Llantos persistentes sin motivo aparente, reacciones en la piel, problemas gastrointestinales como reflujo o cólicos y moco o sangrado en la materia fecal son síntomas de alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV), la más frecuente de las alergias alimentarias en la población infantil y que afecta a más de 7.000 niños cada año en la Argentina.

“La leche de vaca, el huevo, el trigo y la soja son los alimentos que más alergia desencadenan en niños pequeños. Entre adultos, en cambio, las originan sobre todo los frutos secos, los mariscos, los pescados y el maní”, precisó Karina López, directora del Comité de Alergias Alimentarias y Anafilaxia de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (Aaaeic).

Por su parte el pediatra Claudio Parisi, especialista en alergia e inmunología y ex presidente de la Aaaeic, sostuvo que “es muy importante que los padres estén atentos a las reacciones de sus hijos y se las comuniquen al médico". "Una de las claves, sin lugar a dudas, será no perder tiempo, porque está en juego la salud y la calidad de vida del niño y su familia, y porque es necesario iniciar un tratamiento para prevenir consecuencias más severas”, advirtió.

"En el caso de la leche de vaca y sus derivados, debería suprimirlo la mamá mientras amamanta a su bebé y luego el niño, cuando inicia la etapa de alimentación complementaria”, destacó Christian Boggio Marzet, pediatra gastroenterólogo y coordinador del Grupo de Trabajo en Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Pirovano.