Por Oscar Romero

Ubicada sobre Los Robles al 1300 y rodeada por las calles Los Alerces, Los Pinos y Los Álamos, se erige la Plaza 5 de junio, simplemente conocida como la plaza de barrio El Prado. En otra época, no hace más de un año, era famosa por su amplio espacio verde, su variedad de plantas y árboles que protegían del sol y aportaban gran belleza. Un espacio lleno de vida visitado continuamente por niños, jóvenes y familias, donde el mate, la pelota y las risas se conjugaban para darle una vida especial al lugar.

Los vecinos del barrio coinciden en que la decadencia de la plaza comienza hace casi un año con un temporal que no sólo inundó el sector sino que provocó graves consecuencias en todo El Prado.

“Desde la inundación del año pasado comenzó el gran deterioro de la plaza. Entonces cada vez se la ve peor. En noviembre comenzaron a sacar algunos árboles que se habían secado por el agua acumulada. Después, en enero pusieron otros pero no se hizo más nada, inclusive se siguieron cayendo árboles y quedaron tirados”, cuenta Fabiana, que vive juste frente a la plaza.

Como un pantano

Rodeada en sus cuatros costados por unos 30 o 40 centímetros de agua estancada de dudosa procedencia, para entrar a la plaza los vecinos deben usar una tarima de madera o pegar un largo salto. Pero en esta segunda opción se debe analizar bien el terreno donde se va a aterrizar, porque las probabilidades de caer en otro charco de agua son altas.

Hoy la plaza luce como un pantano, grandes charcos de agua negruzca rodean a los árboles y superan al verde césped. En distintos sectores se esparcen los cadáveres de lo que fueron grandes árboles que se secaron y murieron por la continua presencia de humedad del suelo y las napas altas.

En los sectores que dan a calles Los Álamos y Los Alerces el pasto ya se ha transformado en yuyo de unos 40 centímetros de alto. Y sobre Los Pinos, hay hamacas, toboganes y otros juegos que relucen como recién pintados, aunque el reflejo del agua debajo ellos les da un aspecto fantasmal. “Hace unos 15 días, antes de las lluvias y las inundaciones, vinieron y pintaron las hamacas, mirá cómo están ahora, nadie los puede usar”, dice María que acostumbraba a llevar a sus nietitos a los juegos.

Planificación

“Les voy a proponer que siembren arroz”, propone irónicamente como solución Ricardo, otro vecino del sector. Y agrega: “Porque así parece un campo de batalla”.

Para María el estado actual de la plaza se debe a una conjunción de situaciones. “No voy a decir que la responsabilidad es de la municipalidad únicamente. Llovió mucho es cierto, pero tampoco se hizo una forestación responsable. Hay árboles viejos que se siguen secando, es una suma de factores y no hay un planeamiento de obra para mejorarla”, se lamenta.

Pese a todo lo malo que sufre el barrio hay vecinos que ya proponen reunirse para analizar cómo mejorar el barrio, movilizándose y comprometiéndose a recuperar aquella bonita plaza.