Maximiliano Javier Almandoz (40) es mozo en La Rural y tiene un pequeño almacén barrial en uno de los ambientes de su casa en González Catán, en el partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires.

Trabaja 17 horas por día y entre las dos actividades acumula cerca de 14.000 pesos mensuales. Es el único ingreso de la familia y alcanza con lo justo para mantener a su pareja y sus dos hijos. Esa es la pelea más difícil.

"Como papá quiero lo mejor. Si ella es feliz, yo soy feliz".

Almandoz es taekwondista y este año ganó dos medallas de oro representando a la Argentina en el exterior y obtuvo la de plata en el torneo nacional, pero admite que "no se puede vivir del taekwondo". Todos los premios parecen poca cosa si no puede satisfacer los deseos de Araceli, su hija de 14 años, a quien quiere regalarle la mejor fiesta de 15.

Para cumplir el sueño de su hija, Almandoz decidió ofrecer una parte de su cuerpo. "Vendo riñón para hacerle la fiesta de 15 años a mi hija", publicó en una nota periodística, donde decenas de personas ofrecen sus órganos desde distintas partes de América Latina.

"Las ventas del almacén bajaron muchísimo, la gente consume menos", dijo en una entrevista para el portal Actualidad.rt.com.

"Tengo cuatro heladeras y estoy pagando 8.000 pesos de luz, por eso tuve que buscar un segundo trabajo. Esto alcanza para comprar comida y pagar algunas cuentas, nada más", se lamentó, y sentenció: "Se me cayó todo".

Almandoz argumenta que en Argentina no hay buenos empleos para ciudadanos que no continuaron sus estudios después del colegio secundario y "solo tienen tiempo para trabajar y trabajar".

La debilidad de Javier es su hija, por eso su decisión parece estar tomada: "Si ella es feliz, yo soy feliz. Para cumplir el sueño de su hija, que tiene 14 y está a punto de cumplir los 15, Almandoz pensó en varias posibilidades para conseguir el dinero: quiso vender su auto, jugó a la lotería, pero no consiguió el dinero.

"Hablamos de mucha plata, 300.000 pesos. Sus compañeritas hacen sus festejos, sería muy frustrante para mí no hacerlo", manifestó. Y agregó: "Cuando pase el tiempo y ella diga que no tuvo sus 15 como todas, me mataría. Quizás sea una pavada, pero como papá quiero lo mejor", admitió.

"Dicen que se puede vivir con un solo riñón", manifestó, pero es consciente de que tendría que abandonar el ring: "Si se me complica con el taekwondo, tengo pensado enseñar y no competir más. Me apasiona, pero bueno...Vendo mi riñón, tengo plata, le hago la re fiesta a mi hija, ella es feliz y no se va a olvidar nunca de ese día", dijo.

"Si salva una vida y puede darle el festejo a mi hija, es un negocio redondo", sentenció.

Fuente: Minuto Uno