En pueblos del interior de Córdoba existe un personaje que suele andar en bicicleta o en moto, recorriendo las calles, visitando bares y casas de sus clientes habituales. Es la imagen arquetípica del levantador de quiniela clandestina, hombre que con algún sigilo mantiene una actividad ilegal, pero que en esos términos goza hasta de una cierta aceptación social que acumula décadas.

Esta figura es apenas un destello pintoresco de una práctica que, varios escalones más arriba, mueve millones de pesos fuera de la ley y que, en algunos casos, hasta está asociada, según advierten desde el Gobierno provincial, con delitos más graves, como el narcotráfico y la trata de personas.

La quiniela clandestina no se ve en cada pueblo o ciudad por igual: en algunos, parece imperceptible y hasta inexistente; en otros, se admite su cotidiana presencia. También en la Capital existe.

Desde la estatal Lotería de Córdoba instan a jugar siempre en el circuito oficial, para evitar ser parte del engranaje de financiamiento de otras actividades ilícitas, además del propio juego clandestino.

La quiniela oficial significó para la Provincia, en 2017, un ingreso total de 969 millones de pesos, sobre unos 2.200 millones de pesos percibidos por el global de los juegos propios y ajenos, según el detalle de ingresos publicado por Lotería de Córdoba en su sitio web.

Pero estiman que el juego clandestino estaría generando al año cerca de la mitad de lo que ingresa a las arcas oficiales.

“Es muy difícil determinar cuánto mueve”, aclara Raúl Costa, vicepresidente de la entidad que administra el juego. “Si nos guiamos por el resultado de los procedimientos recientes, que fueron más de 40 en todo el territorio provincial, una estimación muy gruesa no se ubica por debajo de los mil millones de pesos al año. No podemos tener una cifra oficial, pero seguramente es más que eso”, calculó el villamariense.

La quiniela es el juego clandestino por excelencia, pero hay otros, como las apuestas de turf, mesas de juego y hasta casinos escondidos en galpones o en viviendas, que son parte del mismo circuito ilegal.

Una denuncia por día

Lotería tiene un teléfono para receptar denuncias anónimas. Es el 0800-555-0606. Costa dice que a ese número llega, en promedio, una denuncia por día desde distintas localidades de la provincia.

Con cada dato, el organismo inicia una investigación preliminar para chequearlo antes de llevarlo a la Justicia, que es la que continúa el trabajo y ordena los allanamientos, en caso de que fuera necesario.

“Hasta ahora, el cien por ciento de los procedimientos fueron exitosos, lo que demuestra que los datos eran certeros”, afirmó el funcionario, que años atrás fue secretario de Ambiente de la Provincia.

Explicó que, a los seis meses, piden a las fiscalías que remitan copia de las actuaciones iniciadas para saber cómo evolucionó la investigación. De estos seguimientos se desprende que en muchos casos el dinero del juego financia otros ilícitos, como la explotación sexual o el narcotráfico.

Por caso, describió que en Río Cuarto un procedimiento llevó a dar con una persona conocida como “banquero”, por su poder económico para respaldar las operaciones. Esta persona, además, estaba vinculada a un líder del narcotráfico en San Luis, quien a su vez traía mujeres de Paraguay para explotarlas sexualmente en el sur provincial.

Entre agosto y noviembre de 2016, se hicieron en Villa María y en Villa Nueva una decena de allanamientos en domicilios particulares y en agencias oficiales, donde también se jugaba en forma clandestina. El local fue cerrado, y de las viviendas se secuestraron aparatos de fax, notebooks, tablets, teléfonos celulares, papeles con anotaciones de jugadas de quiniela clandestina, además de dinero en efectivo por más de 100 mil pesos. No hubo detenidos.

Hasta finales de ese año, organizar o disponer de juegos fuera del circuito formal era considerado falta o contravención. En enero de 2017, se introdujo el artículo 301 bis al Código Penal, que lo transformó en delito penado con hasta seis años de cárcel.

Antes del cambio legal, era común que dos o tres días después del allanamiento, el levantador de quiniela volviera a su plena actividad. “Ahora se genera un antecedente penal. Esto hizo que en algunos lugares, como en Villa María, la actividad disminuyera considerablemente”, aseguró Costa.

En 2017, se hicieron más procedimientos contra el juego clandestino, y la consecuencia inmediata fue que las agencias oficiales subieron su recaudación, afirmó.

Para sostener este argumento, recordó que el año pasado, por primera vez en mucho tiempo, Lotería depositó un 16 por ciento más de lo que tenía estimado por ley. “Lo atribuimos, en parte, al éxito de estas campañas contra el juego clandestino”, insistió.

Desde Lotería, estiman que, si se pudiera recuperar para las arcas estatales ese flujo que circula por la vía ilegal, podrían financiarse más programas sociales, a los cuales se destinan los fondos de la recaudación del juego en Córdoba.

Fuente: La Voz del Interior