"Tuve la sensación de que había pisado un pozo y seguí". Con esas palabras, Julieta Silva describió cómo fue el momento en iba a bordo de un auto y terminó atropellando a su novio,Genaro Fortunato, en la madrugada del 9 de setiembre del año pasado en San Rafael.

La muerte del rugbier llegó a juicio este martes con dos carátulas alternativas: homicidio simple con dolo eventual y/o homicidio culposo, precisó Los Andes.

"Cuando vi el color de la campera, me di cuenta que era Genaro", agregó Julieta.

En primer caso, la acusación significa que Julieta Silva atropelló Genaro y que no hizo nada por evitar matarlo.

En la segunda opción supone creer que la mujer no vio a su pareja en la calle cuando lo pisó con su auto. 

Ninguna de las dos opciones cuenta con antecedentes a la vista: la mujer que asesinó a su novio pisándole la cabeza adrede, o la mujer que no vio a su novio y con su auto le aplastó el cráneo, detalló Los Andes.

Sobre lo que sucedido segundos antes de la muerte de Genaro, Silva relató que tras salir del boliche se subieron al auto, que Fortunato se sentó en el asiento del conductor y puso las llaves en el vehículo, pero que enseguida le dijo que la esperara, y bajó del auto. Cuando vio que él volvía a la puerta del boliche, ella se pasó al asiento del conductor y puso en movimiento el auto. "Yo estaba ya cansada de toda la situación, de lo mismo toda la noche, me quería ir. Me crucé al asiento del conductor, puse el auto marcha atrás, cuando lo acomodé en dirección a Las Vírgenes, él me aparece por mi ventanilla y me golpea con las manos abiertas; me golpeó como dos veces y yo salí. La última vez que me golpea él se despega del auto haciéndose para atrás, como dejándome ir (...). Fue la última vez que lo vi", declaró Silva.

Muerte del rugbier: "Tuve la sensación de que había pisado un pozo", dijo su novia

Y continuó: "Hice como 150 metros o más y me arrepentí de haberlo dejado y quise volver. Y tenía en mi mochila su celular. Hice una U y me volví. Cuando volví, volvía buscándolo, del lado izquierdo, donde estaba estacionado el auto, estaba mirando para ese costado, pasé por una parte oscura, (...) como un túnel oscuro, mirando para este costado (izquierdo); sentí un movimiento del auto, una sensación de que había pisado un pozo y seguí".

Tras tomar de un vaso de agua, Silva siguió. "Vi que venía cruzando un chico en diagonal, en el medio de la calle, hacia mí. Cuando llegué un poco más cerca a él me di cuenta que era el de la playa de estacionamiento. Él me hace una seña, me levanta la mano. Yo agarré mi mochila porque pensé que me quería cobrar; me había ido sin pagar. Bajé la ventanilla y me dijo: "Lo atropellaste".