Era sábado y Romina Cisterna (22) tenía planes, como la mayoría de los jóvenes de su edad. Cenó en una pizzería de Villa General Belgrano y de paso consultó por trabajo, ya que estaba desocupada. Luego, de vuelta en Santa Rosa de Calamuchita, con Janet, su mejor amiga, fue a tomar algo a un parador en el río y luego, a bailar a Sheik, un boliche de la ciudad.

Cuando se disponía a regresar a su hogar a las 6.30 –a plena luz del día–, fue atacada de forma brutal por una o más personas. Fue muerta a golpes, con un objeto contundente y arrojada al patio de una vivienda, a menos de dos cuadras de la casa que compartía con su madre y hermanos, en el barrio Villa Santarelli. Tenía golpes en la cabeza y el rostro.

Sus ropas estaban rasgadas, pero no está confirmado si hubo un abuso sexual. La hipótesis de un robo estaría descartada.

No hay detenidos por el crimen. Sin embargo, hay un sospechoso en la mira de los investigadores, que habría sido conocido de la víctima. 

Anoche, una nutrida cantidad de vecinos y allegados a la joven marcharon por las calles de esta población en reclamo de justicia.

Hallazgo y horror

Eran las 9 de ayer cuando un niño halló el cadáver y avisó a sus padres. A los minutos, la zona quedó llena de policías. El tranquilo barrio quedó en shock, al igual que la ciudad de unos 15 mil habitantes, poco habituada a este tipo de hechos. Sin embargo, varias horas después el cuerpo fue retirado por peritos de Córdoba.

La fiscal Andrea Heredia Hidalgo, de Río Tercero, llegó a la mañana al escenario del crimen. Luego, en la comisaría local, junto a otros jefes policiales, tomó varios testimonios. 

El cadáver presentaba signos de violencia extrema y fuertes golpes en su rostro, propinados con algún objeto contundente aún no determinado, que podría ser un palo o una piedra. 

El protocolo de la necropsia determinará, entre otras cuestiones, si la joven fue abusada.

“El cuerpo de Romina tiene que hablar”, deslizó anoche la fiscal. Confía que los datos que arroje la autopsia serán la clave para esclarecer el grave hecho. Al cierre de esta edición, se ordenaron varios allanamientos. 

Los tres tatuajes 

Luana (15), la menor de seis hermanos, había ido a comprar al almacén del barrio. Allí se comentó el terrible hallazgo. Cuando llegó a su casa intentó sin éxito comunicarse con Romina al celular. 

Entonces, le pidió a su madre que la acompañara. Caminaron poco más de 100 metros y encontraron el operativo policial y una zona con paso restringido “Los policías nos preguntaron si Romina tenía tatuajes... Cuando les dijimos que tenía tres, nos dijeron que era ella”, contó la joven a La Voz del Interior. Así fue como se enteraron de la muerte de Romina.

“No entiendo qué pasó, era una chica muy buena, no tenía maldad, era alegre, muy sociable, le gustaba bailar, hacer amistades. Estaba de novia, estaban hablando de casarse, era una chica muy querida”, señaló Roxana Arévalo (36), una de sus hermanas, sin encontrar consuelo ni explicación. 

“No sé por qué la mataron, no tenía plata ni problemas con nadie”, acotó y agregó: “Cómo puede ser que pase esto en tu propio pueblo, fue en la esquina de la casa de mi mamá. Que esto no quede así, porque hoy fue la Romi, después no sé quién podrá ser...”, agregó. 

Janet Barrios (22) aseguró que ambas eran grandes amigas desde chicas. Ambas estuvieron juntas en el boliche, pero Janet se fue antes, a las 5.30. Romina se quedó con otra amiga. 

Marcha. Un nutrido grupo de vecinos, junto a familiares y amigos de Romina, marcharon a la tarde en silencio por la ciudad hasta llegar a la comisaría. Llevaban fotos y carteles pidiendo justicia. Se agregaron representantes del movimiento local #NiUnaMenos. Prometieron realizar marchas diarias.

Fuente: La Voz del Interior / Carina Mongi