Hay dos nuevos imputados por explotación laboral en el caso del pastor Argüello
En total son cinco los imputados como responsables y cómplices de una presunta secta religiosa que la Justicia investiga por explotación laboral hacia varios jóvenes. Le toman declaración a las víctimas mediante Cámara Gésell.
Hay dos nuevos imputados en la causa de Elías Argüello, el joven de San Francisco acusado y detenido a principios de marzo por ser el presunto líder de una organización religiosa denominada “Dimensión Cielo”, con la cual, según la acusación, explotaban a jóvenes que eran traídos engañados desde distintas partes del país.
Hasta el momento se conocía la imputación de Daiana Feliza Herrera y Ricardo Matías Mercado, alias “Eliseo”, quienes al igual que Argüello, a ambos se les atribuye ser coautores del delito de “trata de personas con fines de explotación laboral, agravado por la pluralidad de intervinientes y de víctimas, y por consumarse la explotación”. Aunque ninguno tiene la calificante de “líder”, lo que significa un agravante para la Justicia, imputación que además posee Argüello.
Ahora, la fiscal federal de Villa María Marta Schianni (subroga a su par de San Francisco Luis Viaut, en licencia) confirmó a El Periódico que en las últimas semanas imputó a dos jóvenes más en este caso. Se trata de Marcos Matías Burini “Mateo” y Maximiliano David Mercado alias “Benjamín”, sobre quienes pesa la misma imputación que a los otros imputados como integrantes de la organización.
Roles
Según la investigación, Herrera estaba involucrada, junto a su marido, en las maniobras de explotación laboral hacia las víctimas, tratándose estas de dos mujeres que realizaban tareas domésticas, cuidaban a los hijos del matrimonio y que habrían recibido pagas mínimas, además de vivir en condiciones “insalubres”. La mujer, en tanto, continúa en libertad.
En el caso de Ricardo Mercado, se le atribuye ser socio de Argüello en los negocios relacionados a la panificación e inmobiliarios. Reside en la ciudad de Córdoba y su tarea habría sido “ejercer control sobre las víctimas, diagramar el trabajo y distribuir las tareas, a lo que se le sumaba el manejo del dinero obtenido”, informaron fuentes cercanas a la investigación.
En tanto que, en el caso de Marcos Burini y Maximiliano Mercado están acusados de haber sido parte de la organización para acoger a las víctimas con el fin de explotarlas laboralmente. Además, designaban tareas, manejaban el dinero y controlaban horarios y la producción, según indicaron desde la investigación.
Argüello sigue detenido
Argüello se encuentra actualmente detenido en la Penitenciaría N° 7 de San Francisco y semanas atrás se abstuvo de declarar cuando fue a indagatoria. Está imputado por “trata de persona agravada por ser un líder de un culto y también por la pluralidad de víctimas”, ya que son más de tres. Asimismo, se le suma la “explotación laboral”, que es otro agravante y el delito de “trata con fines de uniones de hecho”, ya que según surge de la investigación, una de sus víctimas habría cumplido el papel de segunda esposa y vivía con él
En tanto que el resto de los imputados afrontan la causa en libertad. “No tenemos identificado durante el proceso la existencia de algún indicador de riesgo procesal, de entorpecimiento de la investigación”, explicó María Marta Schianni, a cargo de Fiscalía Federal de San Francisco.
Indagatoria mediante Cámara Gesell
En los últimos días la Justicia Federal les tomó declaración a víctimas del caso mediante la Cámara Gésell.
“Se llevaron adelante las declaraciones de cinco testimoniales bajo Cámara Gesell, que es una modalidad especial por el delito que se investiga y por la situación de las víctimas”, explicó Schianni.
“Faltan receptar en Cámara Gesell dos víctimas, que están programadas para la semana que viene”, agregó.
Cabe recordar que algunas personas no se reconocen como víctimas y participaron en marzo pasado de una manifestación frente al Juzgado Federal de San Francisco pidiendo la liberación de Argüello, a quien consideran un referente religioso. Negaron haber sufrido explotación laboral y argumentaron ser parte de una panificadora en Córdoba y otra en San Francisco, de la que “todos eran dueños", es decir, una especie de cooperativa.