“La sospecha está latente: ¿hubo o no hubo policías? Es algo que por ahora no se puede descartar. Todo está siendo investigado. Estamos trabajando arduo”. Así se expresó ayer una alta fuente judicial sobre la compleja investigación que se lleva adelante para atrapar al resto de la banda que escapó con 300 mil pesos en efectivo y 3.000.000 en cheques de una oficina de Nueva Córdoba, en la Capital provincial.

El golpe comando terminó con el policía Franco Ferraro (29) ejecutado de un balazo en la cabeza a quemarropa y dos delincuentes ultimados a tiros. Eran Ricardo Juan Serravalle (54) y Rolando Ricardo Hidalgo (61), ambos con graves antecedentes en su haber.

Mientras los vecinos de Nueva Córdoba tratan de retornar a su vida habitual y muchos de ellos aún tienen grabados los balazos y los gritos de aquella madrugada de furia, los investigadores policiales y judiciales trabajan sin pausa.

Hay un solo detenido: Diego Alberto Tremarchi (31) fue atrapado esa misma madrugada, baleado, y quedó preso en la Cárcel de Bouwer. El fiscal Rubén Caro, a cargo de la causa, lo imputó por homicidio agravado por uso de arma en ocasión de robo.

En paralelo, se le abrió otra causa: encubrimiento agravado. Es que andaba con una de las pistolas Bersa robadas a la Policía en 2015.

Pese a los últimos nueve allanamientos realizados en las últimas horas, no hay más detenidos.

Una versión que corrió con insistencia daba cuenta sobre la captura de un uniformado que tendría vínculo familiar con el fallecido Hidalgo. Esto fue descartado desde la fiscalía.

De todos modos, fuentes del caso insistieron en que se trabaja en la identificación de los prófugos y no se descarta que pueda haber policías o exmiembros de la fuerza.

El hecho de que el grupo usaba una Bersa policial y de que haya dejado tirado a pocas cuadras un bolso con uniformes y un chaleco antibalas de la fuerza genera toda clase de sospechas. El nivel de logística del grupo también despierta conjeturas.

No menor es el dato de que Hidalgo –alias “el Ciego”– supo integrar años atrás una banda mixta de ladrones y policías.

Fuente: La Voz del Interior