En el estado de Rondonia (noroeste), una de las zonas más afectadas por los peores incendios en años, las personas están viviendo bajo una capa de humo que ha envuelto a la región.

Mientras esto ocurre en el norte, el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, agradeció este domingo a "decenas de jefes de Estado" que han colaborado para que su país "superara una crisis" y aseguró que siempre buscó "un diálogo junto a los líderes del G7", en alusión a la tensión internacional desatada por los incendios en la Amazonía.

"Muchas gracias a decenas de jefes de Estado que me han escuchado y nos ayudaron a superar una crisis que solo interesaba a quienes quieren debilitar a Brasil!", escribió Bolsonaro en su cuenta de Twitter.

"He vivido aquí durante 20 años y he visto muchos incendios, pero este humo en los últimos días, nunca había visto algo así antes", asegura Welis da Claiana, de 25 años, a la AFP en la capital de Rondonia, Porto Velho.

"El humo ha afectado el 100% de nuestra vida diaria. Nos despertamos cansados de respirar el humo".

"La visibilidad era horrible, nadie podía hacer nada", dijo, culpando a los "grandes agricultores" por las llamas.

En un momento, los incendios comenzaron a acercarse a su casa. Ella cerró las puertas y ventanas en un intento de evitar el humo, pero aún así tuvo que llevar rápidamente a su hija al hospital después de que comenzara a tener dificultades para respirar.

Uno de sus colegas también fue hospitalizado con problemas respiratorios.

Las declaraciones de Bolsonaro se producen después de una semana marcada por las duras críticas que ha recibido por su tardía reacción ante los incendios forestales que devoran desde hace semanas parte de la selva amazónica.

Los comentarios del presidente sobre el Amazonas, el mayor bosque tropical del mundo, y los ataques dirigidos a líderes mundiales que han criticado sus políticas ambientales agravaron la tensión, que incluso dejó en el aire la ratificación del pacto comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, conformado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.

Fuente: Clarín