Se trata de un empresario llamado Daniel Rebagliati, de 53 años, dueño de una empresa de Martín Coronado, partido de Tres de Febrero, y dedicada a servicios de seguridad ambiental, quien fue liberado cerca de las tres de esta madrugada en proximidades de una remisería, desde donde se comunicó con su familia. "Estaba sin remera y sin calzado, con barba de varios días. Nos dijo que estaba secuestrado y pidió un teléfono para comunicarse con sus familiares", dijo esta mañana Paola, la dueña de la remisería "Chubut", ubicada en la calle 30 de setiembre y Salta, en la localidad de Adrogué.
Según los investigadores, todo comenzó el martes de la semana pasada, cuando el hombre regresaba a su casa de Villa Devoto, en la Capital Federal, desde su empresa a bordo de una camioneta de su propiedad. A partir de la captura, un hombre comenzó a llamar a los familiares del empresario y les exigió dos millones de dólares como rescate para liberarlo. Desde entonces comenzó una negociación por parte de uno de los hermanos del empresario con los secuestradores que se extendió ocho días y aparentemente llegaron a un acuerdo ayer para concretar el pago de una suma mucho menor y en pesos, dijeron las
fuentes. Una versión apuntaba esta mañana que el hermano de Rebagliati tuvo que arrojar el dinero desde arriba de un tren, aunque no trascendió la zona donde se concretó el pago. Previo a eso, el hermano tuvo que hacer un sistema de postas, en el cual lo obligaron a circular a bordo de una camioneta por distintos lugares de la zona norte del conurbano hasta llegar a Retiro y allí lo hicieron subir a un tren hasta que finalmente le dijeron que arrojara el dinero por una ventana en una zona específica.
Además, trascendió que durante el cautiverio el empresario permaneció los ocho días encapuchado y que se produjeron al menos tres pruebas de vida, donde lo hicieron hablar a Rebagliati con su hermano. El empresario fue liberado cerca de las tres de la madrugada, aparentemente en buen estado de salud, en Adrogué, desde donde llamó a su hermano para contarle que había sido liberado.