Massimino la vida volvió a cambiar por completo. Primero con la llegada de dos pares de mellizos en 2012 y 2013, respectivamente, y luego en febrero de este año. El fallecimiento de Alejandro, su pareja, dejó una herida difícil de cerrar a esta numerosa familia. Sin embargo, la mujer afronta con hidalguía la difícil tarea de criar a cuatro hijos sola. No le faltan corazones solidarios que la ayudan para transitar este duro momento y, sobre todo con lo que será el primer Día de la Madre sin su compañero.

La mujer reconoce que la tarea no es fácil pero no parece guardarle rencor a la vida y se muestra fuerte junto a sus pequeños Alma y Alina, gemelas de 6 años, y Lucio y Lionel, de 5.

“Muchos me preguntan cómo hago con los cuatro, sobre todo tras el fallecimiento del papá en febrero de este año. Los primeros meses fueron difíciles, ahora somos nosotros cinco solos pero me las arreglo, trato de estar lo más que puedo con ellos y tengo muchísima gente que me ayuda y me da una mano con los mellis”, sostiene.

Según la mamá, los ‘mellis’ colaboran mucho en las cosas de la casa: “Saben que estamos los cinco solos, así que a la hora de poner la mesa, de higienizarse, cada uno tiene su tarea”.

Seguir tras la pérdida

El 14 de febrero Alejandro falleció súbitamente tras un ataque de corazón. Analía sintió que el mundo se le venía abajo, pero sabía que sus hijos también la necesitaban entera y eso hizo que no se entregara a la angustia de la pérdida.

“Nos cambió la vida totalmente, primero no sabía cómo iba a hacer con ellos, pero siempre con ayuda de la gente, desde mi trabajo, los padres de los compañeritos de escuela, vecinos y con el apoyo de la familia, vamos llevando el día a día. Es difícil pero por suerte tengo ayuda. Los hermanos de Alejandro me dan una gran mano y se encargan de llevarlos a sus distintas actividades y también tengo una niñera que me los cuida”, relata Analía.

La mamá trabaja en una empresa que brinda servicios de limpieza hace varios años y desde que sucedió la muerte de su pareja, comenzó a realizar horas extras para que nada le falte a sus pares de “mellis”.

Los cuatro hermanitos juntos unos pocos años atrás.  

Aprender en la adversidad

La repentina muerte de Alejandra fue un llamado para que Analía replanteara cosas de su propia vida y la hizo crecer como madre.

“A veces el día a día te llevaba a no disfrutar de las cosas, vivíamos acelerados y con todo esto aprendí a valorar de los momentos, de compartir las pequeñas cosas con ellos (sus hijos), tanto yendo al Baby como los encuentros de baile de las nenas, digo paro y disfruto. Los acompaño lo que más puedo”, asegura entre lágrimas.

-“No llores má”-, le pide Alina mientras la abraza.

En el tiempo que duró la nota ninguno de los cuatro “mellis” se despegó del lado de su mamá, una clara muestra de lo unida que está la familia.

Este domingo será el primer Día de la Madre que la familia pasa sin Alejandro: “Va a ser muy difícil, ya lo fue el Día del Padre y las fiestas lo van a ser también. Espero que todos podamos hacer nuestro duelo como corresponde, pero también lo tenemos siempre presente y es una forma de agradecer que ellos están todos sanos”, manifiesta.